250 páginas para el Tratado y el caso de Andorra

Crónicas de la prosperidad compartida

El tránsito fronterizo es el sistema circulatorio de la economía de Gibraltar. A ver cómo explican que sus habitantes tengan permisos de residencia válidos para toda Europa cuando los residentes andorranos no disfrutan de esa prebenda

Fabián Picardo, ministro orincipal de Gibraltar, saluda a un ciudadano en el National Day de Gibraltar, el pasado 10 de septiembre.
Fabián Picardo, ministro orincipal de Gibraltar, saluda a un ciudadano en el National Day de Gibraltar, el pasado 10 de septiembre. / Carrasco Ragel / Efe
Teófilo Morón

La Línea, 26 de octubre 2025 - 01:35

Cuando se iniciaron estas Crónicas de la prosperidad compartida se tenía el propósito de poner en evidencia cómo, desde el sur de la Verja, se habían extendido sus tentáculos crematísticos hacia el norte con el fin de vender su relato, es decir, cambiar la historia a como les gustaría que hubiera sido y no como realmente aconteció. Lo que viene siendo arrimar el ascua a su sardina. Por ello creí que se iba a mirar más al pasado que al presente o al futuro. Pero los acontecimientos se suceden y los vecinos siguen generando relatos que un servidor se ve obligado a poner en evidencia.

Nos informaba este diario cómo los denodados esfuerzos de los consiglieres de los genoveses les han permitido anunciarnos que "El futuro tratado de Gibraltar tiene ya 250 páginas y se dividirá en siete partes". Lo que no se nos informaba es si esas 250 páginas eran de papel mojado.

Como no podía ser de otra manera, lo poco revelado de esas 250 páginas tiene mucho que ver con la movilidad de personas, que si garantiza la circulación fluida de los miles de personas que cruzan a diario entre Gibraltar y España; que si Gibraltar/UK seguirá haciendo sus controles, mientras España (en nombre de la UE) hará los del espacio Schengen, en fin, que se quedan como están ahora, disfrutando de un tránsito fronterizo sin control alguno. Mientras en este lado juzgados, fiscalía, policías, instituciones europeas y políticos silban mirando al cielo.

Durante su permanencia en la UE hicieron competencia desleal, amparados en su privilegiada posición de cumplir solo con la normativa europea que les llena los bolsillos y no la que se los vacía

No duden de que, por lo menos, 125 páginas tratarán sobre la fluidez de los tránsitos. Ya vimos cómo la fluidez es el sistema circulatorio de la economía gibraltareña: si no hay turistas, los monos no comen. Tú sabes.

Otro de los apartados, parece ser, trata sobre la movilidad de los bienes y regula la entrada de Gibraltar en la Unión Aduanera. Gibraltar no produce nada, por lo que no está muy interesada en la exportación de sus producciones, pero si los laureados diplomáticos no se andan más despiertos de lo que lo han estado hasta ahora, se les dará una ventana de oportunidad a los llanitos para que cuelen en todo el mercado europeo mercaderías de los más variopintos orígenes aprovechando su ventajosa posición respecto a la aduana común. Al fin y al cabo, es lo que hicieron durante su permanencia en la Unión Europea, competencia desleal amparados en su privilegiada posición de cumplir solo con la normativa europea que les llena los bolsillos y no la que se los vacía. Y lo que han hecho en toda su historia, negociar de estraperlo cualquier mercancía que les deje beneficios.

Reforma de los reglamentos

Señores, consiglieres, permítanme un consejo que les ahorrará trabajo. No se esmeren tanto en la redacción de todo lo concerniente a la movilidad de personas y bienes, porque al final la Unión Europea tendrá que modificar los Reglamentos Europeos de Fronteras y Aduanas. En esa fiesta participan Parlamento y Comisión Europea, y no creo que les pongan silla, bueno, igual si se integran con la delegación española les dejan sentarse a la mesa.

Siguen creyendo en el Palacio de Santa Cruz que los Genovese van a poner cuartos para la prosperidad compartida. De ilusiones vive el hombre

Total, que no creo que consigan que las instituciones europeas les miren con buenos ojos cuando empiecen a descargar cajas de folios del camión. Tengan en cuenta que el Código de Fronteras europeas tiene 52 páginas, y el Aduanero 101 páginas, en sus versiones en español, con esas cantidades no llegamos al prometido enero.

Será de interés ver cómo le explican a Andorra que en Gibraltar se van a dar permisos de residencia válidos para toda Europa cuando los residentes andorranos no disfrutan de esa prebenda.

Parece ser que entre la caja de cinco paquetes de folios que llevan escritos, ha quedado espacio para chucherías como cooperación judicial contra el crimen, la resolución de disputas, armonización de impuestos indirectos, un gran número de protocolos, anexos y resoluciones administrativas, así como la creación de grupos de trabajo para tratar sobre las cuestiones que surjan en diversos ámbitos.

Igual hasta no publican el Tratado, como han hecho con la norma donde se recoge que a un gibraltareño no se le sella el pasaporte en la Verja

Por el contenido del acuerdo que nos transmitió el ministro Albares en su comparecencia en el Congreso debe de quedar por redactar otra caja de folios más. Nada dijeron de personal y material militar, uso y gestión conjunta del aeropuerto, impuesto indirecto similar al IVA español, medioambiente; lucha contra el blanqueo de capitales; mecanismo financiero para compensar las diferencias en contraprestaciones sociales -Seguridad Social, desempleo y pensiones-; y fondo social para favorecer la cohesión entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar. Siguen creyendo en el Palacio de Santa Cruz que los Genovese van a poner cuartos para la prosperidad compartida. De ilusiones vive el hombre.

A este ritmo me compadezco de los redactores de Europa Sur cuando se publique ese acuerdo, y tengan que leerse esos tochos de tedioso lenguaje para resumirnos a los lectores el criptográfico contenido. Menos mal que ya hay inteligencia artificial que ayude a tan insufrible tarea. Aunque igual tenemos que esperar a que lo publique la UE, como ocurrió con los acuerdos de Nochevieja, o hasta igual no los publican, como han hecho con la norma donde se recoge que a un gibraltareño no se le sella el pasaporte cuando llega a la Verja.

El único acuerdo que no se ha hecho publico fue el que el Gobierno firmó con Bildu, esa execrable formación política heredera de HB que asistía invitada a los actos del National Day organizados por un ministro principal que hoy en día sigue con silla en el Gobierno gibraltareño

No deja de llamar la atención que con 250 páginas ya redactadas aquí no enseñe nadie ningún papel. Sorprende que con todo lo que ya hay escrito las versiones de cada parte siguen sin coincidir. Ya tenemos antecedentes de la forma de actuar del Gobierno español cuando firma acuerdos que provocaran fatiga entre el electorado. De esta legislatura, el único acuerdo que no se ha hecho publico fue el que el Gobierno firmó con Bildu, esa execrable formación política heredera de HB que asistía invitada a los actos del National Day organizados por un ministro principal que hoy en día sigue con silla en el Gobierno gibraltareño.

Eso sí, no se olvidan de recordarnos que su soberanía exclusivamente británica permanece inalterada, firme e inquebrantable. Recordatorios gratuitos, ya que en esta comarca campogibraltareña sabemos de sobra que necesitan a su gran madre patria para garantizar a todos aquellos que esconden sus cuartos, de dudosas y delictiva procedencia, en los fideicomisos gestionados en los bufetes, para que intervenga siempre que sea necesario con el fin de proteger sus paraísos fiscales de ataques externos; para eso en la City se llevan su parte.

José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, y Maros Sefcovic, vicepresidente ejecutivo de la CE, tras la reunión en Bruselas de alto nivel entre España, Reino Unido y Gibraltar del pasado 11 de junio.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, y Maros Sefcovic, vicepresidente ejecutivo de la CE, tras la reunión en Bruselas de alto nivel entre España, Reino Unido y Gibraltar del pasado 11 de junio. / Pablo Garrigós / Efe

Un cambio de jurisdicción permitiría al gobierno de turno meterle un sablazo a los Genovese como si fueran un vulgar autónomo español y eso haría saltar por los aires la prosperidad compartida entre ambas aceras de la Plaza del Convento. Ustedes saben, como nosotros, que si les tuviera que amparar la legislación española los beneficios serían menores, tendrían que llenar los sobres de chistorras, lechugas y folios directamente desde sus bolsillos, y ahora solo se llenan desde la alcancía común de la colonia.

A nada que me hayan leído se habrán dado cuenta de que esas 250 páginas se me asemejan más a esos expositores de folletos que se topa uno a la entrada de un hotel, de los que todo el mundo se percata de su existencia, pero que nadie lee; ni para tomar notas sirven. La curiosidad que me suscita toda esta puesta en escena es ver cómo nos van a justificar que pasan los días y el expositor de folletos sigue vacío. Aunque quizás esa sea la paradoja, que no van a dar ninguna explicación, estirarán el chicle y cuando cambien el Gobierno en España y Gibraltar, que lo expliquen los entrantes.

Un centro de inmigrantes

Tengan por seguro que nos van tener entretenidos con noticias de este corte sin que llegue a materializarse nada de nada. Lo que si me ha preocupado es el titular de El partido que impulsó el Brexit plantea convertir a Gibraltar y las Malvinas en centros de inmigrantes que solicitan asilo. Veo más factible que esto suceda a que se culmine el acuerdo.

Si bien desde Gibraltar se ha comunicado que la colonia goza de autonomía en materia de inmigración, que posee su propio sistema legal y que cualquier decisión de este tipo debería contar con la aprobación del Gobierno local, ya sabemos que si el ventrílocuo junta los dedos, se cierra la boca de la marioneta. El británico ya utilizó a sus colonias como penal, caso de Australia, y ha dado muestras de su delicadeza en el trato a los inmigrantes solicitantes de asilo, internándolos en la barcaza Bibby Stockholm o externalizando su gestión en países como Ruanda.

No albergo la menor duda de que si la metrópoli desea repartir solicitantes de asilo entre sus colonias, lo hará. Mis temores residen en que, entre tanta página de acuerdo, no se recoja la manera de evitar que la comarca campogibraltareña vuelva a tener que soportar las consecuencias de la trata de personas.

Temo que se haga florecer un negocio de trata de solicitantes de asilo a los que, tras su llegada a Gibraltar y a cambio del oportuno pecunio, se les presten las facilidades correspondientes para que terminen en la ciudad europea que deseen

Temo que la conocida capacidad emprendedora del gibraltareño, unida a los agujeros legislativos del acuerdo, haga florecer un negocio de trata de solicitantes de asilo a los que, tras su llegada a Gibraltar y a cambio del oportuno pecunio, se les presten las facilidades correspondientes para que terminen en la ciudad europea que deseen. Gibraltar se quedará con los beneficios y esta comarca será la que tenga que dar asistencia social y manutención a los inmigrantes, como ha hecho anteriormente en incontables ocasiones. Después de todo, guarda sus similitudes con lo que actualmente ocurre con los trabajadores. Ojalá en esta ocasión esté equivocado.

Aquelarre en Londres

Finalizando el presente sucedió un hecho que ha de referirse. El Gobierno gibraltareño montó un aquelarre en Londres para vender las bondades económicas gibraltareñas y las posibilidades que abre el acuerdo. En un momento dado, el Sr. Picardo declara: “Pero una empresa de Gibraltar ahora se puede utilizar para comprar, por ejemplo, una propiedad en Madrid y si hay una disputa de accionistas, esa disputa se resuelve en el Tribunal Supremo de Gibraltar (...) de acuerdo con los mecanismos de derecho común en lugar de una disputa de Derecho Civil en un tribunal español en un idioma extranjero”.

Pone aquí de manifiesto el Sr. Picardo cómo se están usando figuras jurídicas favorecedoras de la opacidad fiscal y el blanqueo de capitales para subvertir la legislación y jurisdicción de los tribunales españoles. Si bien esto no es nuevo, hasta la fecha intentaban disimularlo. Lo grave es que se usó eso como banderín de enganche para inversiones británicas en Gibraltar. Se está publicitando la adquisición de propiedades en España evadiendo las obligaciones fiscales y legales que ello conlleva. Cuanto menos, el Gobierno español debería pedir explicaciones. Pero conociendo el paño voy a esperar sentado a que eso se produzca.

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