Lucrecia Glez Santiago ha trasladado hasta La Sacristía, en Tarifa, su mundo plástico acentuado en su capacidad para captar la esencia a través del retraso. Su exposición llamada Respiro podrá verse hasta el 31 de diciembre en la sala cultural. La artista algecireña Blanca Orozco se refiere a su obra destacando que "no sólo basta ser un buen profesional, sino que además hay que captar el alma del retratado". Hace referencia al gran bagaje de Glez y su desenvoltura en el mundo plástico, consiguiendo "que sus obras respiren".

En la muestra, de retratos en su mayoría y colores tenues, se percibe ese mundo que rodea a la artista, como si no pudiera evitar atrapar la esencia de todo aquello que la acompaña en su vida, de mostrar el lado más amable, la poesía de una flor, de un alga o de cualquier pedacito de tela.

En la obra de Glez se circunscribe los sentimientos más cercanos a los propios afectos con los que se va tropezando en la vida, con las puras sensaciones. Su hermano Juan Carlos González Santiago apunta sobre la obra de Glez que "es un diálogo continuo con la naturaleza, con el mundo que efectivamente ha creado a su alrededor". En este caso, refuerza el valor de la obra de la artista elevando que sus retratos "sacan a la luz el alma de los retratados".