Gibraltar reabre el polémico caso de los dos vecinos de La Línea muertos bajo una patrullera de la RGP en 2020
Un nuevo jurado revisa desde cero la muerte de Mustafa Dris Mohamed y Mohamed Abdeslam Ahmed, fallecidos cuando una patrullera de la Royal Gibraltar Police pasó por encima de su lancha
Los dos fallecidos y uno de los supervivientes de la semirrígida accidentada residían en La Línea
Gibraltar ha reactivado esta semana una de las investigaciones más delicadas y controvertidas de los últimos años: la relativa a la muerte de Mustafa Dris Mohamed y Mohamed Abdeslam Ahmed, ceutíes pero residentes en La Línea de la Concepción, fallecidos en marzo de 2020 cuando la patrullera Sir John Chapple de la Royal Gibraltar Police (RGP) en la que viajaban varios agentes pasó por encima de la lancha neumática rígida en la que se desplazaban.
El proceso se ha retomado este lunes 1 de diciembre por la tarde, con un nuevo jurado y bajo la dirección del forense adjunto Karl Tonna, después de que el Tribunal de Apelación anulase el veredicto previo de homicidio doloso (unlawful killing).
Según GBC News, que cubrió en directo el inicio de esta nueva vista, la repetición de la pesquisa judicial se acordó al estimarse los recursos presentados por dos agentes implicados. El anterior fallo apuntaba a un posible incumplimiento del deber de diligencia por parte de la RGP y a que las muertes fueron un resultado “razonablemente previsible” en función de la actuación policial. Ahora, el tribunal debe comenzar de cero.
El Tribunal de Apelación ha anulado el veredicto previo de homicidio doloso y la vista arranca de nuevo para esclarecer cómo murieron los dos linenses en plena madrugada en aguas disputadas
Los hechos ocurrieron sobre las 2:30 de la madrugada del 8 de marzo de 2020, cuando operadores del centro de vigilancia del Ministerio de Defensa británico detectaron una lancha sospechosa al este de Gibraltar, del tipo que utilizan los contrabandistas pero que en ese momento no transportaba drogas ni tabaco. Una unidad de alta velocidad de la RGP salió entonces a interceptarla.
Lo que siguió —una persecución nocturna, con la patrullera avanzando sin luces y sin activar algunos sistemas de navegación— acabó en una colisión que costó la vida a Mohamed, de 40 años, y Mustafa, de 49, cuyos cuerpos junto a la embarcación fueron trasladados al Peñón pese a que el incidente ocurrió en aguas españolas, como siempre han defendido las familias y como concluyó también una investigación de la Guardia Civil.
El testimonio clave del “Oficial Uno”
La primera sesión escuchó al agente que iba al mando del Sir John Chapple, identificado como Officer One y que ya no pertenece al cuerpo. El tribunal le ha concedido anonimato por motivos de seguridad.
El testigo reconoció haber recibido solo dos semanas de formación antes de obtener la cualificación de coxswain y que, desde entonces, “se aprendía sobre la marcha”. Admitió además que no activó el chart plotter —un dispositivo GPS— porque “afectaba a su visión nocturna”, ni tampoco el AIS, alegando que no formaba parte de su entrenamiento y que pensaba que se encendía automáticamente. Para navegar de noche, sostuvo, confiaba sobre todo en el radar.
Durante su declaración aseguró que creía encontrarse en todo momento dentro de las aguas territoriales británicas (BGTW), aunque España sostiene que el impacto ocurrió claramente en su zona. El agente explicó que la lancha sospechosa “realizó maniobras erráticas” y que un giro “muy brusco” a babor hizo “imposible” evitar el choque, tras el cual la patrullera pasó por encima de la embaracación.
Al subir a la neumática, relató que uno de los ceutíes había muerto en el acto por lesiones “catastróficas” en la cabeza, mientras que el segundo presentaba una herida grave en el hombro, falleciendo poco después. Los otros dos ocupantes —uno de ellos también ceutí— estaban “muy nerviosos”, aunque afirma que uno llegó a decirle: “No fue tu culpa, fue un accidente, nadie quería matar a nadie”.
Interrogado por qué no emitió una llamada mayday, respondió que “no se le pasó por la cabeza” y que se encontraba “en shock”.
Dos supervivientes y muchas incógnitas
Los dos supervivientes, otro ceutí y un portugués, que siempre han sostenido que fueron embestidos deliberadamente, declararán en las próximas sesiones. Sus testimonios serán clave para esclarecer si hubo o no intencionalidad, una cuestión que la investigación española situó en el centro del caso tras analizar las imágenes del SIVE.
Las familias, que siempre han defendido que el choque ocurrió en aguas españolas, esperan que la nueva investigación aporte claridad tras casi seis años de incertidumbre
El nuevo jurado, presidido por Karl Tonna, deberá determinar cómo, dónde y por qué murieron los dos ceutíes, y si los agentes siguieron los protocolos adecuados en materia de formación, instrucciones operativas, conducción de la embarcación y asistencia tras la colisión.
Este proceso no establece responsabilidades civiles o penales, pero sus conclusiones podrían influir en futuros procedimientos.
Las familias de Mustafa Dris y Mohamed Abdeslam llevan casi seis años reclamando justicia. Han viajado varias veces desde Ceuta a Gibraltar para concentrarse ante Convent Place, han pedido sin éxito los certificados de defunción y han denunciado la falta de avances en la cooperación judicial. Ambos fallecidos dejaron tres hijos cada uno.
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