La Real Balompédica Linense se ha puesto manos a la obra para tratar de rentabilizar la ventana invernal de fichajes. El equipo de La Línea, afincado en la quinta plaza del grupo II de la Primera RFEF y con escasa respuesta de sus aficionados, no está para muchos dispendios. El objetivo es proporcionar a Antonio Ruiz Romerito el fondo de armario del que ha quedado más que demostrado que carece desde que comenzó la temporada, circunstancia que este periódico ya puso negro sobre blanco a finales de septiembre. Elevar el nivel del equipo pero desde abajo, porque ya cuenta con un bloque muy sólido. Un portero y un central -a ser posible zurdo y que pueda jugar también de lateral izquierdo si llega el caso- son las piezas buscadas tras la incorporación de Serge Leuko, que se dio a conocer antes incluso de que parase la competición.

A no ser que aparezca esa ganga de la que siempre se habla pero que casi nunca aparece, la Balompédica se va a manejar con prudencia en el mercado de invierno. Por un lado porque un equipo que ocupa la quinta plaza ya se demuestra fiable y por otro porque con asistencias medias de en torno a 1.500 espectadores (es decir, el número de abonados) no es que haya fondos para grandes inversiones.

Antes del comienzo de la temporada Europa Sur sirvió de foro para el debate sobre la necesidad de un cuarto central. Nadie pone en duda el rendimiento de Borja López, Jesús Muñoz y Fran Morante, pero como entonces vaticinó el entrenador las lesiones y sanciones se ceban en esa demarcación y el míster ha tenido que echar mano de Jose Masllorens y de Óscar Arroyo para cubrir esa plaza.

La cerrazón a un cuarto marcador central que entonces demostró Raffaele Pandalone se ha desmoronado. El presidente apostaba por guineano Jorge Djandi, pero terminó asumiendo que no entraba en los planes de Romerito y lo cedió -junto a Alu Koroma- a la UD San Pedro. El club ya ha preguntado por un par de jugadores de un nivel muy similar a los que ya tiene, aunque de momento no pueda anunciar su contratación.

Otro puesto que el club confía en apuntalar es el de portero. La estadística demuestra que con Nacho Miras en el marco, la Balompédica ha encajado 0,81 goles por partido. Y que el cancerbero de origen polaco Mateusz Kania recibió diez en los dos encuentros en los que participó (siete en Andorra y tres en La Línea ante el Córdoba en la Copa Federación), es decir, promedia cinco. Los albinegros buscan un portero experimentado ante la posibilidad de que una lesión o una sanción pudiese provocar en la segunda vuelta una ausencia más o menos prolongada de su capitán, que se ha demostrado pieza clave,

A partir de ahí va a depender mucho de los jugadores que salgan de la entidad, pero la Balompédica ya ha hecho saber a varios representantes que descarta la posibilidad de incorporar un delantero, porque entiende que el recuperado Iván Martín -que se perdió casi toda la primera vuelta- encarna ese papel.

Tampoco parece muy probable que los albinegros contraten un jugador de banda. Ni siquiera ante la posibilidad de que se marche Alhassan Koroma a disputar la Copa de África y se pierda dos-tres partidos. No hay que olvidar que con la llegada de Serge Leuko el linense Loren Fernández se suma a la competencia por una plaza en los costados de la medular, para la que ya opten, además del sierraleonés, Fito Miranda, Leandro Martínez, Josué Dorrio e incluso, aunque no sea su puesto natural, Mamadou Cham.