Balance de la Feria del Caballo 2019

Los hosteleros cierran una buena Feria, aunque sobrada de calor

El tiempo corrobora que el adelanto del alumbrado al sábado, del que se han cumplido cuatro años, es un acierto absoluto. Así lo entienden los hosteleros que explotan la Feria y que a diferencia de lo que ocurría con el antiguo formato, en el que tras la avalancha del domingo del alumbrado se lo jugaban todo a una carta en el último fin de semana, ahora juegan con dos fines de semana, el de arranque, en el que se concentra la mayor parte de las ventas gracias al añadido del lunes festivo, y el de los antes llamados días grandes, que sirve para rematar la faena.

En líneas generales, los caseteros están satisfechos con el desarrollo de la edición de este año, quizás un pelín por debajo de la anterior, pero al fin y al cabo “una buena Feria”, señalan los hosteleros consultados, no sin recordar que la de 2018, que coincidió en su inicio con la celebración del Mundial de Motos, fue excepcional.

El principal motivo del ligero descenso de ventas este año, apuntan, ha sido el calor acompañado de viento de levante, lo peor de esta edición junto a la ofensiva de la Inspección de Trabajo para el registro horario el día después de la entrada en vigor de la nueva ley de control de la jornada laboral, medida contra la que el sector está que trina. Las altas temperaturas unidas a la levantera ha provocado un retraso en la llegada de la gente al Real. Pero también hay quien apunta a que la Feria siempre es mejor si coincide a primeros de mes, y no a mediados como este año.

La profesionalización de la Feria es un hecho indiscutible y los hosteleros suelen cubrirse las espaldas para garantizar el éxito de la aventura, lo que en muchos casos les lleva a diversificar su presencia en el Hontoria con la gestión de varias casetas y a concertar reservas de mesa para los días flojos, el martes dominado en los últimos por las comidas de empresa, el miércoles o día de la mujer, y en cierta medida el jueves.

El conocido cocinero jerezano Juan Carlos Carrasco, que lleva treinta años trabajando la Feria, asegura que “aunque la Feria ha estado bastante bien, el tiempo ha fastidiado un poco, porque el año pasado la gente llegaba a las dos y media de la tarde y se quedaban hasta bien entrada la noche o la madrugada”.

En la caseta que lleva su nombre y que regenta su hermano Alfredo, las ventas han sido similares a las del año anterior, que según Juan Carlos, fue “bastante bueno”, y entre los motivos del éxito alude a la afluencia de mucha gente de fuera, visitantes nacionales de Madrid, Bilbao y otras muchas procedencias.

“Se ha notado muchísimo la visita de foráneos”, señala el cocinero, quien asegura que el adelanto del alumbrado al sábado también les beneficia, pues en su caso, “ahora el primer fin de semana, incluido el lunes, se concentra la mayor parte de la venta, puede ser que hasta el 70% de toda la Feria”.

Alfredo Carrasco es uno de los impulsores de Hofeje (Hosteleros de la Feria de Jerez), grupo que reúne a unos 40 hosteleros de la ciudad con más de un centenar de casetas a su cargo en el Hontoria. El colectivo se unió al término de la pasada edición de la Feria del Caballo para tener contacto fluido y apoyo entre sus miembros, así como para la defensa de los intereses comunes.

Dani Muñoz (Bar Rody), que este año ha gestionado cuatro casetas en el Real, forma parte de este grupo, cuyos miembros aún no han compartido por whatsapp comentarios sobre los resultados de la Feria, cosa lógica si se tiene en cuenta que ayer era día de desmontaje tras una larga semana de trabajo y las fuerzas ya flaquean.

Para este hostelero, la edición de este año ha estado regular tirando a bien, pues así se desprende de la evolución de las cuatro casetas con su impronta, ya que “dos han estado bien y dos regular”. A juicio de Dani, “este año ha habido menos gente que la Feria pasada, sobre todo el miércoles, el jueves y el último sábado”. Por contra, “el viernes de Feria ha sido espectacular, el día con más gente”, puntualiza.

Pablo Vega (Restaurante La Piedra), otro de los integrantes de Hofeje que junto a su hermano gestionan tres casetas en la Feria, también hace balance positivo de la edición de este año, “similar a la del año pasado”, si bien apunta que podría haber sido mejor de no ser por el exceso de calor de los primeros días.

Las reservas para las casetas las gestionan a través del restaurante, lo que les garantiza un buen número de comidas de clientes asiduos, señala este hostelero, quien sostiene que históricamente, el gasto en Feria siempre es mayor si se celebra a principios de mes. Pablo coincide en que, al margen del primer fin de semana, el viernes ha sido el día más fuerte de la edición de este año y, entre lo peor, no duda en apuntar a las inspecciones de Trabajo sufridas por los hosteleros el martes de Feria.

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