Campo de Gibraltar

Trazos en busca de un nuevo futuro

  • Stephan Ogork es el autor de una exposición de dibujo que lucha por hacerse un hueco en el arte tras emigrar desde Camerún

Cerca de seis mil kilómetros separan Ceuta de Duala, la ciudad más grande de Camerún. El viaje podría hacerse en unos tres días en coche, sin embargo, Stephan Ogork Ayuk tardó más de un año en cruzar media África para dejar atrás su Camerún natal y buscar una segunda oportunidad en suelo europeo.

Ese voto de confianza lo consiguió a finales de abril de este año, cuando la biblioteca municipal de Ceuta acogió su exposición de dibujos de la mujer africana, con 75 láminas que recogen la fortaleza del género femenino.

Su madre es quien le inspira a la hora de dibujar sus láminas de empoderamiento

Pero el camino hasta lograr ver sus dibujos adornando las paredes no ha sido fácil. La vida en Duala no es sencilla: si buceamos en internet encontramos que el país se encuentra ahora mismo en crecimiento económico y Duala, foco financiero del territorio, aún más. Sin embargo, los sueldos mensuales rondan los 30 euros.

Stephan necesitaba salir de ahí. Tomó una maleta, el dinero que había conseguido y partió en busca de un futuro mejor. Atrás dejaba a una madre luchadora, cinco hermanos y un padre ausente. Junto a un grupo cruzó Nigeria, Níger, Argelia y Marruecos, convirtiéndose el viaje en un verdadero infierno.

"Cuando cruzábamos Níger para llegar a Argelia nos interceptó la policía, pero unos bandidos nos encontraron antes y nos quitaron todo lo que teníamos encima. El teléfono, dinero, todo lo de valor, incluso los bolsos con ropa. Violaron a las mujeres del grupo y mataron a los que no les dieron el dinero. Fue horrible", explicó Stephan.

El recibimiento en el país norafricano tampoco fue afable. Los peores momentos los pasó en Tamarrasset, una ciudad al sur de Argelia. "Los árabes nos vendieron a otras personas y tenía que pagarles si quería salir de ahí. Lo pasé verdaderamente mal. Allí estuve dos meses porque no tenía dinero, mi familia tampoco e incluso no sabían lo que yo sufría ni dónde estaba", indicó visiblemente afectado.

El viaje lo recuerda como momentos de "piedad, odio, miedo y sufrimiento", infernal en los momentos en el desierto, sin coches que pasasen. Del país argelino no conserva buenos recuerdos. Los cinco meses de hambre en Orán, haciendo el sâlam (pidiendo dinero) para poder sobrevivir fueron otro calvario.

"Estuve en un pequeño pueblo en la frontera con Marruecos, no recuerdo el nombre, donde estuve tres meses antes de entrar. Conocí a un grupo que también quería ir a Marruecos. Tardamos una semana en entrar y cuando nos cogieron los marroquíes nos enviaron a un campamento argelino", recordó Stephan.

En el segundo intento tuvo más suerte. Consiguió cruzar al país vecino a través de las montañas y llegar a Tánger. "Ahí me encontré con mi hermano pequeño, que también había emigrado. Estuvimos ahorrando y finalmente conseguimos entrar en Ceuta por mar", apuntó, dejando entrever la felicidad del recuerdo.

Stephan ingresó en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta hace unos 10 meses. Ahí se produjo el cambio. "El hecho de pedirme que hiciese una exposición significó para mí tener una segunda oportunidad en mi vida".

Los trabajadores del CETI vieron sus destrezas con el lápiz y el papel y quisieron darle valor. "La idea es mostrar que la inmigración también tiene cosas positivas, que son personas que tienen mucho que aportar", explicó María Alconchel, presidenta de la Asociación Cultural de Mujeres de Los Barrios, Telethusa, quien visitó la muestra en Ceuta y la trajo a la península.

Ese ha sido su segundo gran paso, conseguir que su talento cruce el Estrecho. "Hay gente que piensa que otras personas tienen talento, que sueñan con cambiar su vida, que les gustaría tener una segunda oportunidad", comentó agradecido el artista.

La fuerza de la mujer africana, de Stephan Ogork Ayuk, reza el cartel a la entrada de la Casa de la Cultura Isidro Gómez de Los Barrios. En las paredes de la sala cuelgan cerca de 70 dibujos a lápiz con la mujer africana como protagonista, tanto en sus tradiciones como en su mezcla con la cultura europea.

El artista admira a la mujer, la califica como "una criatura única que lo soporta todo a pesar del sufrimiento" y por ello le dedica la exposición a su mayor referente, su madre que "ha sufrido tanto por mí, por mi hermano pequeño y por mi padre, que tenía otras mujeres", explicó Stephan.

Ella es "el bastón de mi vida", su guía, su inspiración. "Solo pinto mujeres porque pienso mucho en mi madre y ella me da la inspiración", añadió.

Es un diamante en bruto. En Camerún casi no dibujaba, el talento lo mostró en Ceuta, cuando le dieron le dieron una oportunidad y una razón para dibujar. Esta es la mejor forma que tiene Stephan de recordar a su madre, una mujer luchadora que sostuvo a la familia mientras su marido se casaba con otra.

"Lo que quiero transmitir con esta exposición es que no importa el sufrimiento ni las dificultades que encuentren las mujeres, ellas son fuertes y pueden decidir si quieren o no las cosas. Tienen que levantar el puño y decir sí o no. Ese es el verdadero título de mi exposición: la mujer que dice sí y no a todo".

El empoderamiento femenino que protagoniza la exposición no conoce barreras. Ya dio el salto del Estrecho para disfrutarse en una comarca marcada por la inmigración. En breve volverá a partir, esta vez a Barbate, otro municipio que conoce el fenómeno de cerca.

Mientras tanto su autor sigue buscando su segunda oportunidad en Europa, esta vez en Burdeos (Francia) con el objetivo de convertirse en un gran pintor y poder dedicarse a su pasión.

"Me gustaría convertirme en un gran artista y pienso que puedo conseguirlo con la ayuda de la gente y de Dios". Realmente necesita esa ayuda, no tiene materiales, los cuadros que se han vendido han ayudado a financiarlo un tiempo, pero ahora solo busca cómo volver a España y desarrollar sus capacidades creativas.

Quiere pintar la naturaleza, dejarse seguir inspirando por la fuerza de la mujer y aprender el arte de un oficio en el que la base es el talento. Con la destreza ya cuenta, ahora solo necesita la oportunidad y Stephan está dispuesto a luchar por lograr su sueño de ser pintor, de transmitir la belleza a través de los trazos.

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