No comparto que en este preciso año, por muy ocuro que nos esté siendo, sea prudente gastar más en iluminación decorativa.

Todo volvía a depender, como siempre, más de la capacidad de sentirse decepcionado que de la de decepcionar.

Necesidades comerciales y hosteleras aparte, ¿sólo podemos disfrutar en pelotón, rebaño o manada?.

Entre las vergüenzas e infamias figurará esta nueva campaña para postergar de manera deliberada la lengua común.

Dos buenas noticias para los españolazos: el reconocimiento de la RAE de Berlanga y la reivindicación de Julio Iglesias.

Ninguna concesión a Bildu, PNV y ERC es por sí misma ilegal o ilegítima, pero todas van en la misma dirección.

Ahora lo que importa es la Navidad. La capacidad de sacrificio se está perdiendo, con mensajes contradictorios.