Hay resultados, triunfos, que pueden marcar una Liga. El conseguido ayer por el Algeciras Club de Fútbol puede ser de esos. Parece una victoria más, tres puntos de una competición a la que le queda mucho camino y muy duro por recorrer pero esconde mucho más. Ganar al Almería B ha permitido al conjunto albirrojo, cada vez más firme, colocarse en el disparadero y ahora que comienza a definirse las cosas, está más cerca del cuarto, de la liguilla, que del descenso. Cuatro jornadas sin perder, cuatro partidos sin encajar gol y ocho puntos sobre el peligro son datos reveladores de cómo están haciendo las cosas los algeciristas.

El Algeciras supo reponerse de sus limitaciones, a un cansancio que se acumula y a las bajas de Javi Chico y Harper. Cuando no están, los albirrojos sin más remedio juegan a otra cosa y lo hacen bien. Esta vez, a diferencias del día del Melilla, el gol asomó en la casa roja y blanca, débilmente, sólo uno, pero fue suficiente, entre otras cosas, porque el entramado defensivo de los entrenados por Manolo Sanlúcar encaja y funciona. Volvió a ser clave el trabajo conjunto de Máiquez, Víctor, Carlos y Merino, auxiliado por un mediocentro rocoso esta vez con Berlanga, Parada y luego con Mario.

La importancia de los tres puntos se notó en la forma de defender el tanto conseguido en el 44', tanto psicológico, por Parada, cada vez mejor en su labor mediodefensiva pero hasta ahora inédito en el arte de anotar. No quería Sanlúcar que le pasara lo de Lorca y puso todo y defendió con todo. Cabe dudar si era lo más adecuado darle el balón sin contemplaciones a un filial con talento arriba y meterse atrás, debatan si lo desean pero prefirió el técnico algecirista prefirió confiar en su defensa que arriesgar lo conseguido. Además, el equipo pagó en la segunda mitad los minutos acumulados. 

Con todo esto, tocó sudar y sufrir, algo a lo que está acostumbrándose los albirrojos, algo que al margen de lo que puede parecer, es muy positivo para el futuro. 

Las primeras ocasiones fueron para los visitantes. En el 9', los jugadores del Algeciras reclamaron penalti sobre Melchor. Nada. Alfaro la tuvo y falló. De cara a puerta el onubense sigue sin suerte, aunque su trabajo es intachable. 

En la única jugada de estrategia en la que los almerienses se adelantaron a los defensores rivales, Vélez consiguió de cabeza marcar pero su tanto no subió al marcador por un bloqueo al meta Romero. Minutos después, cuando al descanso se llegaba con más aburrimiento que ocasiones, falta peligrosísima en la misma frontal del área algecireña. Adri la lanzó fatal. Los almerienses no supieron qué hacer con el rechace, Melchor la recogió en su área y llegó en una tremenda galopada hasta la otras costa para dársela a Andújar cuyo centro lo remató Parada. Gran contra y tanto en el 44'.

El 0-1 hizo que el filial se viniera arriba en la segunda mitad. Las cosas iban a cambiar y el Almería B se hizo dueño del partido. Dueño en el sentido posesivo y no permitió al Algeciras salir de su campo. Parada se fue cansado pero con una medallita puesta. Entró Mario. Luego Iván por un extremo. Más cemento para la muralla. 

Carlos Fernández sacó un balón de cabeza que se colaba y Dani Romera dejó muy claro que no hay instinto goleador en el Almería B. Romero tuvo que hacer de las suyas, la parada salvadora nuestra de cada jornada. Hubo alguna contra para el Algeciras que bien pudo suponer la sentencia pero como casi siempre tocaba suspense y sufrimiento. Pudo lamentarlo los del Nuevo Mirador pero esta vez la suerte, o lo que sea, sí les sonrió.

Ahora, el Algeciras tiene una semana más 'tranquila', no hay partido entre semana y puede preparar con más calma el partido del próximo domingo (17:00) ante el último clasificado, un Córdoba B en una situación límite. Nadie dice que vaya a ser fácil, que le pregunten al Cádiz, pero está claro que es una oportunidad única para dar otra zancada, como la dada ayer, hacia un lugar mejor. Por ahora es la zona templada de la tabla.