Farah, el rey de nuevo
El atleta británico vuelve a humillar a la armada keniana, conjurada para frenarlo, y repite corona en los 10.000 metros Si gana en el 5.000, sumaría su tercer doblete consecutivo
Mo Farah revalidó entre el fragor de los timbales su título de campeón mundial de 10.000 metros batiendo en la última vuelta a la armada keniana, que se había conjurado para repartirse el trabajo al frente del grupo con la vana esperanza de fulminar al británico.
Sin la menor muestra de fatiga en el rostro, Farah fulminó a sus cuatro compañeros de fuga con un ataque largo a 500 metros del final y, pese a sufrir un tropezón al toque de campana, terminó venciendo con un tiempo de 27.01,13, después de hacer el último giro en 55 segundos.
El keniano Geoffrey Kipsang Kamworor, campeón mundial de cross y de medio maratón, se tuvo que conformar con colgarse la plata merced a su registro de 27.01,76, mientras que su compatriota Paul Tanui se llevó el bronce (27.02,83).
Desde que perdió ante el etíope Ibrahim Jeilan en la final de 10.000 de los Mundiales de Daegu 2011, Farah ha ganado cinco grandes títulos (olímpicos o mundiales) consecutivos. Con este sexto remata un logro sin precedentes, que aún puede mejorar si gana también los 5.000. Fondistas legendarios como Haile Gebrselassie, Kenenisa Bekele, Emil Zatopek o Paavo Nurmi no llegaron a tanto.
Animado a conseguir su tercer doblete consecutivo 5.000-1000 (Juegos Olímpicos de Londres 2012, Mundiales de Moscú 2013 y Europeos 2014), Farah necesitaba, además, conjurar, con un nuevo golpe de autoridad, las sospechas que le tocan de refilón por las supuestas prácticas irregulares de su entrenador, el estadounidense Alberto Salazar, acusado de dopar a algunos de sus atletas.
Kenia tomó el manso con Paul Tanui, que cubrió el primer mil en 2.52,22 y dejó paso a su compatriota Bedan Muchiri, a quien relevó Geoffrey Kamworor.
Para su desesperación, los africanos ya no saben a qué táctica atenerse, porque en los cinco últimos tiempos Farah les ha pasado por encima tanto en carreras tácticas como en finales de ritmo trepidante.
La única solución para la poderosa Kenia era relevarse en cabeza para dejar sin piernas a Farah en el último de los 24 giros. Y este guión Kamworor aspiraba a ser la primera testa coronada en pista, hierba y asfalto.
El británico marchaba en el centro geométrico de una larga fila que bailaba al son keniano. A 16 vueltas del final el grupo se dispersó. Farah tuvo que progresar hasta la séptima posición para no quedar cortado.
No cejaron los kenianos en su propósito y a 4 kilómetros para el final ya se habían cargado a los etíopes. No obstante, junto a ellos permanecieron Farah y el estadounidense de raza blanca Galen Rupp, su compañero de entrenamientos en el grupo de Salazar.
Después de dos amagos de ponerse al frente, Farah tomó la cabeza a 500 metros y no dejó que la victoria se le escapara. Kenia hubo de rendirse otra vez al rey del fondo y se consoló con un triplete a continuación del británico, que esta vez no se llevó a Rupp como escudero.
Previamente, Ghirmay Ghebreslassie, un eritreo de 19 años, se convirtió oficialmente en el más joven ganador del maratón en unos Mundiales. El joven se hizo un nombre en el maratón mundial cuando el año pasado, cumpliendo estrictamente tareas de liebre en Chicago, llevó a los favoritos hasta el kilómetro 35 en un tiempo de 2:04 y luego se animó a terminar la carrera, su primer maratón, en 2:09.08.
En Pekín, con 26 grados y un 78% de humedad, le bastó con un tiempo de 2:12.27 para erigirse en la primera gran sorpresa de la jornada inaugural, dando a Eritrea la primera medalla de oro en unos Mundiales.
El etíope Yermane Tsegay, que llegó a ponerse a su altura a 4 kilómetros del final, hubo de conformarse con la medalla de plata (2:13.07), seguido del ugandés Solomon Mutai (2:13.29).
La única final femenina de la jornada, la de peso, coronó por vez primera a Christina Schwanitz, que sucede a la ausente neozelandesa Valerie Adams, campeona las cuatro últimas ediciones. Una marca de 20,37 en el tercer turno le dio el triunfo a la alemana Schwanitz, primera en el ranking mundial del año y autora de cuatro de los cinco mejores lanzamientos de la temporada.
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