El rotundo fracaso de la reciente cumbre climática celebrada en Egipto ha mostrado con crudeza las enormes dificultades de transformación del modelo de desarrollo energético global incluso ante los gravísimos desafíos que representa el cambio climático en una etapa crítica. En un reciente informe, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático denuncia que nos estamos acercando peligrosamente a un incremento de temperatura de 1,5 º sobre los niveles preindustriales, umbral en el que los efectos del cambio climático serán desastrosos para todo el planeta.

Las dificultades de transformación energética se incrementan en un escenario complejo con la guerra de Ucrania que ha implicado una profunda disrupción en los mercados de energía ante las sanciones y corte de suministro de gas, carbón y petróleo desde Rusia. Efectivamente, el modelo energético, en profunda revisión, todavía no puede apoyarse exclusivamente en energías limpias, renovables o bajas en emisión de gases de efecto invernadero. Por una parte, por las enormes presiones del lobby de los hidrocarburos que controla las decisiones de grandes grupos industriales y condiciona las decisiones políticas de un buen número de Gobiernos y, por otra parte, por el hecho de que los avances y desarrollos tecnológicos relativos a las nuevas fuentes de energía todavía no están suficientemente maduros para remplazar a las energías fósiles en su totalidad.

En este complejo escenario global las propuestas de transformación e inversión en nuevas energías que se han presentado en el Campo de Gibraltar adquieren un especial significado e importancia. Estamos en un momento crítico que definirá el modelo energético y, con él, las oportunidades de desarrollo en un futuro próximo. La aparente apuesta del sector privado, como la posibilidad de una planta de metanol verde de Maersk, y público, como la financiación del proyecto Valle andaluz del Hidrógeno Verde que Cepsa podría desarrollar en la comarca y que ha sido presentado por el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez en San Roque, pueden ser un verdadero punto de inflexión para el Campo de Gibraltar. Por ahora, la respuesta institucional y social ha sido bastante positiva. El jefe del Ejecutivo ha anunciado también una importante inversión a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento. Ayuntamientos y Mancomunidad han apoyado la posible inversión en la planta de metanol verde. Como ya he mencionado, el reto es complicado y son muchos los factores adversos, pero estamos ante una oportunidad única de transformación ante un futuro muy incierto.

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