Real Balompédica | Primera Federación

¿Quién me ha robado el mes de febrero?

  • La Balona pasa de la mejor defensa del grupo hasta la jornadas 21 (0,76), a una de más vulnerables en las tres últimas

  • Los albinegros encajan dos tantos por duelo; solo Linares y Baleares presentan peor balance

  • Sanciones y lesiones han mermado una defensa que fue la clave en la resurrección

Los jugadores de la Balona guardan un minuto de silencio antes del duelo con el San Fernando

Los jugadores de la Balona guardan un minuto de silencio antes del duelo con el San Fernando / Erasmo Fenoy

El pasado 30 de enero la Real Balompédica Linense podía alardear de ser el equipo menos batido del grupo I y el segundo con mejor balance en ese apartado de toda la categoría. En los tres partidos disputados desde que arrancó febrero se ha convertido en un equipo tan vulnerable (ha recibido seis dianas) que solo dos conjuntos en toda la Primera Federación (Linares y Atlético Baleares) han visto su portería profanada en más ocasiones (7). No es necesario ir mucho más lejos para entender la causa de que la de La Línea sea la única escuadra del grupo que no ha sumado en lo que va del segundo mes del año (tres derrotas) y que su renta sobre los puestos de descenso hayan quedado reducidas a un solo punto.

Igual sería un poco exagerado hablar de coladero, pero que un equipo que llegó a la jornada 21 con un promedio de 0'76 goles en contra por encuentro haya casi triplicado esa cifra en los tres encuentros siguientes a pesar de jugar dos en casa (tres frente al Linares, dos ante el San Fernando y uno en su visita a Mérida) es, como poco, significativo.

Por si fuera poco, en algunos de esos partidos la estadística habla de hasta cuatro paradas 'de gol' de Alberto Varo, lo que quiere decir que el trabajo defensivo de la Balona hizo más concesiones de la que señala el resultado final. Entre otras cosas porque, al ir por detrás en el marcador en todas las ocasiones, los linenses se han visto obligados a dar un paso adelante, a arriesgar y, por consiguiente, a correr riesgos, que los rivales han aprovechado a la contra.

Esta vulnerabilidad tiene no agravantes ni atenuantes, pero sí explicaciones, entre otras cosas porque la responsabilidad de proteger el marco albinegro no solo es de los cuatro jugadores que se alinean en la zona defensiva. Y más aún en un equipo entrenado por Rafa Escobar, que no le hace precisamente ascos a la presión alta y a hacer incómodo el juego a los rivales.

Las sanciones de Loren y Jesús Muñoz, afortunadamente para su equipo ya finalizadas, han mermado una zaga (y un equipo, porque ambos aportan mucho carácter) que aún se vio más desprovista de efectivos con la lesión de Connor Ruane, que tardará como poco un par de jornadas en reaparecer. Y esta semana es más que dudosa la presencia de Fran Morante, que sufrió un esguince y tuvo que ser relevado.

Para colmo se da la desgraciada casualidad de que la Balompédica se había desprovisto en el mercado de invierno de jugadores específicos para esos puestos. Por un lado el lateral zurdo Víctor Mena se enroló en el UCAM de Murcia, que desde su llegada suma cuatro victorias y un empate y se ha encaramado a la tercera posición del grupo IV de Segunda Federación. Y por otro, el serbio Damian Gojkov se marchó cedido al Juventud de Torremolinos de esa misma competición, en el que, por cierto, apenas ha jugado 22 minutos.

De esta forma Rafa Escobar ha recurrido al inexperto malinés Papa Cámara, de 20 años, que se está haciendo aún a la categoría, y al recién llegado Joel del Pino, que aterrizó después de apenas jugar un par de partidos con la Unión Deportiva Las Palmas, del que llega cedido. Tuvo que ser relevado en el descanso en su primer encuentro como titular, y fue expulsado con doble amarilla apenas cumplirse el primer cuarto de hora del choque de la última jornada ante el San Fernando.

Bueno, eso sin olvidar que ante los de la Isla de León pasaron en determinados momentos por los costados de la zaga Álex Guti, Joao Pedro e incluso Alu Koroma.

A la vista de los números parece incuestionable que la Balona necesita rearmarse. Solo desde la solidez defensiva consiguió escalar posiciones. Y la vulnerabilidad le ha devuelto a los puestos de peligro.

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