Ocurrió allá por 1966. En un solar donde se estaba construyendo una vivienda, a unos 300 metros de la playa de El Rinconcillo, un hombre realizaba la primera excavación científica de la que se tiene constancia en Algeciras. Bajo la apariencia de un arqueólogo incansable y erudito, se encontraba un cura jesuita que estaba a punto de descubrir los hornos romanos que evidenciaron el asentamiento de Portus Albus o Puerto Blanco o de la Luz. Esa luz, esa alegría de Algeciras que, según decía, le había hecho tan feliz en su infancia.

No lo conocí, pero sé de él por lo que cuentan Alberto Pérez de Vargas y Carlos Gómez de Avellaneda. Dicen que Manuel Sotomayor Muro alcanzó las más altas cotas de conocimiento en historia de la Iglesia primitiva, teología y arqueología cristiana. Que fue admitido en la Compañía de Jesús a los 17 años, que se ordenó sacerdote en 1952 e hizo sus votos finales en 1957. Que estudió en Madrid filosofía, y humanidades, magisterio en las Palmas de Gran Canaria, y teología en Roma, donde no solo se licenció, sino que obtuvo el doctorado en Historia de la Iglesia. Que fue profesor de iconografía cristiana en el Instituto Pontificio de Roma, en la Facultad de Teología de Granada fue profesor de Patrología, Historia de la Iglesia y Arqueología Cristiana e incluso estuvo en 1991 en la Universidad Rafael Landivar, de Guatemala, como profesor invitado. Que fue miembro del Deutsches Archäologisches Institut, consejero de honor del Instituto de Estudios Campogibraltareños, miembro de la Real Academia de la Historia, del Centro de Estudios Históricos de Granada y de la Real Academia de Bellas Artes de Granada. Que le fue concedido en 1991 el Premio de Patrimonio Histórico de Andalucía (1991) y Andújar le dio la medalla de oro de la ciudad, dedicándole su museo arqueológico como agradecimiento a su gran labor en el yacimiento de Los Mijares, donde radica el complejo de producción cerámica más importante de la España romana. Pero es que además excavó también las factorías de salazones de Almuñécar, los alfares romanos de la Cartuja y la ciudad romana de Illiberri en Granada, el Cerro de los Infantes en Pinos Puente, las villas romanas de Huéscar, Gabia la Grande y Quesada. También realizó sondeos urbanos en Castellar de la Frontera, donde descubrió una etapa prerromana en el poblamiento. Gran difusor de conocimiento, participó en congresos, seminarios, e impartió docencia como invitado en numerosas universidades, cómo la Menéndez Pelayo o la Facultad de Teología de Cataluña, o la de Barcelona.

Sotomayor falleció casi centenario en Salamanca el 22 de julio de 2020.

Se diría que Algeciras, tan dada a dejarse deslumbrar por personajes populares a los que a menudo otorga notoriedad por razones que se me escapan, lo ha olvidado ya. Pero es que en realidad nunca lo tuvo en cuenta. Seguro que se le ocurren algunos nombres de calles, plazas y edificios municipales con nombres de personas con bastante menos mérito que aquel cura arqueólogo que tanto presumió de algecireño allá donde a la mayoría no nos dejarían ni entrar.

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