Gibraltar

Gibraltar vota, pero no decide

El equipo de Paul Martínez, Returning Officer de Gibraltar, algo así como el responsable técnico de las votaciones, un presidente de los presidentes de mesa, ultimaba ayer los preparativos para la jornada electoral de hoy. Día histórico. Es un referéndum que decide el futuro de Gibraltar, aunque los 24.100 electores del Peñón no podrán decidir gran cosa, ya que el resultado final acerca de si el Reino Unido sale de Europa y cambia por completo el estatus de la colonia, está en manos de un censo de 46 millones de britanicos. 24.100 frente a 46 millones no son demasiado peso por mucho que para esos 24.100 la vida les pueda cambiar radicalmente.

Martínez detalla algunos aspectos técnicos de la consulta: que tiene una estructura igual que las europeas, siendo este colegio electoral un apéndice del South West británico, que los colegios se abren a la siete y se cierran a las diez, hora gibraltareña, pero que el recuento no empieza hasta las once de la noche para ajustarse al horario británico, que las urnas estarán una hora selladas en la Universidad de Gibraltar... Luego se llevará a cabo el recuento, que Martínez piensa que no será muy complicado al existir sólo dos opciones, y, una vez todo recontado, enviará los resultados a Bristol. Allí se mezclarán los votos de los gibraltareños con los de los votantes del sudoeste del Reino Unido. Sólo Bristol tiene doce veces más habitantes que Gibraltar.

Los gibraltareños, que, además, son sólo una pequeña parte de los británicos que envían sus votos desde la Península, estaría, en su perfil mayoritario, en el segmento de alto nivel adquisitivo con estudios, es decir, puro Remain, quedarse en Europa. Pero en cualquiera de los barrios del norte de Inglaterra, la zona desindustrializada por las políticas de los años 80, donde anidan sentimientos xenófobos que han aupado al UKIP de Nigel Farage y que cada uno de ellos tiene más habitantes que Gibraltar, se clama por el Leave, salirse de Europa. Ese es el miedo que ayer sobrevolaba la pequeña península que geográficamente supone el extremo sur de la provincia de Cádiz y que tiene una aduana, una frontera, bien cierto que libre para los españoles y los europeos, a su entrada.

Rob Horgan es un periodista que trabajó durante muchos años para el Daily Mail, prensa extraconservadora británica y cuyos lectores no tienen ninguna duda de que no pintan nada dentro de Europa. Hace tiempo que Horgan cogió sus bártulos y se vino a vivir a Gibraltar para ser su propio jefe y montó Olive Press, una pequeña publicación que se distribuye por todo Gibraltar. Como observador, Horgan ve en los gibraltareños cierta desesperación ante su impotencia para ser dueños de su destino. "Un Brexit sería un verdadero problema para Gibraltar, pero eso es algo que, desgraciadamente, no está en nuestra mano".

Un informe del gobierno de Gibraltar enviado al Foreign Office para que lo tomara como documento de trabajo detallaba lo que podría suponer para ellos que el Reino Unido saliera de Europa. Todos los habitantes de la Roca conocen este informe y poco tranquiliza que el primer ministro, David Cameron, haya tenido la consideración de enviarles un mensaje de tranquilidad personalizado diciéndoles que no les abandonará.

"El Reino Unido debe inmediatamente actuar para proteger a Gibraltar en el eventual caso de que se decida la salida de la Unión Europea", se afirma al inicio. Continúa diciendo que "la experiencia ha mostrado que España sacaría ventaja en cualquier renegociación de cara a excluir, aislar o minimizar a Gibraltar dentro de la corriente europea". Cualquier actuación para convertir la frontera en un muro sería demoledor para su industria turística y toda su economía, una economía muy boyante como se ve en la multitud de comercios que pueblan su calle principal, Main Street, o calle Real, como la llaman la mayor parte de los miles de trabajadores de La Línea que tienen aquí su empleo.

Así lo piensa el profesor jubilado Alberto Danino, que lleva semanas haciendo campaña a favor de Europa: "No sabríamos qué es lo que sucedería si Europa nos excluyera, pero preferiríamos no probarlo".

La abogada Gemma Vásquez, que se ha convertido en la portavoz de ese tejido económico gibraltareño que vive de las transacciones privilegiadas, del estatus especial de la colonia y que ha adoptado el eslogan Stronger in Europe. Es abogada de una consultora que asesora la creación de empresas -son 24.000- en este territorio. "Desde hace 30 años somos autosuficientes. Eso ha venido del hecho de que hemos implementado la normativa de la UE", ha manifestado en numerosas ocasiones.

El comercio marítimo, la industria de las apuestas online y las transacciones financieras son la espina dorsal del Gibraltar que se mueve más allá del tabaco, los electrodomésticos o el alcohol barato. Esto es posible gracias a Europa. Por eso casi nadie duda de qué será lo que vote Gibraltar hoy. Gibraltar votará Remain, pero no son ellos los que deciden. Y saben que si la metrópoli adopta la decisión contraria Gibraltar no será ya lo que hoy es Gibraltar.

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