Análisis

francisco andrés gallardo

Sin seguridad

Tantos besos en 'Tu cara...' eran chocantes: la gala se grabó antes del confinamiento

El Tu cara me suena del pasado domingo extrañó a la concurrencia por la efusividad, besos, abrazos y un plató lleno sin distancias entre asistentes. Un programa de otro tiempo porque, efectivamente, esta entrega que quedó guardada en la nevera se grabó en vísperas del confinamiento de marzo. No había entonces normativas estrictas ni cierres confirmados y la gala se grabó con preocupación, como se percibía en algunos momentos. Cómo nos ha cambiado el mundo en unos meses que nos resultaban chocantes todos esos besos entre los participantes y el calor humano que desprendían las gradas. El programa no tuvo excesiva audiencia, quién sabe si porque a bastantes espectadores les incomodaba ver ese sarao desatado que a ojos de hoy nos parecía excesivo. Aún más con la decepción o desesperación, según, con que muchos están encarando los vaivenes de la segunda ola.

Mañana domingo sí se verá un Tu cara me suena con las limitaciones que obliga la pandemia, un regreso esperado y la conclusión para una temporada que ya estaba desbaratada. Corresponde darle un fin a los participantes que iniciaron el curso, pero este show de Gestmusic se ha visto muy afectado por un paréntesis tan largo. Probablemente tras la conclusión de ayer de La Voz Antena 3 decida ubicar el remate de Tu cara me suena a la noche de los viernes, el día en que mejor ha funcionado, por costumbre de horarios, la engrasada mecánica de Manel, Llácer, Latre y los imitadores. En la noche de los domingos los contenidos están muy instalados (cine de guantazos en La 1, reality de sopapos en Telecinco, dialéctica a tortas en El Objetivo o los misterios de Íker Jiménez). Hacerse un hueco en esa noche tiene mérito.

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