La ONCE recupera la actividad

Brotes de ilusión

  • La ONCE ha dotado a sus vendedores de todo el material de prevención y protección necesario para evitar contagios

Miguel Ángel Bienvenido, vendedor de la ONCE en la plaza de San Agustín de Cádiz.

Miguel Ángel Bienvenido, vendedor de la ONCE en la plaza de San Agustín de Cádiz. / Jesús Marín

Tras el parón de tres meses provocado por la pandemia de COVID-19, los vendedores de la ONCE volvían a las calles españolas el pasado 15 de junio. Y es que, como afirma Alberto Ríos, director de la ONCE en Cádiz, “por primera vez en nuestra historia, que ya vamos camino de 82 años, hemos interrumpido nuestra actividad comercial”. Acostumbrados a pasar largas horas en la calle y en contacto con el público, los 1.141 vendedores que completan a día de hoy la plantilla de vendedores de la ONCE en la provincia gaditana se han visto, como la mayoría de habitantes y trabajadores de España, confinados en sus domicilios: “Ha sido un cambio muy brusco y duro para ellos”.

Los vendedores en casa y la ONCE paralizada. Un día después de suspender la actividad de sus agentes vendedores y una vez decretado el estado de alarma por parte del Gobierno en todo el territorio nacional, la Organización decidía suspender a partir del 16 de marzo “los sorteos de sus tradicionales loterías, incluidos los cupones y el cupón extraordinario del Día del Padre, hasta que se recupere la situación generada por el coronavirus y finalice el estado de alarma declarado por las autoridades”, a excepción del “Eurojackpot” y la modalidad “Lotería Instantánea de boletos la ONCE”. Una merma económica imposible de sostener si no fuera por los resultados obtenidos el curso pasado.

“Venimos de un año que ha sido especialmente bueno, el mejor de los últimos años. Eso nos ha permitido que terminemos el 2019 en las mejores condiciones de solvencia para que nuestra Organización pueda afrontar el 2020, que va a ser el peor de nuestra historia”, revela Alberto Ríos. Un balance verdaderamente positivo que ya pudieron dar a conocer el propio director de la ONCE en Cádiz y Cristóbal Martínez, delegado territorial de la ONCE en Andalucía, durante la presentación de los datos provinciales de la actividad social y económica correspondientes al ejercicio de 2019 que tuvo lugar el pasado 11 de agosto. Pero más allá de los malos augurios anunciados para el presente año, la llegada de la “nueva normalidad” ha despertado de nuevo la ilusión.

Limitaciones en la vuelta

No obstante, tal y como admiten los propios vendedores gaditanos, “la vuelta ha sido rara”. Los trabajadores de la ONCE son conscientes de que a día de hoy existen limitaciones que no permiten a los clientes comprar con la asiduidad que lo hacían antes. Por un lado está la situación personal de los compradores. “Según lo que yo presiento en el público general, es que están reacios o tienen miedo”, reconoce la vendedora y afiliada Dolores Ceballos. Entre de los múltiples productos de lotería de los que dispone la ONCE, las personas mayores destacan como compradores habituales del cupón. Es por eso que, tras ser uno de los grupos de mayor riesgo durante el estado de alarma, muchos se encuentran todavía reticentes a salir de sus hogares. En palabras Miguel Ángel Bienvenido, vendedor de la ONCE, “a nosotros nos ha afectado principalmente en la venta. Ahora, las personas mayores no suelen comprar mucho a cuenta de que tienen miedo de salir”.

Y, por otro, la situación económica. Según afirma un vendedor de la provincia de Cádiz, “con los ERTE hay personas que no han cobrado o que tienen que ayudar a sus hijos o nietos, y se ven un poco retraídos a la hora de adquirir su cupón diario”. Por suerte, atrás quedan ya las dificultades y preocupaciones de las primeras semanas. "Al principio hay gente que no veía y te preocupabas", reconoce el vendedor y afiliado de la ONCE, Jose Eduardo Cozar, "pero ya se ve más normalidad, la gente compra más y con el tiempo he ido viendo a todos los clientes". De igual manera define la situación el director de la ONCE en Cádiz: "Estamos vendiendo razonablemente bien, pero no estamos alcanzando las ventas que teníamos antes del estado de alarma. Aún así nos podemos sentir satisfechos del esfuerzo tan grande que están haciendo los vendedores”.

Seguridad ante todo

Asimismo, la vuelta al trabajo no solo ha sido diferente en el fondo, sino también en las formas. “Se ha montado un plan siguiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias y de nuestros responsables de prevención, y hemos adoptado una serie de medidas necesarias para garantizar la seguridad, tanto de nuestro trabajadores como también del público", explica Alberto Ríos. Tal y como han tenido que hacer los empresarios y trabajadores de los distintos sectores productivos del país, los vendedores de la ONCE han adoptado una serie de medidas de seguridad para poder desempeñar su actividad.

Miguel Ángel Bienvenido dice que “la ONCE se ha dedicado a hacernos unos cursos del COVID-19 para, en un principio, conocer la enfermedad en sí y, a posteriori, poner unas medidas de seguridad previas para no contagiarse del mismo”. Junto a dicha formación, el director de la ONCE en Cádiz añade que “se les ha dotado de todo el material necesario en materia de prevención y protección. Mascarillas, guantes, pantallas faciales, mamparas en los kioscos, el uso de gel hidroalcohólico. Todo lo necesario para evitar contagios”. Por su parte, la vendedora Dolores Ceballos también indica que les dan “unas toallitas individuales para los clientes”. Provistos cada poco tiempo de material de protección o para la limpieza de los expositores, los vendedores se sienten muy amparados por la Organización.

Antonia Puchi, vendedora de la ONCE en el mercado San José de Cádiz. Antonia Puchi, vendedora de la ONCE en el mercado San José de Cádiz.

Antonia Puchi, vendedora de la ONCE en el mercado San José de Cádiz. / Jesús Marín

Sin embargo, ellos mejor que nadie saben que, como todo el que trabaja ahora mismo en la calle, están expuestos. Mientras que los vendedores de los kioscos no tienen un contacto tan directo con el cliente y mantienen mejor la distancia de seguridad, “nosotros trabajamos con monedas y con el público muy cerca”, manifiesta Antonia Puchi, vendedora situada a las puertas del Mercado de San José, en Cádiz. Y es que, “salvo algunas personas que ya están utilizando la tarjeta, hay mucha gente que paga en efectivo. A nosotros nos vienen siempre con las monedas, que es la forma de contagio más directa que hay”. No obstante, según dice la trabajadora de la ONCE, “estamos trabajando con seguridad dentro de lo que hay”.

Protegidos en todo momento

Pero si en la vuelta al trabajo la ONCE ha velado por la seguridad de sus trabajadores, durante el periodo de confinamiento estos estuvieron igualmente amparados por la Organización. “Nos han llamado para ver cómo estábamos, si necesitábamos algo. Frente a eso no hemos tenido problema, al revés”, destaca Dolores Ceballos, vendedora de la capital gaditana. De igual manera, en el plano económico, los trabajadores de la ONCE han podido sobrellevar la situación aún no pudiendo contar con las comisiones de venta y demás retribuciones. En palabras de Antonia Puchi, “no hemos tenido problema ninguno con los ERTE, hemos cobrado desde el primer momento. Dentro de la gravedad, la verdad que económicamente hemos estado bien”.

Todo gracias a que, tras suspender su actividad, la Organización decidió mantener y centrar su labor en la atención a personas ciegas o con otra discapacidad. Así lo explica el director de la ONCE en Cádiz: “Lo más importante para la ONCE ha sido estar muy cerca de nuestra gente, de nuestros trabajadores, interesándose por su situación, sobre todo por la salud. Hemos estado en continuo contacto por todos los medios posibles, telemáticos y telefónicos. Hemos estado muy encima de nuestros afiliados, que son las personas más vulnerables”.

Es el caso de los mayores que viven solos o aquellas personas que tienen algún tipo de necesidad. Para ellos, la ONCE ha puesto en marcha ayudas de todo tipo: desde el servicio de voluntariado para ir a la farmacia o llevarles una compra, hasta una atención directa a través de los técnicos, trabajadores sociales y psicólogos. Estos han dispuesto de “sesiones de telepsicología por situaciones de ansiedad que podían surgir o agravarse debido a esta situación tan difícil que hemos vivido y estamos viviendo”. De igual manera que en ocasiones los propios vendedores han sido quienes han ejercido de voluntarios: “Me consta que han estado en contacto continuo con sus clientes, interesándose por ellos”.

Ganas de trabajar

Si bien, en el plano económico, la situación no es la más favorable para la organización, Alberto Ríos asegura que “en lo social vamos a hacer un año bueno porque estamos muy pendientes de nuestra gente, de nuestros afiliados, de la gente con discapacidad en general”. Y es que los vendedores han vuelto con más fuerza e ilusión que nunca. “Como tienes mucho trato con la gente, la verdad es que a mí me encanta mi trabajo”, afirma Antonia Puchi, que reconoce que “estaba deseando volver porque a mi esto me sirve mucho psicológicamente”. Después de tres meses en casa, al igual que los trabajadores tenían ganas de reencontrarse con sus clientes, los compradores han visto en sus vendedores una semejanza con la “antigua normalidad”.

Unas ganas de volver a trabajar que se perciben en las palabras de Dolores Ceballos, afiliada a la ONCE: “La aceptación ha sido super buena. Estaban deseando vernos otra vez y nosotros de pasear la ilusión”. Prueba de ello son los recientes premios repartidos por la Organización en la provincia de Cádiz tras el periodo de confinamiento. Mientras que el sorteo de la ONCE celebrado el pasado lunes 27 de julio dejó en Conil un total de 1.925.000 euros, apenas tres días después un rasca del Horóscopo, vendido por la trabajadora Antonia Puchi, fue premiado con 10.000 euros en el Mercado de San José, la mayor cuantía que ofrece este juego de lotería instantánea.

Un futuro incierto

Pese a que con los vendedores en la calle y los premios llenando los bolsillos de los consumidores en unos tiempos harto complicados, el término “nueva normalidad” parece cobrar cada vez más sentido. La población, en vilo por los rebrotes, intenta pensar en positivo frente a la amenaza de un nuevo confinamiento. Tal y como expresa Alberto Ríos, “ojalá que con la responsabilidad de todos no vaya a más. Sería un golpe muy duro para la sociedad en general y para la ONCE también”. Y es que son los propios vendedores quienes permanecen más atentos al devenir de los acontecimientos. Para Jose Eduardo Cozar, “la vuelta a los colegios influye también en la venta porque la gente deja a los niños y pasan mucho por los kioscos, por los vendedores, y compran siempre cupones”.

Más que nunca se apela al compromiso individual, el cual pone en valor el director de la ONCE en Cádiz al hablar de sus trabajadores: “Han estado a la altura de una situación histórica como la que estamos viviendo”. En unos momentos tan complicados para muchas personas y familias, en los que “prima más la salud que la economía”, según defiende el vendedor gaditano Miguel Ángel Bienvenido, Alberto Ríos ha querido dedicar unas palabras de gratitud tanto a los miembros de la Organización como a los propios habitantes de la provincia: “Quería aprovechar para agradecer a todos nuestros trabajadores, a los vendedores especialmente, pero también al resto de trabajadores del Grupo Social ONCE, a nuestros técnicos y profesionales del área de servicios, por el magnífico trabajo que han hecho. Y también, sobre todo y especialmente, a los gaditanos y gaditanas por su apoyo incondicional, que han permitido que tengamos unos resultados tan excelentes como presentamos en la memoria. Gracias por su apoyo, lealtad y compromiso con la ONCE y las personas con discapacidad”.

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