La Policía siria disparó ayer contra miles de personas que participaban en los funerales de los fallecidos durante las protestas en la ciudad meridional de Deraa, informó la página web opositora al régimen sirio Ajbar al Sharq.

Las fuerzas de seguridad emplearon fuego real, además de gases lacrimógenos, para impedir las exequias, en un ataque que causó al menos cuatro muertos y decenas de heridos, según la web opositora basada en Londres. Otras fuentes elevan el número de víctimas a quince.

Por otra parte, Ajbar al Sharq reveló que las autoridades sirias decretaron el toque de queda indefinido en esta localidad.

El presidente sirio, Bashar al Asad, destituyó el domingo al gobernador de la provincia de Deraa tras la muerte de al menos cinco manifestantes en unas protestas que estallaron el pasado viernes para exigir reformas políticas. En los últimos días ha habido distintas concentraciones en varios puntos de Siria en favor de reformas políticas en este país, que hasta ahora no se había visto contagiado por las rebeliones populares de Túnez, Egipto o Yemen.

Francia pidió a Siria que renuncie al uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes y condenó la muerte de cuatro personas el martes por la noche en un ataque contra una ambulancia cerca de una mezquita en la ciudad de Deraa, escenario de protestas en los últimos días.

Un portavoz del Ministerio francés de Asuntos Exteriores indicó que se ha pedido a Siria que realice "una investigación transparente" sobre ese atentado y los altercados de los últimos días, y expresó su solidaridad con las víctimas y sus familias.