Cultura

Nacho Vigalondo invade el Festival de Sitges y triunfa con 'Extraterrestre'

  • El director presentó ayer su película, una cinta que arrancó sonrisas y aplausos a un público que abarrotaba el auditorio

Después de triunfar en Toronto, Austin y San Sebastián, el equipo de Extraterrestre, con Nacho Vigalondo al frente, también invadió ayer con éxito el Festival de Cine de Sitges con esta película que su director considera la primera "consecuente con el fenómeno OVNI".

Si durante la mañana el público que abarrotaba el auditorio del certamen salía con una sonrisa en la cara y con las manos rojas de aplaudir, esta tarde eran los periodistas quienes abandonaban la sala de prensa riéndose tras escuchar al cineasta cántabro y a sus actores (Julián Villagrán, Raúl Cimas, Carlos Areces y Miguel Noguera) explicando cómo fue el rodaje y qué es este filme.

En un piso del barrio de Lavapiés de Madrid, Julio y Julia, que no se conocen de nada, despiertan una mañana en la misma cama, después de una noche de borrachera de la que nada recuerdan. El quedará prendado de ella -que tiene novio- y juntos se darán cuenta, asimismo, de que la ciudad ha cambiado su fisonomía porque un gigantesco OVNI flota sobre ella.

Para Vigalondo, en su película, en la que amor y género fantástico se funden, no ha hecho más que reflejar lo que ocurre con los extraterrestres en la Tierra a lo largo de los últimos cien años.

"Se trata de una prolongación lógica de lo que han hecho los putos extraterrestres en la Historia, porque eso de que vienen a invadirnos es sólo una presunción. Aquí vienen a jodernos la cabeza. Sólo quieren atención, eso está claro. Si hasta ponen las luces a sus naves por la noche", ha precisado.

"Extraterrestre -ha continuado- es la primera película consecuente con el fenómeno OVNI, que no trata de invadir, sino de estar allí", y, por tanto, en el filme sólo se ve una omnipresente nave, sin que aparezcan habitantes de otros planetas.

El rodaje de Extraterrestre, que duró unas cuatro semanas, fue "muy preciso" a la vez que eficaz, según su director. "Nos gusta exportar la idea -ha indicado en referencia a todo su equipo- de que somos unos locos maravillosos, pero la disciplina en el rodaje impone mucho rigor".

Vigalondo ha reconocido que fue "un placer" trabajar rodeado de amigos que son, a la vez, buenos actores, que ante una posible invasión extraterrestre se muestran durante todo el metraje "estupefactos, confundidos e inútiles", y algunos también enamorados.

Preguntado por sus nuevos proyectos, Vigalondo ha dicho que participará con un corto en una película junto a otros 25 directores y también se encuentra en fase avanzada su próximo largometraje, Windows, que encierra retos técnicos.

Sin querer ir más allá, el director se ha limitado a explicar que se trata, "en cierta manera, de una vuelta de tuerca a lo que ocurría en Los Cronocrímenes".

Nacho Vigalondo ha reconocido que le gusta continuar con el género fantástico, porque le resulta "muy cómodo a la hora de tratar ciertos temas sin necesidad de meterse en terrenos pantanosos".

"De según qué cuestiones, se habla mejor si lo haces desde la invasión alienígena. Es más divertido y más fácil para mí", ha apostillado.

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