Cultura

Tres veces tres

  • Autor de la banda sonora de 'Birdman', el batería mexicano Antonio Sánchez firma un notable doble álbum.

Three Times Three. Antonio Sánchez CamJazz-Distrijazz, 2015.

Su compatriota el director de cine Alejandro González Iñárritu no tuvo dudas: la batería de Antonio Sánchez se erigiría en protagonista de la banda sonora de Birdman. No en vano venía avalado por un consistente currículo sustentado en nombres como Chick Corea, Danilo Pérez, Gary Burton y, sobre todo, Pat Metheny. La difícil misión se salvó con éxito y, pese a que la música fue incomprensiblemente rechazada para competir por los Oscar por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas a causa de quedar "adulterada" por otras composiciones de Mahler, Ravel, Rachmaninoff y Tchaikovsky que también figuraban en la cinta, el batería mexicano salió plenamente reforzado de tan exigente prueba.

Todos aquellos que se sintieron atraídos por el vertiginoso juego percusivo con el que Sánchez regaba muchas escenas de la película pueden ahora disfrutarlo en su mejor contexto de la mano de su más reciente trabajo: el doble CD Three Times Three nos presenta la vertiente colaborativa de Sánchez a la vez que cumple con su título presentando tres tríos de nivel abordando tres temas -una versión y dos originales de Sánchez- cada uno de ellos.

El baterista demuestra en ellos la versatilidad de su estilo a la vez que suscribe alianzas con una poderosa nómina de colegas: el pianista Brad Mehldau y el contrabajista Matt Brewer en un primer trío responsable de desplegar una excelente exposición acústica en la que el tema invitado es una variación del Nardis de Miles Davis bautizada como Nar-this; el guitarrista John Scofield y el bajo de Christian McBride en un formato de pulso más funk y con Fall de Wayne Shorter como adaptación elegida; y el saxo tenor de Joe Lovano y el contrabajo de John Patitucci tomando protagonismo en un contexto más anguloso y abierto con I Mean You de Thelonious Monk cerrando sesión.

A diferencia de otras muchas ocasiones, el concurrido cuarto de invitados no se convierte aquí en un escaparate de individualidades y la música fluye equilibrada y sustanciosa, delineada sobre un plural balance de improvisación y partitura en el que los árboles nos permiten disfrutar con el bosque.

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