Los buenos aficionados van a lamentar esta noticia: Miguel Ángel Sánchez, el novillero de Ubrique, ha cambiado el carnet profesional y se ha hecho banderillero.

Así está el mundo del toro. Decimos que vivimos en el rincón taurino del sur, la cuna del toreo, la Ruta del Toro, y sin embargo apenas se han montado seis novilladas con caballos en la provincia este año, y a un novillero no solamente le cuesta encontrar a alguien que financie su carrera, sino que hasta tiene dificultades para entrenarse en el campo.

El torero que vimos fajarse este verano en la Plaza Real, que en sus tres tardes en la plaza de El Puerto ha mantenido su cartel de torero serio con salida a hombros, solamente ha podido torear cuatro novilladas -tres en El Puerto y una en Sevilla- y en la quinta en la que estaba anunciado se suspendió.

Pero Miguel Ángel cambia el oro por la plata sin resentimientos: "solamente tengo palabras de agradecimiento para todos los que me han ayudado como Carmelo y Caba, María Mendoza y toda mi gente y la afición de Ubrique que me ha dado mucho".

Ahora a entrenar y a sumar las veinte novilladas como banderillero para poder ser subalterno en corridas de toros: "me echan una mano y me ayudan Octavio Chacón, Salvador Vega y Víctor Janeiro, que me están apoyando mucho. Yo tengo afición para estar doscientos años como matador de toros, que en una tarde te arreglas la vida, pero de novillero yo no tengo nada que poner y aquí hay que poner".

Un mal trago: "sí que es verdad que he quitado de mi casa todas las fotos y todo lo que tiene que ver con querer ser matador de toros, pero también tengo mucha ilusión en este futuro que me he planteado como banderillero". Y es que un torero es un torero, se vista de oro, plata o de corto, y aquí hay torero. Y es que aunque haya terminado su carrera un matador de novillos-toros, estamos seguros de que ahora nace un Ubrique un profesional importante.