Economía

Nombran Alumno de Honor de la UMA al consejero de Economía

  • Antonio Ávila estudió Económicas entre 1983 y 1988 con una nota media de 8,74 · La rectora, Adelaida de la Calle, asegura que es "buen profesor y excelente político"

De niño Antonio Ávila no quería ser futbolista, bombero ni policía. Siempre tuvo claro que quería ser economista y ha podido cumplir ese sueño gracias a su tenacidad y capacidad de sacrificio. Fue uno de los mejores estudiantes que pasaron por la Facultad de Económicas de la Universidad de Málaga (UMA) y esta institución le nombró ayer Alumno de Honor en un acto oficial presidido por la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, que le entregó la placa y el diploma correspondiente.

En estos momentos, Ávila es consejero de Economía, Innovación y Ciencia y uno de los pesos pesados del Gobierno andaluz de José Antonio Griñán. Nada más lejos de lo que podía haberse imaginado el joven Antonio Ávila a los 18 años, en septiembre de 1983, cuando dejó su localidad natal de Alcalá la Real en Jaén y viajó acompañado de su padre a Málaga para empezar la carrera que siempre había tenido en mente. "Iba a ser el primero de la familia en poder realizar estudios universitarios. Recuerdo, con admiración, como mi padre me acompañó a Málaga y me advirtió, antes de volverse, de la necesidad de aprovechar la oportunidad y de mantener la beca para que también mis hermanos menores pudiesen estudiar lo que querían", recordó ayer en su discurso el consejero. No la desaprovechó, ya que logró un magnífico expediente académico y, según Eugenio Luque, decano de la facultad, "algunos de sus compañeros le reprochaban que hiciera exámenes tan brillantes porque dejaba a los demás en evidencia".

Tuvo la fortuna de estar bien acompañado. Juanjo Torres, Pepe López, Juan de Dios Sánchez y Pedro Rodríguez también eran de Alcalá la Real y fueron compañeros de piso y beca que, unidos a Rosario Gómez, "crearon un ecosistema personal de estudio y compromiso social al que me debo. Esas becas exigían y exigen esfuerzo y, en justa reciprocidad, como inversión pública que es, hay que revertir a la sociedad". De hecho, a lo largo de su intervención defendió el sistema público universitario andaluz, que le permitió desarrollar su formación, y apuntó "sentirse cómodo y partícipe" en el actual modelo basado, según Ávila, "en la excelencia, la igualdad, la calidad y el esfuerzo".

En 1988 terminó sus estudios con una calificación media de 8,74 puntos y decidió partir hacia Barcelona para aumentar su formación. En la Universidad Autónoma de Barcelona hizo el curso de doctorado y un máster en Análisis Económico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la citada institución universitaria. "Yo no tenía entre mis proyectos volver a la facultad de Málaga porque estaba dando clases en Barcelona y mi pareja también, aunque el departamento de Teoría Económica de la UMA nos llamó y decidimos regresar", comentó. Ávila fue contratado como ayudante en régimen de dedicación exclusiva con actividad docente e investigadora entre 1989 y 1993 y entre 1993 y 1996 ocupó esa misma plaza como titular en régimen de interinidad, hasta que dio el salto al gobierno andaluz en 1996 ocupando la Dirección General de Fondos Europeos y dejando, por tanto, la docencia.

El consejero de Economía no olvida la primera clase que dio en Málaga. "Daba la asignatura de Introducción a la Economía de primer año en el Aula Magna de la facultad. Impresionaba porque había en torno a 300 alumnos, que era una cantidad muy respetable. En teoría económica hay que hacer muchos gráficos y formulaciones y necesitaba la pizarra, pero también necesitaba que los alumnos me oyeran por lo que tenía el micrófono en una mano, la tiza en otro y los papeles por otro sitio. Era complicado", subrayó.

Ávila aseguró ayer a este diario que "cuando deje la política volveré a la facultad donde tengo y amigos y compañeros desde 1983". No echa especialmente de menos dar clase porque "cuando tomo decisiones no miro para atrás porque entonces me embarga la melancolía, es tu decisión y punto", aunque se considera "capaz" de regresar a las aulas después de estar quince años fuera. "Sí me exigiría un mayor reciclaje retomar la investigación, que considero la parte más interesante y satisfactoria", añadió.

Cuando vuelva tendrá las puertas abiertas según se desprende de las palabras que le dedicó la rectora Adelaida de la Calle: "es buena persona, buen profesor y excelente político. Está comprometido al máximo, confía en el rendimiento de lo público y es un defensor a ultranza de los campus de excelencia". Desde ayer también es Alumno de Honor de Económicas en Málaga.

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