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Un campo minado

  • La Balona, que juega una excelente primera mitad, cae otra vez en Cartagena, ahora con un gol en el 87' tras un fallo defensivo Los albinegros se resienten tras lesionarse Juampe

La Balompédica, que fue de más a menos y que se resintió tras la lesión de Juampe, volvió un año más de vacío de Cartagonova, un campo definitivamente minado para los linenses. El conjunto balono, que encajó el tanto de la derrota a tres minutos del final, vio como el colegiado, que en todo momento tuvo tintes caserillos, escatimaba una pena máxima sobre José Ramón nada más comenzar el segundo tiempo. Una jugada que habría podido cambiar el rumbo del choque, en el que el empate era lo mínimo que merecían los forasteros. La Balona se muestra tan inexpugnables en su campo como vulnerable en sus desplazamientos y ayer volvió a abandonar la zona VIP de la clasificación.

Perdonó y lo terminó pagando. Una parte, la primera, en la que la Balona pareció un equipo de otra galaxia, más solidario en la presión y en el desgaste, con más iniciativa en el juego, con llegada al área cartegenera, y una segunda en la que el fútbol fue más equilibrado, con más control de los de casa y más llegadas, que no menos peligrosas, a la contra de los visitantes, que pagaron el sobreesfuerzo realizado antes del intermedio. El cuadro balono, pese al tanto espectacular de Prosi de volea, supo reaccionar bien antes del asueto y marcharse a vestuarios con 1-1. Canario firmó la igualada de los balonos. Sin embargo, en el tramo final, cuando ya flaqueaban las fuerzas los de La Línea vieron cómo los locales se llevaban el premio de los tres puntos con un tanto postrero de Chus Hevia, que no hacía justicia.

La jugada vino precedida de un error colosal de Javi Gallardo, que permitió el centro. El regreso de éste al lateral zurdo después de una semana en la que Polaco había ocupado su puesto ya había levantado alguna suspicacia durante la semana.

El partido de la Balompédica fue inmenso hasta que le duró la energía, o lo que es lo mismo, hasta que Juampe se lesionó. Sus compañeros le echaban en falta, aunque eran Canario y José Ramón los que estaban haciendo un encuentro descollante.

En el primer acto el de La Línea fue, pese el gol encajado que les hizo jugar en desventaja, un equipo majestuoso en lo táctico, e inmenso con el balón. Arrinconó al equipo cartagenero, le hizo minúsculo tocando, abriendo el campo por las alas, empujando en la presión.

Tan crecidos estaban los visitantes con una salida en tromba que comenzaron a dictar ocasiones de forma consecutiva en su argumento. José Ramón, Ismael Chico o Fall dispusieron de oportunidades como para desnivelar el duelo a una edad temprana. Eran mejores y se lo creían, pero ese envalentonamiento les hizo recibir la primera bofetada en la primera aproximación de peligro de los locales. Prosi, a los veinte minutos de volea, hacía el primero del partido para sostenerse erguidos ante la presión insistente a la que estaban siendo sometidos. Máxima eficacia ante un rival, hasta esa fecha, mejor.

Sorprendentemente, el gol hizo empujar aún más a los de Escobar que, en cinco ocasiones hasta el empate acumularon llegadas de peligro sobre Limones. Fall, Javi Gallardo o Juampe, por dos veces, anticiparon un gol que hizo justicia cuando Canario firmaba unas tablas merecidas por juego. Hasta el descanso el Cartagena quiso dormir el balón, porque se sentía inferior.

Después del descanso las fuerzas se equilibraron y se vio otro partido. El Cartagena dio un paso adelante, pero la Balona buscaba las contras y en algunas de ellas pudo voltear el marcador. De hecho nada más arrancar el segundo tiempo el árbitro hizo la vista gorda a un empujón a José Ramón cuando ya estaba dentro del área.

En ese cambio de escenario tuvo mucho que ver el cambio de actitud del FC Cartagena, dirigido desde el banco por no se sabe quién (inhabilitados los técnicos, fue el entrenador de porteros, Yepes, quien parecía llevar el mando). Los cartageneristas tuvieron más tiempo el balón y se beneficiaron de la entrada de Gato, un jugador que desequilibra y que nunca fue tapado lo suficiente por una zaga visitante cuyo demérito fue no saber quién era el rival entonces.

El mejor de los de casa, el ex del Recreativo de Huelva Chus Hevia, aprovechó un error en la retaguardia para marcar a tres del final e impedir el noveno empate de su equipo.

Los intentos postreros de la Balompédica fueron ya en vano. El Cartagena suma su primer triunfo en casa y la Balona regresa una vez más de vacío de Cartagonova y además lo paga con su abandono de la zona VIP.

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