Cultura

Flores recupera la memoria dormida del Flamenco con esencia y sabiduría

  • Más de una veintena de artistas que le acompañaron en el camino reviven en la voz de Ruiz Lara · Reúne a un gran número de personas en una conferencia en la que acaba cantando el día que cumple 90 años

Quizás pocas personas sepan de Flamenco como él, quizás pocas también se atrevan a cantar a estas alturas. Florencio Ruiz Lara, de nombre artístico Flores El Gaditano, cumplió ayer 90 años. Su voz calmada a tientos entre el esquivo paso del tiempo dejó fluir ayer el sabor de la melancolía, de la sabiduría y del saber estar. Entre amigos y familiares ofreció ayer una conferencia en el Casino de Algeciras donde volvió a demostrar su razón de ser como artista, generoso y con memoria, recuperó detalles de alrededor de una veintena de artistas que, de una manera u otra, pasaron por su vida en homenaje a aquellos "que pudieron ser y no fueron".

En una conferencia llamada Recordando a compañeros flamencos, y casi sin hacer ruido, rodeado de muchos amigos y de sus familiares, logró llenar el salón de este emblemático edificio algecireño. Y es que el mérito no es pequeño, justo en su día, en su 90 cumpleaños, quiso salir a la calle para poner voz a aquellos que se han olvidado o, tal vez, ni llegaron a ser. Un gesto de generosidad que además selló con su propia voz al cante. "Voy a cantar algo porque algo hay que cantar, que después dicen que se escapó sin hacerlo", bromeó el propio Flores después de ofrecer una charla de casi una hora. Los aplausos rompieron el silencio tras su voz, el público se levantó para arropar más si cabía al artista en una tarde donde él era el único torero y el tiempo el hastío que domaba con gran desafío.

La cita se configuró como una conferencia dialogada que contó con el acompañamiento de Juana Mari Moreno, Nuria Ruiz -su sobrina- y Juan Emilio Ríos -presidente del Ateneo José Román-, que como contertulios fueron guiando las palabras de Flores, permitiendo que la tarde se convirtiera en una amena charla entre anécdotas, chistes y un manejo absoluto de la terminología del Flamenco.

Tras el acto recibió un homenaje sorpresa al hilo de su cumpleaños. Uno de los que más le emocionó fue la actuación de su hija Carmen y su nieto. Esta cita tan especial tampoco se la quisieron perder, entre otras, las cantaoras Loli Sanabria y Carmen Navarro acompañadas a la guitarra por Fernando Sanabria.

Flores El Gaditano en el sentido repaso que fue hilvanando para rememorar a todos sus compañeros y amigos de su viaje por la vida, dio detalles de una personalidad y una trayectoria artística que no todo el mundo conoce. El creador de Qué bonita que es mi niña explicó que "antes cantar flamenco era una deshonra, nosotros cantamos el auténtico; y ahora cuando se le ha hecho el reconocimiento es cuando se canta peor. En aquella época el que no sabía cantar no se comía una rosca".

Este polifacético artista de "voz redonda", que lo mismo canta que compone una poesía o escribe una novela, recordó el porqué de El Gaditano. "Entonces era simplemente Flores, luego en un contrato en Madrid me agregaron El Gaditano". En su defensa, ya que en su momento no sentó bien en su tierra, Ruiz Lara explicó que de primeras dijo El Algecireño, luego El Especial, pero todos ellos fueron rechazados, hasta que le propusieron el que tiene y como "yo quería trincar", bromeó, no le importó, como si le hubieron puesto El Ruso, anécdota que inundó de sentido del humor el Casino.

Si hubiera nacido en esta época no sabe qué habría sido de él, confesó. No se dedicaba a cantar, con sus amigos le daba al tango, era churrero, hasta que le animaron y se descubrió a él mismo. Este artista, gran destacado en el fandango, y que sobresalió especialmente entre los años 40 y 50 con su unión a Juan el Chiquetete y Manuel Molina, demostró ante los asistentes su gran manejo del Flamenco en general. "Cuando escuché flamencólogo por primera vez pensé que era un médico que curaba a los flamencos, esa gente no estudia carrera ni ná", señaló con toques de humor.

En cualquier caso, entre anécdotas, su principal misión ayer fue recordar a personajes como La Carmela, guitarrista y cantaora; el Visco de Écija, del cual subrayó que no había visto a nadie cantar como él; a Pepe el Sevillano, el padre de Pastora: "a la saeta le ponía el corazón"; a Antonio Sánchez, el padre de Paco de Lucía, de cuyo hijo precisó que hablar de él es decir "hemos tocado techo"; o El Titi, que sorprendió al propio Flores ya que el hijo estaba entre el público para estrecharle la mano.

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