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Nubes y claros

  • La Balona, con sólo cinco días de entrenamientos, planta cara en un excelente primer tiempo al Middlesbrough, que sólo puede marcar de penalti Los ingleses, con su once de gala aún tras el descanso, redondean un marcador demasiado generoso cuando los linenses se quedan con diez por la lesión de Palmero, que se antoja preocupante

Middlesbrough FC: Steele (Konstantopoulos, 46'), Brian Morris, Friend, Woodgate (Ben Gibson, 77'), Daniel Ayala (Smallwood, 77'), Whitehead (Brobbel, 77'), Andy Halliday (Curtis Main, 62'), Butterfield (Leadbitter, 77'), Brad Fewster (Kike, 62'), Lee Tomlin (Luke Williams, 62') y Adam Reach (Burguess, 77). Balompédica: Mateo; Manu Martínez, Olmo, Carlos Guerra, Javi Gallardo; Juampe, Ismael Chico, Blas, Chico Rubio; Copi y José Ramón. En el segundo tiempo: Mateo, Aaron, Olmo (Palmero, 68'), Joe, Javi Gallardo; Caballero, Alberto Merino, Ismael Chico (Ñito, 58'), Óscar Martín; Labra y Migue Montes. Árbitro: Juan Francisco Caravaca, de Estepona. No mostró tarjetas. Goles: 1-0 (31') Tomlin, de penalti. 2-0 (52') Brad Fewster. 3-0 (84') Luke Williams. 4-0 (86') Leadbitter. Incidencias: Encuentro amistoso de pretemporada disputado en horario matinal, bajo un intensísimo calor, en las instalaciones del Marbella Footbal Center de San Pedro de Alcántara, en Marbella (Málaga) ante unos 200 espectadores, buena parte de ellos llegados desde La Línea.

Bien está lo que mal empieza. La Real Balompédica (Segunda división B) arrancó la pretemporada con una imagen muy superior, sobre todo en la primera mitad, a la que se deduce del abultado resultado final a manos de un enemigo no sólo mucho más poderoso, sino también con casi tres semanas más de entrenamientos en sus piernas, lo que supone un mundo a estas alturas de verano. Y como las comparaciones son tan odiosas como inevitables cabe advertir que el Middlesbrough (Championship, segunda división inglesa) que ayer se enfrentó a los de Rafa Escobar estaba muy escocido por las críticas recibidas tras su derrota a manos de otro Segunda B, el Lucena. Tan molesto, que su técnico, Aitor Karanka, no sólo formó un once compuesto íntegramente por jugadores del primer equipo (en opinión de los periodistas británicos desplazados hasta Marbella, un boceto del que comenzará la temporada el ya no tan lejano nueve de agosto) sino que los mantuvo en el césped hasta el minuto 77, en el que ya dio paso a algún canterano. Por si eso fuera poco los dos últimos tantos del conjunto del noreste de Inglaterra llegaron cuando los linenses jugaban con sólo diez hombres, después de que el debutante Palmero sufriese una lesión de rodilla cuando su cuerpo técnico ya había llevado a cabo todos los cambios. Así que cualquier valoración a la vista del tanteador sería tan injusta y absurda... como todas las que se hacen de acuerdo a ese criterio antes del comienzo de la competición. Y muchas veces, también con los torneos ya en marcha.

Vaya por delante que la Balompédica cuajó un primer tiempo estupendo, mucho más que esperanzador. Con el armazón del once de la pasada andadura la centenaria escuadra linense no se arrugó ante un enemigo poderosísimo en el apartado físico. Los albinegros, sin desparpajo en ataque, eso sí, se movieron con una sincronización y trabajaron a un ritmo impropios de un conjunto que apenas once horas antes aún estaba ejercitándose sobre el césped del Municipal.

Los de Escobar cortaron la línea de pase a un rival que no dudaba en jugar al límite cuando lo brindaba un balón dividido y sólo se dejaron sorprender en dos ocasiones. En la primera se encontraron frente a frente los dos mejores jugadores del choque, el atacante Tomlin y el cancerbero Mateo. Esa vez (18'), el mano a mano fue para el portero jimenato. En la segunda (31') el atacante del Boro lo tuvo mucho más fácil, ya que lanzaba desde el punto de penalti por una falta cometida por Olmo sobre él mismo. Y como era de esperar no perdonó (1-0).

Los albinegros encontraron en un Ismael Chico inagotable a su soporte, amparado por un Blas al que el verano parece haber madurado, pero que, ahora que los errores tienen menos consecuencias, tiene que atreverse a arriesgar más. Los de La Línea, para no ser menos, también dispusieron de dos oportunidades. En la primera, aún con el empate a cero, Juampe levantó sobre la salida de Steele, pero su vaselina no encontró puerta. En la segunda José Ramón, que dejó pinceladas interesantes, se precipitó en la frontal cuando tenía a Copi en mejor situación, y el guardavallas británico no tuvo problemas para blocar.

De esta primer periodo lo más reseñable es que se observa en la Balona un notable cambio en el que su entrenador viene trabajando desde que el pasado lunes comenzaron las sesiones de trabajo. No es otro que el tan solicitado plan B que se echó en falta en muchos momentos de la pasada andadura, sobre todo cuando el equipo comparecía delante de su parroquia. La Balompédica ya no quiere ser el equipo cuyo único recurso sea el balón largo o el robo en primera línea, aspira a tener entrenado un fútbol más pausado, sacando el esférico desde atrás, maniobrando más. Un tránsito largo el que le queda por recorrer, no sólo por las características de algunos de sus futbolistas, sino porque las rutinas adquiridas durante años, de éxitos por cierto, no se eliminan de un día para otro. Es verdad que ayer esa nueva filosofía dio pie a innumerables errores en la entrega del esférico, pero si esos errores no se cometen ahora no habrá forma de corregirlos.

La segunda parte, ya bajo un calor propio del Averno, fue otra historia. Escobar alineó a un once menos equilibrado y con menos futbolistas de esos que se saben la lección de memoria, situación que se acentuó con la entrada de Palmero y Ñito poco antes del sesenta. En esta segunda entrega la Balona fue incapaz de hilvanar una jugada, así que de los de arriba es imposible hacer un balance, porque no les llegó un solo balón en condiciones de acreditar sus maneras. Eso sí quedó patente que a Migue Montes le sobra algún kilillo más que al resto de la plantilla.

Nada más comenzar la segunda parte un error en cadena de Caballero y Javi Gallardo permitió a Fewster alargar las diferencias y en los siguientes 25 minutos Mateo efectuó tres paradas escalofriantes, que los presentes -los de uno y otro bando- premiaron con una cerrada ovación cuando era relevado por su paisano Álvaro a doce del final. Un aviso en toda regla para el recién intervenido Lolo Soler, que muletas en ristre, siguió el duelo desde la grada.

A esta Balona de la segunda parte no sólo le faltó criterio, le faltó contundencia, y el Boro lo sintió y se fue en busca de un resultado amplio. Posiblemente a muchos de los canteranos les pasó factura la responsabilidad de esta primera comparecencia, el trabajo de pretemporada y la entidad del rival y con ellos, más que con nadie, toca ser pacientes y condescendientes. Pero no es menos verdad que tienen que espabilar, porque Escobar ya se lo advirtió tras la primera sesión de trabajo: son jugadores del filial y a ellos les corresponde poner en apuros al técnico.

A siete del final llegó la peor noticia de la mañana. Palmero tuvo que abandonar el campo por lo que tiene toda la pinta -aunque no se sabrá con certeza posiblemente hasta mañana- de ser un problema en el ligamento externo de la rodilla derecha. La Balona se quedó con diez y dos errores defensivos más fueron aprovechados por los ingleses para consumar una abultada derrota que se antoja excesiva para los linenses. Suerte que después de seis días de entrenamientos eso, el marcador, es, precisamente, lo único que no importa.

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