El alcalde de San Roque será hoy el nuevo presidente de la Diputación de Cádiz

Relevo en la Diputación de Cádiz: Turno para el equilibrista que siempre se levanta

  • Ruiz Boix cumplirá hoy su enésimo sueño en política y, aunque pueda parecer lo contrario, en su trayectoria ha sufrido multitud de golpes que no han logrado tumbarle

  • Un alcalde socialista reprobó a Ruiz Boix en el pleno de San Roque antes de echarlo de su gobierno

  • En 2009 la abstención in extremis de una compañera del PSOE le impidió hacerse con una Alcaldía a la que llegaría dos años después

El alcalde de San Roque será desde hoy el nuevo presidente de la Diputación de Cádiz.

El alcalde de San Roque será desde hoy el nuevo presidente de la Diputación de Cádiz. / Rosell

Cuando hoy tome en sus manos el bastón que le acreditará como presidente de la Diputación Provincial de Cádiz, muchos verán en Juan Carlos Ruiz Boix la imagen de un triunfador en el mundo de la política. Y en cierto modo esa percepción será real porque este dirigente nacido en 1974 verá cumplido hoy su enésimo sueño en política. Y es que desde 2003 hasta la actualidad habrá logrado, por este orden, ser concejal en su municipio de San Roque, ser el secretario local del PSOE, ser alcalde de este municipio campogibraltareño y además con dos mayoría absolutas a sus espaldas, ser el vicesecretario provincial de su partido –es, decir, el número dos–, ser diputado provincial, ser vicepresidente de la Diputación, ser secretario general del PSOE de Cádiz y, desde hoy, ser el presidente de la Corporación provincial gaditana.

Muchos éxitos, sin duda. Pero lo que pocos saben es que en la estela del actual líder de los socialistas gaditanos hay un sinfín de golpetazos que habrían dejado en la lona al más pintado. Pero a él, no. Por eso en la Diputación ahora le toca el turno a un equilibrista que siempre se ha levantado. Y sus caídas no han sido pocas, como verán...

Tras una intensa actividad en las filas de Juventudes Socialistas, Ruiz Boix se estrenaba en la política activa en las elecciones municipales de 2003. El PP ganó aquellos comicios logrando un concejal más (8) que el PSOE (7) pero los socialistas lograron cerrar un acuerdo con los cuatro ediles del partido local Unidad por San Roque (USR) que aupaba a la Alcaldía a José Vázquez, el cabeza de lista del PSOE, que recuperaba así el puesto de máxima autoridad municipal que ya ocupó entre 1999 y 2000.

Puede decirse que este primer mandato como concejal fue tranquilo para un Ruiz Boix que debutó a lo grande, asumiendo las delegaciones municipales de Hacienda y Personal. Pero todo cambiaría tras las elecciones locales de 2007. Para empezar, las urnas o, mejor dicho, la Justicia, le quitaban al PSOE sanroqueño la victoria que había celebrado aquella noche electoral. Ese triunfo fue por apenas dos votos pero los recursos posteriores terminaron validando dos papeletas para el PP que inicialmente habían sido declaradas nulas y, por el contrario, ratificaba la nulidad de un voto para el PSOE en el que el votante había escrito un "Viva la República" que terminó siendo fatal. De esta manera el PP ganaba al final esas elecciones municipales por apenas un voto de diferencia, un hecho que tendría su importancia a mitad del mandato.

Sí, a mitad, porque al principio, y pese no ganar esos comicios, el socialista José Vázquez lograba mantener la Alcaldía al reeditar el pacto con USR. Ruiz Boix se mantenía como uno de los hombres fuertes del gobierno municipal... pero todo cambiaría muy pronto.

En octubre de 2008 se inició una racha en la que el actual líder del PSOE gaditano descubrió la cara más amarga de la política. Todo comenzó cuando una funcionaria municipal denunciaba a Ruiz Boix por acoso laboral y el PP lo utilizaba como arma arrojadiza contra él, planteando incluso su reprobación en un pleno municipal. Pero lo peor para él no fue eso, sino que la reprobación salió adelante con los votos a favor, entre otros, del propio alcalde, José Vázquez, y de otra concejala del Grupo Socialista. Los otros cuatro ediles del PSOE sí se pusieron al lado de Ruiz Boix.

Pero si este palo ya era gordo de por sí, todo se agravó cuando a renglón seguido el regidor destituía a Ruiz Boix como teniente de alcalde y como miembro de la comisión de gobierno y le apartaba de todas sus delegaciones municipales, de las que Hacienda era la más importante. Y Vázquez le remataba diciendo ante la opinión pública que estos ceses venían motivados "por la presión que este concejal está ejerciendo constantemente contra mí, por su falta de respeto y por su falta de sinceridad". Durísimo.

Todo esto hubiera tumbado a cualquier dirigente normal... pero el protagonista de esta historia empezaba a demostrar ya su aguante y su paciencia. Y se recuperó de tantas caídas gracias, entre otras cosas, al oxígeno que le dio la ejecutiva provincial que dirigía aún Francisco González Cabaña, que intervino en esta división interna abriendo expediente al alcalde y a la concejala por apoyar la reprobación de un compañero de partido y además respaldando una moción defendida por el PP.

Abandonado por el alcalde pero no por la mayoría del Grupo Socialista, Ruiz Boix viviría aún otro palo en este mandato tan controvertido. En marzo de 2009 fallecía José Vázquez y en el pleno del relevo Ruiz Boix, que ya era el secretario local del partido, se convertía en el candidato socialista a la Alcaldía. Pero cuando parecía que su designación estaba encaminada, todo saltó por los aires. El PSOE sólo logró seis votos, porque la concejala socialista que había reprobado a Ruiz Boix se negó a votarle para que fuera alcalde "por coherencia", según dijo, y votó en blanco. Como conclusión, el PP recuperaba la Alcaldía al ser la lista más votada (por un solo voto, recuerden) y Ruiz Boix pasaba por primera vez a los bancos de la oposición municipal.

Pero estos palos tan seguidos seguían haciendo fuerte a un Ruiz Boix que vería un año después cómo era archivada esa denuncia contra él por acoso laboral y que en 2011 era proclamado candidato del PSOE a alcalde, ganando esos comicios locales. A mediados de ese año se iniciaba una larga etapa que aún hoy le mantiene como máxima autoridad municipal de este municipio de la comarca del Campo de Gibraltar. Los dos últimos mandatos –desde 2015 hasta la fecha– viene gobernado con claras mayorías absolutas, aunque en el primer mandato (2011-2015), tuvo que demostrar sus dotes de equilibrista logrando cerrar un acuerdo de gobierno con el Partido por la Independencia del Valle del Guadiaro (PIVG) y con el PA.

Esta buena etapa en el Ayuntamiento de San Roque tenía traslación también para Ruiz Boix en las filas del PSOE. Tras posicionarse junto al griñanismo, el regidor sanroqueño terminaba siendo pieza clave para la derrota del cabañismo o pizarrismo que se confirmó en la provincia en julio de 2012. Irene García era elegida secretaria provincial del partido y Ruiz Boix se convertía en su número dos, una posición de privilegio que ha mantenido hasta finales del año pasado, cuando terminó tomando el testigo de la dirigente sanluqueña al frente del PSOE gaditano.

Pero en la vida orgánica también ha vivido Ruiz Boix un par de momentos dolorosos, ambos en el año 2019 y ambos propiciados por decisiones tomadas por la ejecutiva federal pedrista.

El primer bofetón vino en marzo de ese año, cuando la dirección provincial del PSOE incluyó a Ruiz Boix en los puestos de salida de la lista al Congreso de los Diputados pero luego Ferraz le borró de la misma, junto a otros muchos nombres, para incluir a candidatos más proclives al pedrismo. El alcalde de San Roque ya no podía ser diputado nacional.

Y apenas tres meses después, en junio de ese 2019, venía otro sopapo desde Ferraz. El pedrismo perdonaba in extremis a Irene García y le dejaba seguir siendo presidenta de la Diputación, pero a cambio tenía que incluir al alcalde de Chiclana, José María Román, como vicepresidente o, lo que es lo mismo, como número dos de la institución provincial. Eso relegaba en la estructura de esta institución a un Ruiz Boix que tenía que conformarse con quedarse en el tercer escalón, asumiendo la portavocía del Grupo Socialista y siendo el diputado encargado del área de Hacienda. Era una degradación evidente para un dirigente que apenas unos días antes no sólo había obtenido una clara mayoría absoluta en San Roque sino que además había sido clave para cerrar con La Línea 100x100 el pacto de gobierno que hoy sigue vigente en la Diputación gaditana.

Suma una caída tras otra, a cual más fuerte, pero siempre se levanta para volver a subirse a la cuerda a muchos metros de altura. Porque tiene unas dotes de equilibrista que le han valido para tejer alianzas primero dentro del PSOE de San Roque y después con otras fuerzas políticas en este municipio y también en la Mancomunidad del Campo de Gibraltar, una comarca en la que Ruiz Boix lleva años siendo el dirigente del PSOE más influyente, sobre todo después de que su partido perdiera primero la Alcaldía de Algeciras y luego la de La Línea.

Su predominio en esa comarca era tan grande que llegó a convertirse en el rival a batir por el resto de formaciones políticas. Ello derivó por ejemplo en que en noviembre de 2018 el pleno del Ayuntamiento de Los Barrios, gobernado por los andalucistas, nombrara al alcalde de San Roque persona non grata al entender que siempre hablaba o actuaba en contra de los intereses del municipio barreño. Esta medida tan drástica y tan poco habitual tuvo poco recorrido porque en marzo de 2020 una sentencia anulaba dicha declaración institucional.

Pero el culmen de sus habilidades equilibristas lo vivió Ruiz Boix el año pasado, cuando fue una de las piezas claves para que se pudieran reunir varias sensibilidades diferentes del PSOE gaditano y conformar una alternativa potente que terminó apartando al irenismo y al romanismo del control del partido en esta provincia. Tras la unión de varias de las agrupaciones socialistas más potentes, Ruiz Boix lograba al final que todos le señalaran a él como candidato a dirigir el partido en la provincia, posiblemente porque en esta nueva alianza tan heterogénea no había otro dirigente que tuviera más ilusión que él en ser el líder del socialismo gaditano.

Y ya como secretario general del PSOE de Cádiz –con el respaldo del 88% del congreso provincial del partido– fue más fácil consensuar con Juan Espadas el relevo en la Diputación que hoy se hará efectivo y que le convertirá en el primer campogibraltareño que dirige esta institución. Es el premio a levantarse después de tantas caídas.

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