Lorena Gascón | Psicóloga

"El cerebro intenta protegernos de nosotros mismos"

Lorena Gascón

Lorena Gascón / José Ángel García

Lorena Gascón, la @psicologajaputa, comparte todo lo que sabe sobre salud mental en las redes sociales con mensajes cañeros. Su libro Deja de tratarte como el culo tiene algunas claves sobre cómo sobrevivir a la vida moderna. Una obra muy práctica para pensar y leer con un lápiz en la mano y muchas ganas de aprender. No es un sustituto de la terapia, pero sí un complemento gracias a los recursos que contiene. Eso sí, todo sin dejar atrás el toque de humor necesario para la vida.

-En Deja de tratarte como el culo uno de los personas es el yo cabrón. ¿Hay que aprender a manejarlo?

-Cuanto más intentamos que no salga, más sale. Realmente tendríamos que aprender a llevarnos bien con él, porque así veríamos que su intención es protegernos y no nos sentiríamos tan atacados por lo que nos dice ni nos afectaría tanto. Lo tendríamos como en un segundo plano.

-¿Somos nuestro peor enemigo o tenemos que aprender a vivir con esa especie de continua autocrítica?

-El yo cabrón es nuestro cerebro intentando protegernos de nosotros mismos, pero a veces adopta la forma de aquel padre crítico que nos decía que no valíamos para nada o de aquel profesor que nos llamaba tonto o la compañera que nos decía gorda. Lo que intenta es que no nos volvamos a sentir rechazados.

-¿Es difícil reconocer nuestros propios fallos con las vidas perfectas de las redes sociales?

-Las redes sociales han hecho que estemos a un clic de compararnos con personas que lo hacen todo increíblemente bien mientras que nuestros padres se comparaban con el vecino o el compañero de trabajo. No sabemos cómo es su vida real.

-¿Nos exigimos más las mujeres o los hombres?

-Nos exigimos igual hombres o mujeres, pero hay más presión estética sobre la mujer por aquello de que hay productos específicos para nosotras de masajes, de depilación, etc. Pero ellos tienen la presión de que sean resolutivos, que tengan recursos, dinero, etc.

-Falta educación emocional.

-Nuestro cerebro tiene un sesgo, llamado de adivinación, que tendemos a creer que podemos leer el cerebro de los demás y asumimos que nosotros podemos a llegar a saber qué piensan los otros. Alguien nos mira y pensamos que está mirándonos mal y que le caemos mal, pero al final ni siquiera te está mirando. Eso lo hacemos todos. Hay más posibilidades. Pero nuestro cerebro resumen mal la información, sobre todo cuando se refiere a las intenciones del otro.

-¿Y cómo andamos de comunicación?

-Nos hace falta más. No nos conocemos ni a nosotros mismos ni a los demás. No se nos enseña a saber expresar nuestras emociones. Los millennials, entre los que me incluyo, se nos da fatal el tema de la gestión emocional y la comunicación. Ahora con las redes sociales los jóvenes lo tienen peor. Están muy acostumbrados a comunicarse de manera on line, pero off line, en la calle, les cuesta mucho más que a nosotros. Yo me puedo acercar a cualquiera y ponerme a hablar del tiempo, pero a los jóvenes les cuesta más.

-¿Con los años te importa menos todo?

-Hay de todo, hay personas que vienen a terapia con 40 o 50 años que odian su cuerpo, pero es verdad que con el paso de los años se suele relativizar todo más.

-¿Es más difícil llevar la cuenta de Instagram o sentarse a escribir un libro?

-En la cuenta de Instagram puedo subir algo que me ha costado cinco minutos de hacer, que me gusta y hay mucha interacción. Además, fomenta mi creatividad. El libro es a muy largo plazo. Estás mucho tiempo y sin nada de feedback. Es muy solidario. Al estar escribiendo post enseguida ves que la gente te ayuda, te dicen que se quieren más a sí mismos. Y el libro no consigues ese feedback hasta que lo has publicado. Cuando la gente te dice que le gusta tu libro, ya casi que se te ha olvidado.

-Durante mucho tiempo se nos insistía en que el miedo nos ayudaba a sobrevivir.

-El miedo no es algo malo, aunque se nos ha dicho que está mal visto y que somos débiles si lo expresamos. Eso hace que se nos haga difícil la gestión de ese sentimiento. Además hay autores psicológicos que animan a exponerse a lo bestia a lo que nos da miedo, aunque no creo que sea el mejor método.

-La infancia marca el resto de la vida. ¿Algún consejo para padres y profesores?

-A todos los padres les recomendaría que fueran a terapia en el caso de que sintieran que tienen que mejorar la comunicación con sus hijos. Es importante que validen las emociones de sus hijos porque hay cosas que nos pueden parecer nimias, pero que en ese momento son importante para ellos. Al final, todos vamos a ser malas madres o malos padres, porque no podemos estar protegiéndolos siempre. Todos los padres hacen lo que pueden y más por sus hijos. Nuestros hijos siempre tendrán heridas emocionales porque siempre habrá alguien que nos ataque en el exterior. Por eso es necesario que haya mucho amor en casa y se hablen mucho las cosas

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