David Durán | Periodista

"Huya de lo viral"

El periodista David Durán / José Ángel García

El periodista David Durán / José Ángel García

Tras 13 años capitaneando la delegación del diario Marca en Sevilla, en 2007 el periodista David Durán (Madrid, 1966) dio un giro de 180 grados en su carrera. Junto a su inseparable colega de profesión y amigo Alejandro Rodríguez, se embarcó en un proyecto valiente que se ha convertido ya en el mejor portal de España especializado en golf. Un dato: en 2019, Ten Golf sumó más de cinco millones de impresiones. Ahora ambos afrontan el reto de fundar un nuevo sello editorial Ten Golf Books, apoyado por Lantia. Estos días lanzan su primer libro al mercado, Jon Rahm. Señalado por los dioses. Una entrevista al joven número uno del mundo en Arizona es la base de su estreno en estas lides.

–Está cada día más fino. No sé si preguntar...

–Me provoca cierto pudor reconocerlo, pero sí, escierto, cada vez cuido más el cutis.

–Tiene espíritu emprendedor. ¿Qué le ha animado a adentrarse en el mundo editorial en estos tiempos de lectura frugal?

–Nunca he plantado un árbol. No tengo hijos. Algo había que hacer. En serio: será el invencible optimismo de mi socio (y sin embargo amigo), Alejandro Rodríguez, coautor del libro.

–Por cierto, ¿qué libro está leyendo o ha leído recientemente? Puede mentirme libremente.

–¿Resulta demasiado arrogante responder que no hay momento del año en el que no esté leyendo a la vez tres, cuatro o cinco libros? Por desgracia, poco o nada se me pega de los mejores.

–Su web Ten Golf es líder. La competencia en el mundo digital es brutal. ¿Me da un consejo?

–Huya de lo viral y del copiar y pegar. Apueste por la calidad de contenidos. Morirá joven y pobre, eso sí, pero a lo mejor cunde el ejemplo, nunca se sabe.

–Cuando terminemos la entrevista le doy una copia de mi CV.

–Le advierto: es imprescindible un nivel decente de castellano escrito. Y coche propio.

–Hace mucho me dijo que tenía el sueño de que los niños españoles tuvieran un palo de golf en casa. ¿En qué punto estamos?

–Exacto, un hierro 7 oxidado, ahí, en el paragüero, junto a los bastones del abuelo. El punto en el que estamos… Brotes verdes.

–¿Es una antigüedad identificar el golf con las élites, con lo snob?

–Es un atajo, un lugar común. Claro que hay mucho de todo eso, pero quedarse en ese peldaño es sólo una muestra más de pereza intelectual.

"El simple emparejamiento de Jon Rahm con Tiger Woods en la Ryder Cup fue algo así como un guiño celestial"

–Ballesteros, Olazábal, Jiménez... ¿Lo tuvieron más difícil?

–Indiscutiblemente, sí. Está usted hablando de tipos duros y genuinos, realmente hechos a sí mismos.

–Mi suegro dice que el golf es un deporte fundamentalmente de resistencia mental.

–Su suegro, sin que sirva de precedente, ha dado en el clavo.

–No obstante, se anda un montón. Y tempranito que me lleva el hombre.

–Es cierto, se calcula que en 18 hoyos de golf puedes llegar a caminar hasta ocho o nueve kilómetros. Sería como ir andando por la autovía de Huelva desde la salida de Espartinas a la de Benacazón. Oiga, que es un trecho.

–¿Puede una persona de 25 años tener bagaje para dedicarle un libro?

–Depende de cómo se mire. Si nos ponemos cursis, hay alguna jugada de Messi con bagaje suficiente para dedicarle un libro. Por cierto, desconfíe de las personas que defiendan con vehemencia que Cristiano es mejor que Messi. Y también de las que digan: "De bueno que soy, soy tonto". Pero ése es otro tema.

–¿Qué hace diferente a Jon Rahm? ¿Por qué está señalado por los dioses?

–Los dioses lo señalaron, por ejemplo, cuando se estrenó en unos individuales de la Ryder Cup ante Tiger Woods. El simple emparejamiento fue algo así como un guiño celestial. Jon es diferente por muchas razones, pero me quedo con dos, que me dan mucha envidia: la capacidad que tiene de ver siempre la botella medio llena y su permanente disposición a no dar nada por hecho y seguir aprendiendo.

–¿Y tan joven no se arruga ante Tiger Woods o Sergio García?

–Nos contaba su madre que cuando era niño le asustaban los truenos. Luego se le pasó. Y su preparador mental, Joseba del Carmen, asegura que todo el mundo tiene miedo a algo en un momento dado, pero que lo importante es reconocerlo para poder afrontarlo, y que Jon en eso es un fenómeno.

–¿De Mickelson a Tiger?

–Son dos de los dioses del golf que de una manera u otra han señalado a Jon, tal y como tratamos de explicar en el libro.

–¿Cómo lleva ser número uno? ¿Es una obsesión?

–Creo que por momentos llegó a obsesionarle un poco la idea. Y cuanto más se obsesionaba, más se alejaba de serlo. Pero, una vez más, aprendió rápido, cambió el enfoque y el Número Uno cayó como fruta madura. Es un traje hecho a la medida para él, pero hoy en día hay más competencia que nunca ahí arriba (Johnson, Thomas, McIlroy, DeChambeau, Koepka, Morikawa y otros) y es casi una proeza mantenerse varias semanas seguidas.

–Me llama la atención su altruismo. ¿Es la persona más generosa del circuito?

–Es cierto. Entendió muy pronto que esto no sólo iba de la gloria deportiva y la pasta gansa. En este sentido, soy muy tradicional en el análisis: algo habrá mamado en casa.

–Por curiosidad, ¿cómo es Arizona?

–Abrupta, salvaje, groseramente grande. Como todo en Estados Unidos, comenzando por las ensaladas.

–¿Usted juega o sólo escribe y edita vídeos?

–Yo juego y escribo. Una vez traté de editar un vídeo y me brotó un extraño sarpullido en las manos.

–¿Ha pensado en hacer un dúo artístico con su socio, compañero y amigo Alejandro Rodríguez? Lo digo por los vídeos de su web, son geniales.

–Tomo nota, quizá sea un buen plan B.

–Cuídese. Vienen curvas.

–Hoy mismo vuelo a Silicon Valley, donde los emprendedores nos citamos cada mes para charlar de nuestras cosas y cuidarnos los unos a los otros.

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