Feria de Los Barrios

Diversión y economía, en armonía

  • Los padres aprovechan la jornada de precios reducidos en las atracciones para colmar las ansias de diversión de sus hijos. La zona de cacharritos, llena durante toda la tarde

Más viajes sin sacrificar la cartera. La jornada del jueves de feria estuvo marcada por la masiva presencia de niños en el recinto ferial de la Villa para aprovechar el precio reducido en las atracciones. El Consistorio y la asociación de feriantes acordaron hace años instaurar un día con precios populares con la condición de que fueran los empresarios quienes eligieran la jornada. Así, los viajes se pagaron ayer a 1,5 euros en lugar de los 2 euros del resto de la semana festiva.

Los padres aprovecharon la circunstancia dado que la jornada de hoy viernes no es lectiva en la localidad y, por tanto, sin deberes que hacer hasta el próximo lunes, la tarde apuntaba maneras. Sí es cierto que los aparatos tardaron en echar a andar porque el recinto ferial no terminó de ambientarse hasta las cuatro de la tarde.

El recinto ferial de Los Barrios aglutina en torno a medio centenar de atracciones entre los aparatos mecánicos, tómbolas y puestos de tirapichón. La variedad en los aparatos va desde los tradicionales coches de choque y los toros mecánicos hasta pequeñas montañas acuáticas sin dejar de lado el tradicional ruedo de ponys.

Así mismo, otra de las atracciones se encuentra en la propia portada de la feria. El tradicional tren Dotto se encuentra un año más en la localidad con el fin de dar viajes cargados de buen humor hasta la feria. De hecho, ya por la mañana varios grupos de escolares utilizaron este transporte para pasar un rato agradable.

Entre coches de choque, piscinas con pelotas de goma y vagonetas que se introducen en oscuros túneles, la tarde discurrió entre risas. Varios padres señalaron que la duración de los viajes se veía reducida ligeramente respecto a la víspera, si bien no dieron mayor importancia.

Los hijos de los socios de las peñas Los Churrascas y La Gineta celebraron fiestas infantiles en sus respectivas casetas. Entre payasos, globos, chucherías y juegos cesaron por un rato en la insaciable ansia por dar un nuevo viaje en las atracciones. De hecho, el cansancio entre los padres era casi más notorio que en los pequeños. Todo sea por mantener viva la ilusión hasta el año que viene.

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