Este ataque a la privada puede ser paradójicamente el camino más corto para cargarse la educación pública.

Hay convencidos de que existe un Estado Profundo en el que personajes ocultos se dedican a defender a los poderosos.

Celebrar una fiesta ahora es cosa de imbéciles y canallas. Y los primeros son más peligrosos que los segundos.

Aguirre no es fan de Rajoy pero le ha hecho un gran favor desvelando lo que todo el mundo sabe sobre Villarejo.

Lo que no se entiende es que la Junta quiera los remanentes de las universidades y lo rechace para los municipios.

Los chicos del Daesh, como no tienen otra cosa que hacer, piensan que Alá aún no nos ha enviado suficientes castigos.

Tanta gente no puede haber enloquecido y es razonable pensar que mereceríamos mejor suerte.

Los hoteles pos-Covid serán distintos: uso de 'apps', medidas profilácticas extremadas, certificados, distancias, frialdad.

La política tiene un doble discurso, el público y el de los despachos. Ayuso es incapaz de tapar éste con aquél.

El Gobierno no sólo quiere gravar fiscalmente la sanidad y la educación privada, sino la libertad.