Real Balompédica Linense - Pontevedra CF | La crónica

La Balona, en modo apisonadora (3-0)

  • Los albinegros desarbolan a un Pontevedra al que su portero salva de una goleada

  • Yassin Fekir, Álex Guti y Toni García anotan los tantos de un bloque incisivo y vertical

  • Los cambios permiten a los de casa sellar con goles el juego realizado

  • Los linenses lanzan 20 veces a puerta, once entre los palos

Los jugadores de la Balona celebran el triunfo sobre el Pontevedra

Los jugadores de la Balona celebran el triunfo sobre el Pontevedra / Erasmo Fenoy

La Real Balompédica no solo se recompone, sino que acelera su silenciosa escalada por la clasificación del grupo I de Primera Federación. El conjunto de La Línea solo necesitó cuatro días para demostrar que lo del miércoles ante Unionistas no fue más que un gatillazo inoportuno, como lo son todos los gatillazos. Una mala noche la tiene cualquiera que dijo aquel. Los albinegros vencieron de manera incontestable (3-0) a un Pontevedra al que alejan tanto (nueve puntos y el golaverage) que cada vez se antoja menos rival directo. Los locales fueron ambiciosos, verticales y exageradamente generosos y solidarios en el esfuerzo. Aunque tuvieron que esperar a la segunda parte merecieron el triunfo desde el pitido inicial. Los cambios introducidos por Rafa Escobar -el indiscutible responsable de la metamorfosis que ha protagonizado esta escuadra- volvieron a resultar fundamentales: los tres goles tuvieron como artífices, directos o indirectos, a los futbolistas que habían comenzado la contienda en el banquillo.

No fue la semana fantástica que se atisbaba el pasado domingo tras el triunfo en Córdoba.... pero casi. La Balona se las ingenió para compensar a los más de dos mil a los que el miércoles se les atragantó el frío. Seis puntos de nueve después de medirse al Córdoba y a dos rivales directos son un extraordinario botín para una escuadra que todavía continúa envuelta en la lucha por alejarse del descenso. Da igual donde capturase esos puntos y donde y cuando tuviese un descuido.

Esta vez, ante el Pontevedra, se volvió a dejar ver la Balompédica de los dos últimos meses. A ratos, hasta mejor. Con chispa, con vivacidad, con ambición. Y también con mucho trabajo para hacer sentir incómodo a un enemigo que cuando no tiene la pelota lo pasa regular. Se ve que el partido, pese a las prisas, había sido preparado a conciencia.

Joao Pedro sigue creciendo y cuajó su mejor partido. Lo de Álex Guti es de traca. Y Bobby Duncan en su primera aparición como titular/titular (sin contar la primera entrega ante Unionistas) dejó ver que quiere sumar y que tiene muchas virtudes. Sobre todo con el cuero en los pies.

Los de casa salieron al césped decididos a evitar un nuevo siniestro. Presionando. Robando. Mirando siempre al marco. La estadística final habla de 20 disparos a puerta y once entre los tres palos. No hacen falta muchos más valoraciones.

A los cuatro Loren ya puso a prueba al meta visitante Cacharrón, de largo el mejor de los suyos. No es exagerado decir que evitó una goleada. O una goleada aún mayor, según como se entienda. Y es que el Pontevedra en La Línea se dejó sentir como un equipo limitadito. Igual más por mérito de los de casa que por deméritos propios, pero lo cierto es que muy cortito.

A los seis Joao Pedro estrelló el balón en la cruceta y en el siete después de que Duncan acabase dando vueltas por el suelo, Omar Perdomo volvió a poner a prueba al portero de los grana. A eso hubo que sumar dos ocasiones flagrantes más -una de ellas acabada con gol de Duncan- que habían sido invalidadas por fuera de juego.

Esa sensación de asedio solo fue compensada en el seis cuando Abelenda se presentó delante de Alberto Varo, pero el meta le achicó el campo con su salida y el atacante acabó por quedarse sin espacio para disparar a puerta.

Hasta el descanso hubo otras tres. Todas de una Balona ambiciosa. Dos disparos desde fuera del área (Antonio Romero y Omar Perdomo) y una acción personal de, otra vez, Joao Pedro, al que quizás le faltó levantar la cabeza y buscar a un compañero. Que el primer tiempo acabase con empate era responsabilidad, principalmente, de Cacharrón.

La vuelta tras el intermedio fue un poquito más espesa por parte de los locales. Parecía que el recién estrenado técnico del Pontevedra, Toni Otero, había dado con la clave para tapar la vía de agua.

No fue más que un espejismo. La Balompédica volvió muy pronto a la carga. En el 13' Bobby Ducan la tuvo de cabeza. En el 15' fue Borja López. Y llegaron los cambios, que con este entrenador son casi siempre sinónimos de buenas nuevas.

Apenas llevaba Yassin Fekir dos minutillos en el césped cuando recibió de Joao Pedro volteó al portero e hizo el 1-0.

El rival, que se había mantenido en pie sin saber por qué, como los boxeadores que se agarran a las cuerdas para evitar el KO, supo que la suerte estaba echada y bajó los brazos. Los cambios para poner gente en ataque fueron más un brindis al sol que otra cosa.

Desde ese momento solo existió la Balona, que por otro lado era más o menos lo que había sucedido hasta entonces, solo que sin gol. Los linenses no se dieron por contentos. Primero Álex Guti tras un pase del propio Fekir y más tarde Toni García, tras una acción de Alhassan Koroma redondearon un resultado que deja más que satisfechos a equipo y parroquia. Estaba escrito no había necesidad de hacerse mala sangre. Escobar y su gente saben recomponerse después de un pinchazo. Solo hay que remitirse a las pruebas. Y por eso su gente se fue tan contenta del Municipal.

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