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"Tuve la suerte de trabajar con el mejor alcalde de Sevilla"

josé luis villar iglesias. exconcejal del ayuntamiento de sevilla

Dos carreras, Derecho e Historia, un único partido, munícipe de 1987 a 1999 De la quinta del biberón También es autor de una tesis sobre Al Andalus y la fiebre del oro

José Luis Villar, en la cafetería Mónica, en la calle Luis Montoto de Sevilla.
Francisco Correal Sevilla

01 de marzo 2016 - 01:00

Político por su padre, historiador por su madre, José Luis Villar (La Línea de la Concepción, 1960) fue delfín en tiempo de tiburones. Concejal en el Ayuntamiento de Sevilla del 87 al 99.

-Entró muy joven...

-Soy de la quinta del biberón: Jaime Bretón, Alberto Jiménez-Becerril, Luis Pizarro, Pablo Ollero...

-¿Soñó con ser alcalde?

-Nunca me moví en ese perfil. He tenido la suerte de trabajar con el que ha sido el mejor alcalde de Sevilla desde Fernando III. Trabajando con Rojas-Marcos, cualquier tipo de ambición la tenía cubierta y toda vanidad satisfecha.

-¿Qué recuerdos tiene del 28 de febrero de 1980?

-Mi padre era de la UCD, fue de los que permanecieron leales a Suárez en la UCD, y eso en Andalucía el 28-F era una heroicidad. En esa época estuvimos varios meses sin dirigirnos la palabra; después fue dos veces candidato del PA a la Alcaldía de La Línea y murió siendo andalucista.

-¿Cómo recuerda aquel día?

-Estaba en Sevilla, en el colegio mayor San Juan Bosco, en tercero de carrera. Ese día cogí la Bultaco de un colega y estuve recorriendo la ronda histórica con una bandera en el transportín y una caja de panfletos entre las piernas.

-¿Nunca se planteó lo de estudias o trabajas?

-Siendo concejal empecé a estudiar Historia. Salía del Ayuntamiento sin comer y me iba a clase.

-Fue el mejor expediente de su promoción...

-Saqué matrícula de honor en Prehistoria y me animé. Tuve de profesor de Historia de Egipto a Presedo, que me puso la mejor nota por darle entera la lista de faraones de la dinastía XVIII.

-Como historiador, ¿cree que lo integrista está al alza y lo integrador a la baja?

-El fracaso del Partido Andalucista y del nacionalismo andaluz es el fracaso de nuestra idea de que en Andalucía podía existir una conciencia de pueblo como en Cataluña o el País Vasco.

-¿Su andalucismo rozaba con el españolismo al vivir junto al Peñón de Gibraltar?

-Es un espectáculo geográfico, una seña de identidad. De niño, a punto de cumplir los 8 años, la selección española fue por primera vez a La Línea a jugar un partido de fútbol contra Finlandia. Recuerdo de esa noche a Velázquez y a Quino, que entró por Gento.

-Eso debe ser lo más junto a salir en la última página del Ulises de Joyce...

-El partido se jugó en el estadio José Antonio Primo de Rivera, junto a la Ciudad Deportiva Francisco Franco. Un día le cambiaron el nombre sin alharacas ni división social. Será el sentido común de los pueblos con frontera, donde se viven las cosas de una manera cotidiana y poco trascendente.

-Como la canción de Caco Senante, usted fue gaviota andalucista en Madrid...

-Llegué en septiembre de 1977 para estudiar Derecho. Vivía con una tía-abuela en el barrio de Salamanca. Ella era muy liberal porque lo había vivido todo, pero tuve problemas con los jóvenes del barrio, que me insultaban en el Metro cuando me veían lleno de pegatinas de Andalucía, Amnistía, Libertad de Expresión.

-¿En Madrid se forjó esa fe?

-La sintonía de la campaña era de Carlos Cano. El PSA iba en coalición con el PSP. Unidad Socialista.

-¿Había química entre Tierno Galván y Rojas-Marcos?

-Tierno entró en el PSOE y fue alcalde de Madrid. ¿Habría sido presidente de la Junta Rojas-Marcos si llega a entrar en el PSOE? Eso demuestra que no le movía la ambición política que ha llenado páginas y páginas de periódicos.

-¿Qué socio les desgastó más, el PP de Soledad Becerril o el PSOE de Monteseirín?

-No creo que nuestro problema haya sido de desgaste por gobernar con otros partidos. El desgaste fue de una ideología y una ilusión colectiva. La causa no la sé. Cada vez soy más socrático. Sólo sé que no sé nada, y de política menos.

-¿Una huella de su gestión?

-Subido en una de las máquinas para que parasen las obras en la alberca almohade de la Buhaira.

-Los almohades de su tesis.

-Al Andalus y la fiebre del Oro, que me dirigió Magdalena Valor.

-¿La nostalgia andalusí de un andalucista sin partido?

-No. El asombro ante culturas orientales que se desarrollaron en el extremo más occidental del Mediterráneo. Eso era Al-Andalus, Oriente en Occidente. Una ruta que unió Al-Andalus con el país de los Negros, una zona que conserva hispanismos y arabismos.

-¿Andalucismo es arqueología?

-Es historia contemporánea de Andalucía. Un elemento imprescindible para estudiarla. No es pasión de antiguo militante. Lo digo como historiador.

-¿La política va en los genes?

-Soy el mayor de seis hermanos, de los que tres hemos sido concejales, además de mi padre. Lo nuestro es auténtico vicio. Ángel sigue siendo concejal en La Línea y es el mejor portero que ha tenido la Balona en Segunda B.

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