Nostalgia en blanco y negro

La nostalgia y un profundo sentimiento balono marcaron la primera gran cita de la comisión organizadora de los actos del Centenario de la Real Balompédica con ex jugadores albinegros, el que tuvo lugar a lo largo del pasado viernes en Málaga. Pepillo, Eduardo Sosa, Santiago Aragón y Pino se reencontraron en medio de muchas emociones con su ex compañero de vestuario Salvador Mota, que se desplazó desde La Línea.

José Luis Cifuentes, Pedro Ruiz y Rafael Boza, todos ellos miembros de la comisión que prepara los actos de 2012, auspiciaron un encuentro que tiene, entre otros fines, la grabación de un programa de radio (Encuentros del Centenario) que será emitido por Cope Campo de Gibraltar los martes a partir de las 19:00 horas.

En este programa piloto de lo que será una gira por toda Andalucía en busca de ilustres que visitieron la guayabera albinegra se reunieron los porteros José Benítez González Pepillo (que defendió los intereses del club en la andadura 1959/60) y Eduardo Sosa Luque Sosa (que lo hizo entre 1959 y 1962), el defensa José Sánchez Pino (desde 1969 a 74) y el recordado centrocampista Santiago Aragón El Chato (1972 a 1979).

Pepillo, que a sus ochenta años se encuentra en un estado envidiable, se emociona al referirse a su paso por La Línea. "Posiblemente fue el mejor año de mi vida", recalca, al tiempo que nombre a alguno de los que fueron sus compañeros: Juan Anillo, Rafaelín, Yeyo, Dieguín, Borrego, Pérez Cabeza, Antonio Rosado, Ledesma, Bartolo, Capa, Jesusín...

"En La Línea pasé momentos inolvidables; no recuerdo anécdotas concretas porque ha pasado mucho tiempo, pero sí el cariño que siempre me demostró no sólo la afición, sino todo el mundo", subraya. "Aún me emociono cuando recuerdo cómo se llenaba el viejo San Bernardo".

"Mi gran éxito fue conseguir la Copa Sánchez Pizjuán", remata.

El Chato Aragón, que llegó al Municipal desde el extinto Málaga que militaba en Primera división, afirma que no puede recordar su paso por La Línea sin que se le humedezcan los ojos. "La Línea para mí lo significó todo; me permitió retirarme del fútbol siendo jugador y entrenador (hasta tres veces, recuerda), teniendo que sustituir , entre otros, a Paquirrini en el banquillo".

Entre sus recuerdos más significativos, el de Pedrín, su compadre, y del "pueblo de Campamento" del que dice que le acogió "como un hijo más, y La Línea por supuesto", lo que aprovecha Mota para replicar entre risas: "Claro, como no pagabas en ningún sitio te tenían que acoger".

Aragón convivió, además de con Pino y Mota, presentes en el acto, con Nuevo, Quiros, Lorenzo, Antonio García, Ledesma, Vallecillo….

El Chato formó parte del famoso Comando Jaco y cuenta: "Nos hizo trabajar duro. Nos decía que bebiésemos leche con miel y nos colocaba unos petos llenos de arena con los que nos hacía subir las gradas para terminar de rematarnos; pero Quirós, que era un sabio, encontró la forma de ir descargando la arena hasta no dejar nada, y así aguantábamos aquellas palizas".

Pino tras cuatro temporadas decidió marcharse "porque quería algo más, buscaba la segunda división y llegó con el Almería, y después la Primera".

"No por ello olvidé a mi Balona y a mi hermano Salvador Mota, en cuya casa viví durante su primer año de casado", recalca. "Y menos aún de su suegra, que nos daba de comer a ocho jugadores, y era una segunda madre para todos nosotros".

Eduardo Sosa, natural de La Línea, entiende que fue "un honor" defender el escudo de la ya casi centenaria Balompédica, a la que llegó a través de su filial, el Fariñas. "Por circunstancias personales no tengo más remedio que vivir en Málaga, pero mi pueblo sigue siendo el más grande, voy cada vez que puedo y visito a mis amigos".

"Tengo recuerdos bonitos de mi paso por el Fariñas y la Balona; tengo grabado en mi mente como se ponía el San Bernardo. Llegué a la Balona con diecinueve añitos, pero jugar con los más grandes me hizo crecer como futbolista y como persona", finaliza.