Enciclopedia de La Línea

Personajes ilustres, famosos y populares (IV)

El artista linense Juan Carlos Bracho.

El artista linense Juan Carlos Bracho. / E. S.

La Enciclopedia de La Línea recoge en el tomo III las biografías de 329 personajes linenses o muy vinculados a la ciudad. Están representados casi todos los estamentos y profesionales. Contiene historias de literatos, pintores, docentes, sacerdotes, médicos, cantaores, cantantes, bailaores, compositores, músicos y toreros, además de psicológicos, locutores, deportistas y actores.

Juan Carlos Bracho (Artista)

Juan Carlos Bracho Jiménez nació en La Línea de la Concepción en 1970. Entre 1993 y 1997 estudió en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, de la Universidad de Castilla La Mancha. Desde 1995 a 2002 trabajó en colaboración con la artista Julia Rivera. Tras la disolución en 2002 de la pareja artística con Rivero, antes de finalizar sus estudios universitarios, Juan Carlos Bracho inició una andadura en solitario que, en muy pocos años, le situó en los puestos de cabeza dentro de su promoción en cuanto a reconocimiento crítico.

En su caso, durante los últimos tres años más que de visibilidad habría que hablar casi de una presencia permanente en el medio especializado de estos proyectos, algo que le ha llevado a ser considerado actualmente como uno de los nombres de referencia ineludible a la hora de trazar el mapa de la generación de artistas aparecidos recientemente. Sin embargo, Bracho sostiene todavía la misma actitud perseverante, cuidadosa, un tanto distanciada y muy firme que en sus comienzos con respecto a la dimensión pública de sus trabajos, otorgando a cada uno de ellos el pueda llegar a ser, o preciosista la ejecución que demande. En ese sentido, los niveles de autoexigencia, intensidad y constancia no se han relajado ni visto alterados un ápice en estos últimos años de reputación creciente, de creciente demanda de su presencia en colectivas, bienales y ferias. Prueba de ello es, por un lado, la enorme coherencia que hilvana todo su discurso hasta el presente; y por otro, lo convincente de sus apuestas, que apenas adolecen de grandes diferencias entre ellas en cuanto a la calidad procesual se refiere por heterogéneos que sean los medios para afrontarlas.

Una de las constantes de toda su producción es la preeminencia concedida al dibujo en cuanto que espacio conceptual generador de ideas. Desde esos cuadernos privados –el artista se niega a exponerlos o que sean reproducidos– donde se acumulan bocetos y croquis, anotaciones o recortes de prensa, folletos de mano de las exposiciones que visita, así como cualquier otro material de la entropía visual contemporánea que, por determinada razón, llame la atención de nuestro protagonista, y que en su conjunto funcionan como auténticos “cuadernos de bitácora” de un particular maridaje entre biografía y reflexión estética, desde estos cuadernos, decimos, hasta la formalización de la mayoría de sus piezas, que en lo básico podemos entender como derivas más o menos ortodoxas de la misma añeja disciplina, Bracho pone de manifiesto lo esencial, vertebral de los conceptos del dibujo. Preeminencia de la idea, pues, que entre sus manos tiende a encarnar una corporeidad frágil pero extensiva, sutil pero clara, de apariencia monótona o discreta pero cuajada de matices y gran potencial.

En sus primeros años de carrera trabajó en colaboración con la artista Julia Rivera

Justo como querían los tratadistas del tardomanierismo en el caso del interno. En efecto, Bracho conjuga de continuo equilibrios dinámicos que dotan a su trabajo de flexibilidad intrínseca, donde cabría prever rigidez o monotonía. Entre ellos, quizá el más sorprendente es el resultante del marcado carácter procesual de sus propuestas (que él gusta que remitan entre sí una y otra vez, como si se propiciase el avance ficticio a través de la fuga infinita abierta al enfrentar espejos paralelos), y lo que podríamos denominar un substrato romántico en torno a la experiencia intelectualizada del paisaje.

El resultado supone una perspectiva lúcida y muy sugerente desde medios conceptuales sobre porciones enteras de nuestra gran herencia cultural, a la cual el artista se muestra especialmente sensible, proclive. Así, más allá, Bracho dialoga con toda una constelación de nombres del pasado y el presente, actualizando para nosotros con tanta originalidad como rigor claves profundas del arte de todos los tiempos que nos constituyen como comunidad de intereses estéticos compartidos: de Soll LeWitt al arte ornamental y la pintura decorativa (grutescos, marmolizados, taraceas, estarcidos, esas bases recientemente atendidas por Didi-Huberman); de Agnes Martin a las vetustas tradiciones del tapiz y la lacería; de Friedrich y su proyección metahistórica en el expresionismo abstracto norteamericano a las intervenciones murales de la jovencísima portuguesa Martinha Maia.

Muchos de sus proyectos y acciones son fotografiados, incluso grabados, mientras se llevan a cabo, y es a través de ese material donde Juan Carlos encuentra nuevas relaciones y actuaciones, nuevos significados que se han generado por azar en ese proceso de desarrollo conceptual y espacial. Siempre está dispuesto a que el espacio original vaya mutando y transformando los elementos que allí habitan. El material fotográfico de Películas de mí mismo, por ejemplo, muestra una escenografía siniestra donde los objetos que vemos nos hablan de personajes ausentes y de acciones que no sabemos si han ocurrido o están a punto de suceder.

ColeccionesLas obras de Juan Carlos Bracho se encuentran, entre otros sitios, en:

  • Museo de Bellas Artes de Santander.
  • Ministerio de Asuntos Sociales. Injuve.
  • Fundación La Caixa.
  • Colección Cajasol.
  • Fundación Provincial de Cultura. Diputación de Cádiz.
  • MACUF: Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa.
  • Caja Madrid.
  • Colección Circa XX.
  • Colección de Fotografía Purificación García.
  • Fundación Rafael Botí.
  • Colección Emergente. Iniciarte. Junta de Andalucía.
  • Colección MP. Fundación Valentín de Madariaga.
  • Colección ABC.
  • CGAC. Centro Gallego de arte contemporáneo.
  • Comunidad de Madrid.
  • Fundación Fernando Mª Centenera Jaraba.
  • Centro de Arte la Panera.

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