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Cumbre de fútbol y arte en Las Colinas

fútbol amistoso en algeciras

Vecinos del barrio disputan hoy su tradicional encuentro entre Solteros y Casados

El partido se celebra desde hace más de cuatro décadas

Los jugadores del partido de fútbol posan en familia sobre el césped de los Anexos de la Menacha. En primer plano, tumbado, el desaparecido Carlos Amado. / E. S.
J. M. González-Rebolo

Algeciras, 15 de septiembre 2018 - 01:39

El barrio algecireño de Las Colinas sufre de nuevo el cisma de todos los años. Sus vecinos se miden hoy en los Anexos de La Menacha en el tradicional partido que enfrenta a los Solteros y Casados de la barriada. El envite cuenta con un profundo arraigo en la cultura de Las Colinas y suma más de cuatro décadas de disputas en el césped.

Sus orígenes tuvieron lugar en la extinta velada del barrio. A los populares juegos de carreras de bicicletas y pinturas infantiles se añadió hace casi medio siglo un partido de fútbol entre quienes ya habían firmado capitulaciones matrimoniales y los que huían de ello. La verbena desapareció con el paso de los años. El encuentro se jugó en la Plaza del Querer, donde se disponían dos porterías y la Policía Local cerraba la zona al tráfico rodado. La excepción era el transporte público, que sí tenía que cumplimentar su ruta. La operativa era: transcurso normal del duelo hasta que el autobús hacía parada en la banda derecha del terreno improvisado. Reanudado el trayecto, los jugadores volvían a batirse el cobre.

El propulsor de la iniciativa es al que han distinguido como presidente honorífico de los solteros, Manuel Ragel, al que por su destreza como guardameta y raíces familiares benalupenses, apodaron Tarántula de Benalup. Las equipaciones de ambos equipos se guardan durante el año en un baúl dentro del Pub Acuario, propiedad de Ragel. Se extraen un día antes del envite y supone un suplicio eliminar en tan solo 24 horas el profundo hedor a cerrado.

El exfutbolista del Algeciras Club de Fútbol Javier Ventura ha disputado todas las ediciones. Es bota de oro de este encuentro y uno de los arietes de la escuadra casada. Luce bigote, la zamarra por dentro y las calzonas igual que cuando compartió vestuario en el Viejo Mirador con algunos de los nombres propios del club centenario. En este amistoso ha coincidido en el plantel con el máximo goleador de la historia algecirista, Julio Cabello, a quien le suceden sus dos hijos, Adrián y Julio, uno en cada formación.

El lugar de celebración ha variado durante los últimos cuarenta años. Se ha disputado en el antiguo Campo La Bajadilla -donde hoy se levantan los corrales de la Monumental Las Palomas-, en el de Las Colinas -hoy día, monumento a las ganaderías del Campo de Gibraltar-, el del Cobre, Celupal y Las Vegas. Por comodidad, desde hace más de un lustro se celebra en los Anexos de La Menacha.

El paso de los años ha dado paso a nuevas generaciones que han hecho del partido una cita ineludible. Desde antaño, al término del partido no ha faltado una convivencia. El taxista del barrio y hermano de Tarántula, Joaquín Ragel, apodado El Tronco, y el policía jubilado Francisco Orozco elaboran cada año un arroz para los futbolistas. A la sobremesa no le falta el cante del exjugador del conjunto algecirista Fran Amado, además de chistes y el recuerdo de anécdotas. Una de las que se han grabado en la memoria de los jugadores es la que pone de manifiesto la pillería de Miguel Meléndez, a quien se refieren por Miguelo. El primer año que la contienda se batió en La Menacha se encontraron con la prohibición municipal de introducir bebidas alcohólicas. Para ellos una cerveza después del encuentro es indispensable. Algunos hasta pensaron no acudir si no se levantaba el veto. A Miguelo se le ocurrió la idea que salvó esa edición. Se hizo con una nevera portátil de grandes dimensiones y la llenó de latas hasta dejar un hueco en la parte superior. Cubrió esa zona de zumos de frutas para niños. Cuando el funcionario municipal revisó el contenido solo observó Disfruta y, en realidad, iba hasta los tuétanos de Cruzcampo.

Esa comunión entre amistad, fútbol, gracejo y tradición la mantienen viva: Juan Pedro Martín Domínguez, la familia Saavedra, los hermanos Subirat, Víctor Jerez, Pajares, Fran del Río El Largo, Manuel El Negro, Jesús Pistolas, Fito El brujo y su hermano El Galán, Mariano Góngora, el entrenador del Algeciras Club de Fútbol, Javier Viso, Juan Lloret El Montera, Julio Cabello y sus dos hijos, Miguel Meléndez, Joaquín El Tronco, Paco Orozco, Boliche, Fernando León y Ramón Fuentes, padre del futbolista de la escuadra de Viso, Alberto.

Desde la distancia pagarían por colocarse las medias: Antonio Chicón, ingeniero en Costa Rica, Quique Espinosa, propietario de un bar en Sevilla llamado Montereros y Antonio Aznar El Tanga, militar destacado en Ceuta.

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