Agentes de la Policía Nacional han desmantelado una organización criminal radicada en Castellar de la Frontera y dedicada al narcotráfico a mediana escala y a la fabricación de drones aéreos y semisumergibles capaces de cruzar el Estrecho con una carga de hasta 200 kg. de estupefaciente a bordo.

El grupo, liderado por un hombre y su hijo con conocimientos de aeronáutica (uno de ellos, de hecho, es piloto de helicópteros) venía operando desde hacía dos años y construía de manera artesanal estos vehículos, además de realizar dobles fondos o “caletear” otros medios de transporte para ocultar estupefacientes. Sus clientes eran organizaciones criminales de España y otros países europeos y realizaba su actividad desde diferentes naves industriales de la citada localidad del Campo de Gibraltar.

En la operación, desvelada el pasado 8 de junio por Europa Sur y presentada este lunes en Algeciras por el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, junto a los responsables de la investigación y mandos policiales, han sido detenidas ocho personas en municipios de Cádiz, Málaga y Barcelona por delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Además, han sido intervenidos 145 kg de hachís, 8 kg de marihuana, 157.370€, 10 vehículos, 6 drones aéreos de gran tamaño -con hasta 12 motores y autonomía para 30 km- y otros tres semisumergibles (dos de ellos, aún en fase de construcción) en los ocho registros practicados.

Se trata de la primera ocasión en la que se han intervenido aparatos que operan bajo el agua sin tripulación a bordo, denominados vehículos submarinos no tripulados o UUV (Unmanned Underwater Vehicle). Los tres intervenidos debían ser entregados a narcotraficantes franceses para el transporte de importantes cantidades de cocaína –la Policía sospecha que para trasladarla por la extensa red de canales del país– aunque en Francia no se han producido por el momento detenciones. 

Rueda de prensa de la Policía Nacional este lunes en Algeciras

Proveedores de bandas y mafias europeas

La investigación, que ha desarrollado la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría de la Policía Nacional de Algeciras en conexión con la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar y el Juzgado nº1 de Instrucción y Primera instancia de San Roque, se inició en abril del pasado año a raíz de que los agentes tuviesen noticia de la existencia en Castellar de talleres clandestinos dedicados a fabricar los drones y a caletear vehículos.

Fruto de numerosos seguimientos y vigilancias, se constató la existencia de un grupo cuya actividad criminal tenía como clientes a otras organizaciones delictivas de toda índole. Los investigados construían los drones artesanales y realizaban dobles fondos o “caletas” en turismos o remolques para ocultar droga. Con esos aparatos, los narcotraficantes podían transportar grandes cantidades de estupefaciente de forma remota cruzando el Estrecho de Gibraltar. La especialización de los detenidos les llevó a idear un sistema de refrigeración en los dobles fondos diseñado para que el olor de la droga no pudiera ser detectado desde el exterior.

Las pesquisas se prolongaron durante catorce meses, tiempo en que se averiguó cómo los detenidos (seis de los cuales están en prisión provisional) prestaban servicios de carácter logístico a todo tipo de organizaciones criminales, llegándose a detectar a clientes de Italia, Francia o Dinamarca, o a miembros de otras bandas del territorio nacional asentadas en Cataluña, la Costa del Sol, el Campo de Gibraltar y Ceuta.

Mocro-maffia

Dado el carácter internacional de los contactos que mantenían se estableció una estrecha colaboración con la Policía Nacional francesa, ya que un importante número de estos vehículos con dobles fondos se dirigían, una vez cargados con droga, hacía el país vecino.

Además, vinculados a esta operación se ha podido identificar a varios ciudadanos marroquíes y daneses que estarían enviando desde el sur de España importantes cantidades de hachís hacía el norte de Europa destinadas a las organizaciones criminales de origen magrebí conocidas como Mocro-maffia.

Los investigadores detectaron hasta 13 vehículos de distinto tipo a los que se les habrían practicado dobles fondos para ocultar y transportar drogas, algunos de ellos fabricados en el interior de remolques y capaces de albergar hasta 800 kilos.

Se han intervenido cuatro de estos vehículos, logrando la aprehensión de 145 kilogramos de hachís y 8 de marihuana. En concreto uno de estos transportes fue interceptado cuando se dirigía hacia Dinamarca a bordo de una grúa con la intención de evitar posibles controles policiales, con 218 tabletas de hachís en el interior de una “caleta”.