Solo una vez | Estreno en Movistar+

Usted también puede ser un maltratador

Aridana Gil, en una imagen del filme.

Aridana Gil, en una imagen del filme.

Te doy mis ojos, Solas, La vida secreta de las palabras, Solo mía, ahora Solo una vez. El cine español se suma a la causa mediática contra la violencia machista con las formas del relato didáctico. La cinta de Guillermo Ríos adapta la obra teatral de Marta Buchaca para encerrar entre los pasillos y despachos de un centro de asistencia social a un hombre (Álex García) que ha de pasar por terapia después de una sentencia judicial, a la psicóloga encargada de conducir las sesiones (Ariadna Gil) y a la propia esposa y víctima del primero (Silvia Alonso). De a dos o en trío con la pareja, las escenas de Solo una vez buscan una previsible escalada de tensión desenmascaradora del hombre común, aquí un escritor de novelas, como figura violenta amparada por el sistema heteropatriarcal, a saber, un tipo que, a pesar de su condición culta y su contexto burgués, sigue anclado en los celos, el egoísmo, el orgullo viril herido y los súbitos brotes de agresividad como rasgos esenciales de carácter.

Guiada por los interrogatorios de radio nocturna de una Gil en modo insufriblemente fatuo, la película apenas se sostiene sobre sus dudosas cualidades y tesis pre-escritas en un guion que no contento con sus apreturas y sus diálogos explicativos, desdobla también su mensaje sobre la masculinidad tóxica en otra trama de acoso a la terapeuta y su hija. Ríos apenas sostiene el plano-contraplano de las entrevistas-duelo siempre necesitado de músicas y canciones de relleno, y su idea de la dirección de actores no pasa precisamente por la sutileza. Supongo que, en su didactismo simplificador y efectista y en sus formas arteras, la película engrosará pronto ciclos sobre el tema avalados por el Ministerio de Igualdad.