Cultura

El San Roque del genio Luis Ortega Brú renace en el año de su centenario

  • La galería del Palacio de los Gobernadores acoge hasta el 4 de marzo una muestra que descubre la etapa sanroqueña del escultor

El San Roque de Luis Ortega Brú (San Roque, 1916 - Sevilla, 1982) volvió anoche a despertar. La galería que lleva el nombre del ilustre imaginero y escultor abrió sus puertas a la primera de las cinco exposiciones programadas este año con motivo del centenario del nacimiento. Una muestra donde la vida del artista converge con la historia propia de su tierra.

El 2016 es el año Ortega Brú y esta exposición supone el pistoletazo de salida a numerosos actos que le rendirán homenaje organizados por el Ayuntamiento. La familia del escultor estuvo presente anoche, dando más emotividad a la iniciativa. Su sobrino destacó la labor realizada con la muestra donde "refleja más o menos la historia de mi tío y a través de él, de toda mi familia". Valoró el trabajo documental. "Extrae toda la parte de la postguerra, de cuando se tuvieron que ir y volvieron", apuntó que "está muy bien reflejada la época en la que estuvo en San Roque. Hay documentos originales, algunos que hemos aportado nosotros".

En la inauguración estuvo presente el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y la concejal de Cultura, Dolores Marchena, que explicó que la exposición alberga desde fotografías a objetos recuperados directamente al tener relación con Ortega Brú. "Es mucho más que una exposición, es una experiencia, hay sonidos, aromas, a nivel audiovisual es importante. Hay imágenes de la familia y la tierra". Responde a un trabajo minucioso comisariado por la directora del museo de San Roque Irene Aranega y el cronista oficial Antonio Pérez Girón.

La exposición se denomina El San Roque de Luis Ortega Brú, ya que dentro de las cinco muestras previstas ésta es la más centrada en la historia del escultor en su etapa sanroqueña así como en el San Roque de la época, que comienza con su nacimiento en 1916 y finaliza prácticamente cuando sale del batallón de trabajadores en la post-guerra en 1942.

La muestra se divide en fotos, documentación y objetos. En el caso de las fotografías, al inicio de la visita se pueden ver algunas familiares, de sus padres que tanta importancia tuvieron -ambos fueron fusilados-, destacan además los nombres de sus familiares, algunos muy libertarios como Aurea o Germinal. Se exponen también imágenes donde aparece el escultor siendo un niño, como en la academia de Dibujo de Domingo de Mena, una foto muy curiosa que puede datarse de 1926. A todos estos documentos gráficos se le suma las fotos de la época, que la mayoría forma parte del Ayuntamiento, por lo que ha sido básicamente un trabajo de hemeroteca del Archivo de San Roque.

La segunda fase de la exposición se centra en documentación referida a Ortega Brú, desde la partida de nacimiento hasta una solicitud al Ayuntamiento de una beca para seguir estudiando en La Línea en la Escuela de Arte y Oficio; además hay correspondencia de cuando cayó preso entre la guardia municipal y la Alcaldía preguntando por la peligrosidad del preso. Destaca en su mayoría las cartas en torno al trabajo que hizo con el Ayuntamiento de San Roque con El Éxodo -alto relieve que se sitúa en el Palacio de los Gobernadores-, apareciendo desde el contrato hasta su coste. Como parte final aparece el busto de la que es la obra magna religiosa más importante que hizo el escultor en San Roque: el Cristo de la Buena Muerte. Se cierra el recorrido con ella, una vez que Ortega Brú se va en 1943 y diez años después, siendo ya un autor consagrado, la entrega a San Roque.

En el apartado de objetos en la exposición se acerca cómo sería San Roque en aquella época. Así se recrea la habitación de una casa cualquiera. Se muestra desde un teléfono a una mesita original del artista -donada cuando se abrió el museo en 2001-. Se muestra cartelería de la época, incluyendo detalles con un gran nivel de precisión como un pañuelo de croché de 1924; un cuadro de 1918; o un sifón de agua.

Por otro lado se ha recreado el cuartel de San Roque y se puede ver el tallador donde se medía a los mosos, la coronela del cuartel, unos prismáticos de una persona que perdió la vida en la Batalla del Ebro en la Guerra Civil, así como un casco de la citada guerra y fotografías del cuartel.

Por último un hilo musical propio de la época introduce a los visitantes sensorialmente en el San Roque que descubrió entonces el escultor e imaginero Luis Ortega Brú.

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