Observatorio de La Trocha | Nuestro arte prehistórico

Cueva del Pajarraco, una escena de caza plasmada en sus paredes

  • Situada en Los Barrios, es conocida desde hace más de cien años, cuando se empezaron a realizar los primeros trabajos relacionados con el arte prehistórico en la comarca

Vista general de la Cueva del Pajarraco.

Vista general de la Cueva del Pajarraco.

Este pequeño abrigo se encuentra situado en pleno Parque de los Alcornocales, perteneciente al término municipal de Los Barrios. Está ubicado en una cresta de arenisca en la margen izquierda del arroyo de las Tunas, tributario del río Palmones, muy próximo al embalse de Charco Redondo. La cresta rocosa recorre prácticamente todo el valle que sube desde el embalse, llegando a varias zonas altas. Esta cresta arenisca está formada por un paquete areniscoso que forma secciones compactas, con profundidades que llegan a decenas de metros de espesor.

Estos paquetes están compuestos por arenas cuarzosas, variando su tamaño del grano, pudiendo oscilar entre la grava y una arena media. Este tipo de areniscas normalmente son muy frágiles o desmenuzables, salvo en los casos que se ha existe una cementación ferruginosa (al mezclarse con partículas de hierro, pierde su fragilidad). Esta formación se puede interpretar con una serie turbidítica denominada de facies B1, relacionada con la parte media o interna de un abanico submarino profundo. Lo que nos da una interpretación de estas arenas y arcillas de la formación del Aljibe, como azoicas, o lo que es lo mismo, que no contiene fósiles.

La edad de estas formaciones areniscas superiores se sitúa en una edad próxima al Aquitaniense, considerándose la edad más antigua del Mioceno, y que comprende aproximadamente entre 23,03 Ma y 20,43 Ma (millones de años), siendo un periodo muy seco de enfriamiento.

La cueva del Pajarraco es conocida desde hace más de cien años, cuando se empezaron a realizar los primeros trabajos relacionados con el arte prehistórico en la comarca del Capo de Gibraltar. Uno de los primeros investigadores que plasmó en sus calcos los motivos que se representaron en este pequeño abrigo fue el abate Henri Breuil, que posteriormente los publicaría en su conocido Rock paintings of southern Andalusia: a description of a neolithic and copper age art group.

Panel 1B A con escena de caza. Panel 1B A con escena de caza.

Panel 1B A con escena de caza.

A continuación, extraído de este libro, pongo parte del texto traducido, donde describe la cueva del Pajarraco: “Por lo bajo y estrecho uno no puede estar de pie en el mismo. En un dintel natural hay pintado un grupo de figuras muy interesantes que parece representar una escena de caza. Cerca del centro se encuentra un hombre que apunta un arco hacia la izquierda; su cabeza, muy desvanecida, está coronada por un enorme penacho curvado hacia atrás. Detrás de él, es decir, en el extremo derecho del friso, hay unas grandes y dos pequeñas ciervas, algunas de cuyas piernas han desaparecido a causa de la erosión de la roca. A la izquierda del cazador, hacia donde apunta la flecha, hay un gran ciervo con un solo cuerno largo teniendo diez puntas; a su pecho se aplica el punto de un objeto indefinido, más o menos triangular. Más a la izquierda, por lo que hacía el ciervo se refiere, hay en primer lugar, una figura trasera. A continuación, en la segunda línea, dos ciervas más, y luego, en la tercera línea, tres animales, de los cuales dos son ciervas obvias, y el tercero un venado, o un ciervo viejo, con una sola cornamenta bifurcada. Una de las ciervas, cuyas piernas y las orejas son más cortas, se ve en la dirección opuesta. En el centro hay un símbolo de cruz, que puede ser o bien una figura humana simplificada, o, posiblemente, un ser espiritual semihumano que conduce a la manada hacia el cazador. Este es un grupo muy inteligible y bien dibujado. Respecto de las pinturas neolíticas de animales esta Cueva del Pajarraco (Río Palmones), el de Las Figuras, y el Gran Refugio de Bacinete forman una clase aparte. Más, aquí no hay complicaciones como resultado de la superposición y todo se ha pintado al mismo tiempo y probablemente, por el mismo artista”.

Como dato relevante, además de la descripción de las figuras representadas, en el último párrafo hace un comentario curioso, refiriéndose a la realización del panel de Pajarraco, donde su ejecución es en un mismo periodo y su autoría en la misma persona. Años más tarde, Rafael Castro, concejal de cultura del Ayuntamiento de Los Barrios, estaba muy preocupado por la conservación de este abrigo y encargó un informe ilustrado a Rafael Gómez de Avellaneda Sabio. Ya en la década de los ochenta, el matrimonio Topper realizo un trabajo de actualización e incorporo nuevos enclaves rupestres en su guía. Si observamos el calco que realizo el matrimonio Topper, comparándolo con el de Henri Breuil, podemos ver pequeñas diferencias, sobre todo en el estilo con el que cada autor realizo el calco, la distribución y tamaño de los motivos más o menos mantienen la misma línea, siendo el del matrimonio Topper más fiel a la realidad, tal como podemos ver en la fotografía (Lámina 1).

Comparación entre los calcos de Breuil y Topper. Comparación entre los calcos de Breuil y Topper.

Comparación entre los calcos de Breuil y Topper.

La cueva del Pajarraco es de pequeñas dimensiones, con una profundidad de aproximadamente 1,20 metros, y un ancho máximo en su boca de aproximadamente 2,50 metros, y su altura en el punto más alto es de 1,70 metros. Según la configuración natural de la covacha, el pintor o pintores aprovecharon un paramento vertical a modo de dintel, justo protegido por una visera que corre por toda la zona alta de la boca de la cueva, en esta zona plasmaron el primer panel, y en la pared lateral derecha representaron varias figuras que forman el segundo panel, estas figuras también fueron representadas por los autores anteriores. Esta zona de la cavidad está en la actualidad muy mal conservada pues el pigmento está completamente desvaído, quedando ocultas para el ojo humano las figuras, siendo necesario para poder verlas utilizar un software de tratamiento digital del tipo Dstretch.

Empezamos la descripción por el panel principal parte A, formado por motivos esquemáticos y seminaturalistas, donde el autor o autores plasmaron figuras zoomorfas principalmente. Si describimos el panel de izquierda a derecha, encontramos siete motivos realizados en pigmento de color rojo, la primera figura es indefinida, está formada por un trazo oblicuo corto y una puntuación en su parte derecha, dos motivos d y tres posibles cérvidos, aunque con una clara diferencia, pues el número 2 es de estilo esquemático, no así el 3 donde se aprecia un estilo más seminaturalista, lo que podría indicar que existe una diferencia temporal en su ejecución, se observa el detalle del trazado en la parte de la cabeza, donde se define perfectamente las orejas o cuernecillos del animal.

Otros paneles. Otros paneles.

Otros paneles.

En cuanto a la figura 4, al igual que la anterior, su estilo es naturalista, aunque su estado de conservación es pésimo, el pigmento está muy desvaído, en este motivo podemos ver que la técnica de dibujo es diferente. No se trata aquí de simples líneas, si no que se utilizó la técnica de tintas planas (relleno completo con pigmento del interior de la figura), en el motivo podemos observar un posible cérvido, donde se conserva la cabeza y parte del cuerpo. Este motivo por su estilo y técnica de ejecución podría estar en una secuencia cronológica anterior al resto de motivos de la cueva. Los motivos 5 y 7, de estilo esquemático, representan dos zoomorfos, posiblemente cánidos, donde se representó el cuerpo completo, patas, cabeza y orejas muy marcadas. Para finalizar con esta parte del panel, un motivo que se diferencia del resto, por tratarse de una figura cruciforme, o lo que es lo mismo una representación de un antropomorfo muy esquematizado, formado por un trazo vertical que hace de cuerpo-cabeza, y un trazo horizontal a la vez de brazos.

Continuando en el panel principal en la zona marcada como 1B, encontramos una de las escenas más significativas que definen a esta cueva, la escena de caza 2, donde se puede ver un cérvido con su cornamenta y manando de su cuello una mancha que simula la sangre, después de ser alcanzado por la flecha del cazador representado en la parte derecha, que simula que persigue al animal para darle caza, la figura antropomorfa porta en sus manos un arco en posición de disparo, y según muestra la figura humana, da la sensación que porta en su cabeza un posible gorro o tocado. Esta escena es muy similar a la que se reproduce en el abrigo de Chinchilla II, aunque en este caso del Pajarraco está más esquematizada que la del abrigo de Chinchilla II. Marcada con el número 1 en esta misma parte del panel principal, en la parte izquierda y posiblemente formando parte de la manada anterior, pues está muy próximo, encontramos otro motivo esquemático de un posible canido, patas cortas, cabeza y orejas largas. Además de los motivos descritos del panel número 1 A-B, se distribuyen entre todas estas figuras unos restos de pigmentos no figurativos indefinidos.

El panel 1A. El panel 1A.

El panel 1A.

Pasando al siguiente panel número 2, que en la actualidad no se aprecia si no aplicamos un software de tratamiento digital para resaltar los pigmentos rojos. Este panel lo componen varios motivos de estilo seminaturalista, tanto Breuil como Topper representaron tres motivos dibujados escalonadamente en el panel. Empezando por la situada más abajo, la describimos como un posible cérvido, que destaca por sus dimensiones, donde podemos ver la parte trasera del cuerpo y sus patas traseras, el rabo, un cuello bastante largo, la cabeza y unas grandes orejas o cuernos.

En dirección ascendente derecha se localiza otro de los motivos que componen este panel, se encuentra muy desvaído, solo conservando partes de su cuerpo, cuartos traseros, un largo cuerpo y casi desaparecidos los cuartos delanteros, además de la pequeña cabeza muy pegada al cuerpo. Para finalizar este panel en la parte más alta a la derecha muy próximo a una zona afectada por una concreción negra posiblemente producida por un fuego, localizamos otro motivo zoomorfo, que fue definido por el matrimonio Topper como un cáprido, aunque actualmente es imposible poder definir que tipo de animal es. Pues el pigmento que lo formaba está casi desaparecido, conservando una mínima parte del mismo.

Debajo de esta formación de motivos se sitúa un trazo oblicuo que corre debajo de las dos figuras superiores. Como colofón a este conjunto de motivos, que no reflejo Henri Breuil, si el matrimonio Topper, aun en la actualidad es posible ver, hablamos del panel número 3, un signo no figurativo, posiblemente un zoomorfo muy esquematizado, Topper lo describe como motivo con forma de dolmen. Con este motivo se cierran las grafías que decoran esta pequeña covacha.

Actualmente la cueva del Pajarraco se encuentra en grave peligro, ya mencionado por los Topper en 1988 en su guía del arte rupestre en la provincia de Cádiz, donde hacían constancia del mal estado del mismo. Por las obras que se estaban llevando a cabo en el embalse grandes fisuras recorren las paredes de la covacha, con el peligro de que se puedan fracturar partes de la roca, pudiendo llegar a desprenderse, afectando a los paneles pintados. Es necesario realizar algún estudio a fondo de esta cavidad, recoger toda la información posible de los motivos allí representados antes de que desaparezcan por completo. Este patrimonio rupestre es muy frágil, al igual que ha perdurado varios milenios en el tiempo, bastaría algunos años para acabar con él.

No somos conscientes de la importancia y la información que nos puede aportar todas estas representaciones, la tecnología aplicada a datar pigmentos, calcitas, etc, va avanzando a pasos agigantados, es necesario preservar estos enclaves para en un futuro no muy lejano poder realizar una datación exacta de estas grafías y conocer ese momento en el que el homo sapiens sapiens habitó nuestras tierras.

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