Tribuna

José Ignacio Landaluce

Los que no traían nada a Algeciras

Esta comarca necesita de los esfuerzos de todos para sacar adelante nuestras asignaturas pendientes, y es responsabilidad de todos, de unos y de otros, luchar por ella

Vista aérea de Algeciras

Vista aérea de Algeciras / J. A.

Una de las muchas maravillas que tiene nuestra lengua, esa misma que algunos se han empeñado en pisotear y vejar a cambio de un miserable puñado de lentejas, convirtiendo a esta legumbre en votos, es el refranero popular, verdadero pozo de sabiduría y que siempre tiene una frase dispuesta para venirle como anillo al dedo a cualquier situación.

Uno de esos refranes reza que “contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar”, máxima que los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (por cierto, cada vez menos obrero y por supuesto, nada de español) tanto de Algeciras como del Campo de Gibraltar se aplicaron a rajatabla, con el único propósito de perjudicar los intereses de una comarca que reúne unas potencialidades dignas de encomio, en beneficio de los de otras zonas de nuestro país, poniendo siempre al partido por encima de la ciudadanía.

Cada vez que estos señores han tenido ocasión de llegar al Gobierno central, para algarabía suya y para desconsuelo de la inmensa mayoría de los españoles, han dado sistemáticamente la espalda a nuestra tierra. Y eso que han “gestionado” (el entrecomillado es más válido que nunca) con miles de millones de euros, pero nanay de la China. En el Campo de Gibraltar veíamos con desasosiego y enfado, pero nunca con resignación, como las oportunidades pasaban de largo empujadas por los socialistas, que ya habían marcado en sus brújulas otros caminos y territorios a los que hacer llegar como lluvia abundante los dineros que son de todos.

Mientras, los que políticamente estábamos enfrente de ellos clamábamos en el desierto, hasta quedarnos sin voz, reclamando lo que en justicia nos ha correspondido siempre, pero que por lo visto son cuestiones poco menos que inalcanzables para ellos. Me refiero a la mejora de las infraestructuras de comunicaciones, tanto las del tren como las de carreteras; la apuesta por el avance en la reindustrialización de la comarca; la adopción de medidas económicas y fiscales acordes a un territorio que es fronterizo por dos veces; el incremento de las plantillas y medios de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y poco más, porque aquí nunca hemos exigido que se imponga una lengua, o que se acerque a presos, o que se amnistíe a condenados por delitos de suma gravedad. Nada de eso, con la gravedad añadida que gobernaban el Ayuntamiento de Algeciras, la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, la Diputación de Cádiz, la Junta de Andalucía y el Gobierno de España.

Pues ellos a lo suyo, como Paco Martínez Soria en la película Don erre que erre, negando sistemáticamente todas nuestras necesidades. Pero como si estuviésemos en una cocina, a las tortillas hay que darles la vuelta, y cambian las tornas, momento a partir del cual los socialistas comienzan a exigir que se cumpla con todo lo que ellos no han hecho, y que además se haga en tiempo récord, imponiendo plazos y condiciones, dando todo un ejemplo de cátedra de lo que es gobernar mal para todos. Y a quien le tocó tomar su relevo, puso todo su empeño en corregir esos desmanes, logrando parte de las metas, siempre con esa presión insana en la que los del PSOE son maestros.

Y henos aquí que vuelven, con malas artes, engaños y pactos con quienes quieren ver a nuestro país hecho pedazos, a gobernar pero no para todos, sino solo para unos pocos, teniendo la más absoluta caradura y desfachatez de (políticamente hablando) decir a boca llena que lo que se ha conseguido es mérito suyo, que son ellos los que han traído lo poco que ha conseguido esta comarca. Falacia tras falacia van construyendo un discurso que casi nadie se cree, por suerte, pero que sigue pesando como una condena sobre un territorio que no se merece este trato por parte de quienes tienen que cuidar de él.

Lo mismo ocurre en Algeciras, circunscribiéndonos al ámbito municipal. Los señores dirigentes socialistas exigen, incluso golpeando con vehemencia la mesa, que se ejecuten obras y proyectos que ellos no quisieron, supieron o pudieron hacer cuando gobernaron, y que nosotros sí estamos consiguiendo. Y eso les duele, vaya si les duele, porque además de suponer mejoras para nuestra tierra, deja en evidencia la incapacidad manifiesta de resolver problemas y dar soluciones a las necesidades de nuestra gente, dejando a la vista de todo sus vergüenzas políticas.

Los que se han jactado de hacer y traer de todo a la comarca resulta que viajaban con las alforjas vacías, pero lo penoso es que después de tantos años, se mantienen en sus trece. Tan solo hay que echar un vistazo a los Presupuestos Generales del Estado y comprobar cómo el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias maltrata de nuevo al Campo de Gibraltar, por mucho que algunos de sus voceros y aplaudidores profesionales se empeñen en intentar decir lo contrario, levantando cortinas de humo y poniéndome como blanco de todos los ataques.

A estos señores les pido que dediquen sus esfuerzos a trabajar por los demás en lugar de intentar desgastarme, algo que no van a conseguir jamás. Esta comarca necesita de los esfuerzos de todos para sacar adelante nuestras asignaturas pendientes, y es responsabilidad de todos, de unos y de otros, luchar por ella. Si es para unir nuestras fuerzas y conseguir coronar esas metas, siempre estaré ahí.

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