Un acuerdo sin el Campo de Gibraltar

Crónicas de la prosperidad compartida

La UE y Reino Unido han cerrado al margen de la comarca el texto del futuro Tratado por el que Gibraltar se integrará en el territorio Schengen

250 páginas para el Tratado y el caso de Andorra

Fabián Picardo y Pedro Sánchez, en el Presidium de la Internacional Socialista, celebrado el pasado 30 de noviembre en Malta.
Fabián Picardo y Pedro Sánchez, en el Presidium de la Internacional Socialista, celebrado el pasado 30 de noviembre en Malta. / E. S.
Teófilo Morón

La Línea, 21 de diciembre 2025 - 02:45

Hablábamos de la constante necesidad que siente el gibraltareño por reafirmar su nacionalidad británica, que atribuíamos al dudoso reconocimiento que como tal le concede la Metrópoli. En este asunto se produce una curiosa dicotomía. La argucia usada por el británico para mantener su control sobre la base militar durante el periodo de descolonización llevó a insuflar ciertas aspiraciones entre los gibraltareños de llegar a convertirse en una nación o Estado.

Los más pragmáticos son sabedores que siempre tendrán que estar bajo el paraguas del británico o del español. El artículo X del Tratado de Utrecht lo deja bien claro: “Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”.

Por mucho que el británico/gibraltareño pretenda entender como trasnochado el Tratado de Utrecht, lo cierto es que es el único papel sobre el que el británico puede sustentar la posesión de la Ciudad, que no del Istmo. Y el gibraltareño tiene muy presente que el día en que el británico pierda el interés por la base militar, dejará a su población a su suerte. Ya pasó con Hong-Kong, Diego García y con las bocas inútiles de Gibraltar durante la II Guerra Mundial.

Pueden encontrarse gibraltareños en las más inverosímiles competiciones que se adjetiven de carácter internacional, independientemente del deporte o actividad de que se trate

Siendo conscientes de esta situación no abandonan su sentimiento nacionalista gibraltareño, que el británico consiente siempre que no sobrepase las líneas invisibles para aquel ajeno a las élites gibraltareñas, que saben muy bien hasta donde pueden llegar con el gobierno de Su Majestad antes de que se le mande un Regimiento de Gurkas a pasear ostentosamente sus krukis por Main Street.

Y es aquí donde se sitúa la curiosa propensión llanita a participar en toda actividad que se revista de cierto carácter de internacionalidad. Así pueden encontrarse gibraltareños en las más inverosímiles competiciones que se adjetiven de carácter internacional, independientemente del deporte o actividad de que se trate.

Nos encontramos con un pueblo de menos de 40.000 habitantes que destaca por la variedad de actividades y gustos que profesan. Da lo mismo que hablemos de crochet, macramé o bolillos, petanca, cría de canarios o bailes de salón, en cualquier competición internacional o mundial que se organice allí podrá encontrarse a una delegación gibraltareña. En fin, para gustos colores.

El problema que a esto se encuentra es que en muchas ocasiones uno saca la impresión de que la afición o práctica concursal reviste cierto carácter de impostado por parte de la delegación gibraltareña y que su participación en la competición tiene más origen en su chequera, que en el nivel de los competidores.

La entrada en la UEFA y la FIFA

El máximo exponente de esta curiosa actividad fue la entrada de Gibraltar en la UEFA, allá por 2013. Llevaba intentándolo desde 1997, lo que da una idea no solo de su persistencia, sino que detrás de ello no solo se encuentran intereses deportivos. ¿Será que el británico no era capaz de satisfacer las aspiraciones futbolísticas de su colonia?

Su pertenencia a la UEFA posibilitó su posterior entrada en la FIFA en 2016. De esto, que a todas luces ha de reconocerse como un fracaso de la diplomacia española, podemos reducir las responsabilidades nacionales a la luz de las corruptelas en las que con posterioridad supimos se encontraban inmersas tanto UEFA, como FIFA, y que hace pensar que la entrada de Gibraltar en ambas organizaciones pudo ser engrasada con el dinero evadido a la fiscalidad española. Lo que no se puede reducir es el ridículo que nuestra diplomacia jugó cuando el famoso “Gibraltar español” de la Selección española en 2024. ¿Qué fue de aquello de la libertad de expresión? Hay quien tiene la piel muy fina y ve la paja de un Gibraltar español en una celebración deportiva y no la viga de un National Day de improperios hacia Corea del Norte.

Estos polvos nos llevan a los barros de la Internacional Socialista. El pasado mes de noviembre, el Gibraltar Socialist Labour Party (GSLP) fue admitido como miembro de pleno derecho de la Internacional Socialista donde intentaba entrar desde 1988 y cuya entrada venia siendo bloqueada por el mismo partido que en esta ocasión le ha abierto las puertas y tendido la alfombra, el PSOE español.

Hay informaciones periodísticas que señalan la financiación venezolana de la candidatura de Pedro Sánchez a la Internacional Socialista allá por 2022. Y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México acusa a la presidencia de Pedro Sánchez de la Internacional Socialista de "unilateral, opaca, evasiva, ineficiente, anticuada, burocrática, agresiva, antidemocrática y corrupta".

La acusación del PRI mexicano a Sánchez es como la del burro que le dice orejón al caballo, pero no deja de ponernos en perspectiva sobre la situación de la Internacional Socialista en la que aterriza el GSLP

En su escrito de denuncia, el PRI refiere la presidencia de Sánchez como "señalada por actos de corrupción y lavado de dinero". "Medios de comunicación y excolaboradoras de Pedro Sánchez han señalado que el Gobierno de Venezuela, considerado una narcodictadura comunista y terrorista, utiliza a la IS para triangular recursos de dudosa procedencia en favor del PSOE".

Esta acusación del PRI mexicano al presidente Sánchez es como la del burro que le dice orejón al caballo, pero no deja de ponernos en perspectiva sobre la situación en la que se encuentra la Internacional Socialista en la que aterriza el GSLP. Cuando el presidente español empieza a considerarse un paria por la comunidad internacional, aparecen raudos y veloces los socialistas gibraltareños cual aves carroñeras sobrevolando un cadáver.

La debilidad española

Y es que si algo ha caracterizado al contencioso gibraltareño es el aprovechamiento británico de los momentos de debilidad españoles: comenzaron en 1704, cuando ocuparon el Peñón aprovechando la Guerra de Sucesión española y haciéndolo en nombre de uno de los pretendientes al trono de España. Y lo hicieron cuando, escudándose en la invasión napoleónica, volaron los fuertes de la línea de contravalación, San Felipe y Santa Barbara, el 14 de febrero de 1810.

Años más tarde, usurparon el istmo valiéndose de nuestro carácter solidario y construyeron sobre él un aeródromo militar cuando nos enzarzamos en una fratricida guerra civil. Ambos bandos en contienda recriminaron la construcción británica, aunque hoy en día hay historiadores y asimilados que omiten este detalle. Es más, el contencioso gibraltareño ha gozado de un consenso entre los políticos nacionales desde su origen hasta que saltó por los aires con la llegada de la actual democracia, momento en que se rompieron muchos consensos por el simple hecho de mostrar diferencias con el contrario, o por las oportunidades que ofrecía para la evasión de capitales. En fin, así nos va.

Abundante debilidad institucional e internacional española, cuarto y mitad de corrupción, generosas cantidades de lechugas y chistorras gibraltareñas y tenemos un puchero a fuego lento en el que España, los campogibraltareños y sus intereses tienen las de perder. Este caldo es en el que temía se cocinara el Acuerdo fantasma y me parece que en esas estamos.

Tengo la impresión de que los campogibraltareños estamos en un territorio fronterizo entre reinos en el que abundan las razias

Acababa el otoño, que se fijó como fecha tope para que se conociera el texto del supuesto acuerdo y de la chistera del Gibraltar Chronicle salía el titular: "Los negociadores completan el trabajo sobre el texto del tratado". A poco de completar el quinto año de negociaciones, cuando el Gobierno español está más atento a decisiones judiciales y titulares periodísticos que a cuestiones de política internacional, nos desayunamos con que el Acuerdo fantasma está siendo objeto de una revisión legal por parte de la UE y el Reino Unido sin que la Asesoría Jurídica Internacional del Ministerio de Exteriores haya olfateado el texto.

Tengo la impresión de que los campogibraltareños estamos en un territorio fronterizo entre reinos en el que abundan las razias, esos ataques rápidos sobre territorio fronterizo para su saqueo y obtener botín, esclavos o causar destrucción, retirándose después y que podían venirte de amigos y de enemigos.

A la izquierda, el 'HMS Forth', que con base permanente en las Malvinas se somete a reparaciones y mantenimiento en Gibraltar. Por su popa, el 'RFA Tidesurge', un buque auxiliar sometido a mantenimiento. Entrando a puerto, el patrullero 'HMS Trent', con base en el Peñón. La foto fue tomada en 2023.
A la izquierda, el 'HMS Forth', que con base permanente en las Malvinas se somete a reparaciones y mantenimiento en Gibraltar. Por su popa, el 'RFA Tidesurge', un buque auxiliar sometido a mantenimiento. Entrando a puerto, el patrullero 'HMS Trent', con base en el Peñón. La foto fue tomada en 2023. / A. L.

No tenemos fortaleza de Castellar que nos sirva de resguardo, no tenemos UCO y Judicatura que nos parapete, la UDEF parece ser se pasó a las filas enemigas, ni tenemos Rey que nos proteja. El Soberano nos envía huestes hediondas de lupanar que están más preocupadas por esquilmar al vasallaje que por su prosperidad, aunque sea sin compartir, y que no dudará en sucumbir ante cualquiera que le unte la tostada. Y más si lo hace por los dos lados, cuestión en la que la sureña republica de bufetes tiene experiencia de sobra.

Nada bueno puede salir de un Acuerdo que se oculta hasta la extenuación a aquellos que lo van a sufrir. Si tantas bondades trae, ¿por qué tanta obstinación en que no las conozcamos? A estas alturas, todos somos conscientes de que en ese Acuerdo poco se va a solucionar a los trabajadores (pensiones, sanidad, educación), nada va a poner coto al terrorismo medioambiental que cocina la colonia, no va a acabar con la competencia desleal de Gibraltar para con España ni solucionará la esquilmación tributaria que se le hace al erario público norcoreano.

Problemas y soluciones

Son indignantes manifestaciones, como aquella del ministro Albares de que el acuerdo sobre Gibraltar no va a resolver todos los problemas de La Línea. Nadie se ha preocupado por las necesidades, deseos y aspiraciones que esta comarca tiene respecto al contencioso. Somos los pagafantas de un acuerdo del que también somos los principales protagonistas y no hemos tenido voz ni voto. Tampoco parece que el fin perseguido por Exteriores sean los intereses de España como nación. Se dan tratos de favor sin contraprestación alguna.

Las gentes de esta comarca van a tener que mantener económicamente una base militar colonial británica, así como el estatus económico de los colonos, en aras de la seguridad del mundo occidental. La vida en el Campo de Gibraltar se hará cada día más cara y complicada y habremos de encomendarnos a nuestro Dios para que el arsenal dispuesto para defender la seguridad de occidente no termine volando por los aires el Peñón, convirtiéndolo en una suerte de nuevo Santorini. La lluvia de cascotes dañará nuestras viviendas y tendremos que hacernos cargo de alojar al gibraltareño damnificado de la explosión. Somos el esclavo que recoge el algodón para que el amo pueda permitirse comprar una buena fusta con la que serigrafiarnos la espalda mientras nuestros compañeros de fatigas aplauden.

Solo cabe esperar que la complejidad legislativa que necesitará el Acuerdo para su entrada en vigor sea la campana que nos salve de terminar noqueados en la lona.

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