Lo que conviene ahora

Sería imposible encontrar esos ingredientes imprescindibles como se encuentran en Luis Alberto

La renuncia de Luis Alberto del Castillo Navarro a su condición de cronista oficial de la ciudad de Algeciras es una mala noticia, pero no debe entenderse contextuada fuera del servicio. No se trata de una actividad circunscrita al trabajo de gabinete, sino que está llena de dinamismo, y en la que hay que prestar una atención constante a lo que pasa y a cómo pasa, no limitándose al alcance del término municipal sino procurando llegar y proyectarse lo más allá y en todo lo que sea posible. Siempre me pareció un honor inmenso desempeñar esa función de estar atento a la historia de nuestra ciudad, a su desarrollo y a su progreso. Contribuir a la difusión de las iniciativas que tienen lugar en su seno, mejorar su imagen y trabajar para que sea mayor el conocimiento de su realidad. Ayudar a que se sepa quién es quién entre sus gentes y a situarlos en las sociedades en las que hayan desarrollado o desarrollen sus habilidades y sus saberes.

Sería imposible encontrar en alguien esos ingredientes imprescindibles que han de constituir la personalidad del cronista como se encuentran en Luis Alberto. Su inmensa cultura, su capacidad para expresarse de palabra y por escrito, y su conocimiento de la ciudad y de los ámbitos a los que pertenece, se unen al sentido que da a su pertenencia y a la conciencia de lo que tal pertenencia significa. Pero cabe suponer que siente que no puede prestar el servicio debido como quisiera. Es esa la razón, según parece, la que ha hecho tomar una decisión que le ha de resultar, necesariamente, dolorosa. Es cuestión ahora de acertar en la elección de su sucesor, en la de la persona con el nivel de instrucción y conocimiento, la capacidad para estar y comunicarse, y el sentimiento profundo de pertenencia que ha de tener un cronista para serlo en toda su dimensión.

Nuestras autoridades municipales tienen que acertar porque la decisión contiene una buena dosis de irreversibilidad. Por ello es urgente y necesario acudir a las personas y a los órganos que pueden asesorar en tomas de decisión tan importantes y específicas. Afortunadamente ya no tenemos tantas carencias como antaño, hay donde y a quienes consultar y donde elegir. Las asociaciones del patrimonio, AEPA 2015 y La Trocha, y el Instituto de Estudios Campogibraltareños son buenas recursos para esos menesteres, en los que importa la inteligencia, el conocimiento y la razón, sobre todas las cosas.

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