Algeciras CF - Cádiz B | La crónica

(0-1) Golpe directo al hígado

  • El Algeciras domina en un primer tiempo estéril pero pierde a balón parado en el tramo final ante un rival táctico, pegajoso y con talento

  • Los de Viso se alejan de los puestos de playoff antes del derbi en Los Barrios

Un jugador del Cádiz B celebra ante dos del Algeciras abatidos.

Un jugador del Cádiz B celebra ante dos del Algeciras abatidos. / Jorge del Águila

Derrota mínima pero de las que retumban. El Algeciras CF no entiende de términos medios ni cuando pierde. El Cádiz B necesitó un solo golpe, contundente y directo al hígado, para noquear a los albirrojos. Una jugada a balón parado –y ya van unas cuantas esta temporada– desbarató el entramado defensivo de un equipo que jugó más minutos buenos que malos. El puyazo amarillo en la recta final privó a los de Javier Viso de, al menos, un punto merecido en un partido de tú a tú, de máximo desgaste y que evidenció que en el Nuevo Mirador se precisan refuerzos de manera urgente para seguir en la lucha por el ascenso a Segunda B.

El algecirismo volvió a sufrir, una vez más, la fiebre amarilla... con el Cádiz B. Para muchos se revivió el tropiezo de hace un año cuando el filial dirigido entonces por Mere ganó con un gol de lanzamiento de falta en el 80 y pico... Esta ocasión, otro exalbirrojo, Juanma Pavón orquestó a un equipo súperdisciplinado, maduro y con mordiente. Lo que pasa es que el rival tenía muy claro cuando administrar su veneno y completó la jugada maestra en La Menacha.

El resultado supone la segunda derrota de la temporada en casa del Algeciras, el mejor local del grupo X de Tercera, que, debido a sus últimos números a domicilio, se cae de los puestos de privilegio justo antes del derbi comarcal en Los Barrios (domingo a las 17:30) ante una Unión que espera por encima. El liderato, del Cádiz B y el Utrera, se escapa a cinco puntos.

El Algeciras lo intentó con todos los medios a su alcance, pero no le llegó. Esta vez no hubo falta de garra o actitud, esta vez fue una cuestión de fútbol, de detalles y de fuerzas. Es la realidad de un conjunto que anda justo de gasolina tras 20 jornadas y que acaba fundido. Viso tiene un plan con doce-trece jugadores en un vestuario que necesita enchufar al resto o recibir una inyección de dos-tres futbolistas para la cuesta de enero y la segunda vuelta.

De haber acabado empate –era el sello que tenía el partido– estaríamos hablando más del buen primer tiempo que realizó el Algeciras. Bueno en cuanto al dominio, a llevar las riendas, a intentar romper las empalizadas levantadas por un Cádiz B pletórico tácticamente. El problema es que los primeros 45 minutos de balón algecirista apenas dejaron un par de oportunidades y poco más.

La tarde comenzó torcida desde el calentamiento ya que el lateral derecho Juanjo, con un vendaje en un muslo, se cayó en el último momento de la alineación. Viso tuvo que recomponer el dibujo con Josemi en la defensa y Aaron en la medular. El técnico dio descanso a los tocados Berlanga y Zafra, como era esperado, aunque el roteño salió como cartucho a falta de 25 minutos.

Los de casa llevaron las manijas con unos primeros compases inspirados de Pipo, que se fue apagando, con internadas de José Carlos y con un pase tras otro para tratar de superar a un rival al acecho. Un centro de José Carlos cabeceado por Antonio en el 17’ y un remate de Pablo de Castro a la salida de un córner en el 35’ fueron las dos únicas ocasiones reseñables del primer acto, más allá de la épica batalla librada por el albirrojo Pablo de Castro y el cadista Seth.

Tras el descanso, los chicos de Pavón dieron un paso adelante ante un Algeciras que ya no se sintió tan cómodo. Los de Viso bajaron la presión a medida que se desgataban y los amarillos empezaron a tirar contras largas a la carrera, abortadas casi siempre por la defensa.

El panorama había cambiado aunque el guion seguía siendo el mismo. Uno ponía todo para ganar y el otro mantenía el orden para asestar el golpe. Era como si Pavón supiese que iba a tener su oportunidad.

Viso metió a Zafra en el 65’ cuando la grada llevaba ya un tiempo pidiendo refrescos. El técnico, que no es muy dado a mover la banqueta, no quemó los otros dos cartuchos hasta los últimos compases, tras el tanto cadista. ¿No hay más cera de la que arde? ¿Un mensaje para que la directiva acelere en los refuerzos?

Con Antoñito y Antonio Sánchez muy mermados, el ataque albirrojo se hizo previsible y los de casa apostaron todo a algún centro afortunado o a un balón parado, pero se toparon siempre con la muralla amarilla.

Tras el 0-1, una falta botada por Moi y rematada –libre de marca– por Cubero, el Algeciras dio un último arreón sin fortuna ni acierto y con la afición barruntando ya una derrota de las que deja huella en un momento clave justo antes de visitar al vecino, a una Unión Deportiva Los Barrios que ya está por encima en la tabla y que anímicamente anda por las nubes.

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