Teatro

Vindicar la realidad: 'Francisca Pellicer, una mujer en la sombra'

  • Puesta en escena de Anthea Teatro y la Compañía de Ana María García

'Francisca Pellicer, una mujer en la sombra'

'Francisca Pellicer, una mujer en la sombra' / E. S.

Al margen de las tendencias actuales, siempre se dijo que detrás de un gran hombre siempre hubo una mujer. Así, sin el adjetivo porque no hay necesidad alguna de calificar. Solo mujer. De un caso en particular, de un ejemplo entre todos los casos. Eso sí, con alguna excepción a lo largo de la historia de la Humanidad que no hace sino confirmar la regla. La obra que sobre textos de Mercedes Valverde ha puesto en escena Anthea Teatro y la compañía de Ana María García, trata de vindicar a una de esas anónimas pero esenciales mujeres. En esta ocasión la protagonista es Francisca Pellicer, perteneciente a una familia de intelectuales y artistas, aunque ella no fuera a destacar ni en la literatura ni en la pintura, de la que estuvo toda su vida rodeada, sino por el sacrificio que hubo tras la figura de un pintor sobresaliente en la estética del modernismo y al que debemos encuadrar en la generación del 98, Julio Romero de Torres.

Narrada en clave de baile y cante, con una puesta en escena que quiere recordar la obra del pintor cordobés, el espectáculo cuenta con la notable interpretación de Teresa Doctor, sobre la que recae el peso de la narración mientras se van sucediendo distintos cuadros -estados, en la nomenclatura del director- en esta vindicación u homenaje a la mujer que acompañó con sigilo, sin hacerse notar, la carrera pictórica de Romero de Torres. Dedicada a la educación de sus hijos en los parámetros del humanismo, Francisca Pellicer no sólo aúpo la carrera de su marido, sino que fue capaz de ofrecer una educación y una formación sobresaliente a los tres hijos habidos en el matrimonio, el restaurador de obras de arte Rafael Romero de Torres, Amalia y María.

Madre e hijos decidieron a la muerte del pintor legar toda su obra a la ciudad de Córdoba, lo cual germinó en el actual museo Julio Romero de Torres. No deja de ser curioso que Julio Romero de Torres jamás pintara o dibujara a Francisca Pellicer, por otro lado, hija y hermana de escritores y tía del pintor Rafael Pellicer, lo cual nos indica la ligazón de una mujer con la obra del pintor sin interferir en absoluto, ejerciendo de pieza callada pero esencial. Francisca Pellicer ocupó siempre un discreto segundo plano, pero como nos hace ver la obra teatral que como homenaje Anthea Teatro le ha dedicado, su fortaleza, su sensibilidad y su compromiso con las actividades artísticas permitieron a Julio Romero de Torres desarrollar con absoluta libertad su carrera artística, así como facilitarle la introducción en los más selectos círculos intelectuales madrileños.

La obra, con una duración cercana a los ochenta minutos, va introduciendo al espectador en la personalidad y la vida de Francisca Pellicer, mostrando de paso a un elenco flamenco de alto nivel. El baile de Anamarga, el cante de Mónica Mata y la guitarra de Alba Spert, tres mujeres que junto a la actriz Teresa Doctor y más allá de la intención de la celebrada pieza teatral estrenada en Córdoba el pasado mes de enero, permiten mostrar que los tiempos van cambiando al compás de mujeres atrevidas, libres y decididas, de mujeres que al fin y al cabo nos están diciendo que las sombras van quedando afortunadamente como cosa del pasado.

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