Fue en 2019 cuando se consumó el vuelco en Andalucía. Por primera vez desde que hay estadísticas en la comunidad vivían más mayores de 64 años que menores de 16. Demográficamente, Andalucía es una de las regiones más jóvenes de España, pero desde el año pasado la tasa de envejecimiento está por encima de 100.

Concretamente, había 101,13 personas con 65 o más años por cada 100 menores de 16. Hace una década la tasa estaba en 84,27, pero el envejecimiento nunca se ha acelerado tanto como en el último año, cuando ha crecido en 3,2 puntos, según un informe de la Fundación Adecco realizado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística. En el año de una pandemia que ha golpeado especialmente a los más veteranos, hay más veteranos que nunca en Andalucía, con 104,21 mayores de 64 por cada 100 jóvenes con menos de 16.

Hace ya tiempo que el invierno demográfico llegó a la vieja Europa. España y Andalucía no iban a ser un a excepción, pero los datos hacían pensar que, quizás, en el sur es más otoño que invierno. Andalucía está entre las comunidades con menor tasa de envejecimiento, ya que sólo es inferior en Baleares (102,2 mayores por cada 100 jóvenes) y Murcia, que es la única región con menos de un centenar de personas de edad –87,96– respecto a la cantidad de menores de 16 años. La media está en 124,79, mientras que Asturias (223,58), Galicia (202,27) y Castilla y León (201,09) se colocan en el pico de envejecimiento.

Estas diferencias entre territorios no son un asunto menor, ya que el porcentaje de población mayor de 65 años es, por ejemplo, uno de los parámetros que se tendrán en cuenta en la futura reforma del modelo de financiación autonómica. La atención social y sanitaria a estas personas requiere un gasto público que debe ser tenido en cuenta por la Administración central en el reparto de fondos entre las comunidades.

No obstante, hay que tener en cuenta que la tasa de envejecimiento no es homogénea en una comunidad tan extensa como Andalucía y con una población cercana a los 8,5 millones de habitantes. Hay tres provincias que, a pesar del avance de la tasa de envejecimiento, están por debajo del centenar de mayores por cada 100 menores de 16. Son Almería (84,6), Sevilla (95,4) y Cádiz (99,2). Huelva, con 101,7 está por debajo de la media regional, mientras que las otras cuatro provincias lo superan y Jaén, con 129,5 mayores por cada 100 jóvenes está por encima de la tasa estatal, a la que se acerca mucho Córdoba, con 124,9.

Evolucion del envejecimiento de la población en Andalucía

La 'Andalucia vaciada'

Estas dos provincias, junto con Málaga, son donde se ha producido un mayor crecimiento de la tasa de envejecimiento en la última década. El caso malagueño resulta llamativo, pero Jaén y Córdoba son las dos provincias que ejemplifican mejor esa idea de la Andalucía vaciada, fenómeno que también afecta a varias comarcas en Granada y Almería y que deja estas zonas del interior sin jóvenes debido a la falta de oportunidades.

Esta realidad, junto con el aumento de la esperanza de vida, que ya está en los 82,2 años en Andalucía, y el descenso de la natalidad ha provocado el vuelco en la pirámide de población. Según el informe de la Fundación Adecco, dentro de diez años los mayores de 65 años serán en torno al 30% del total de habitantes frente al 18% actual, lo que redundará en una mayor presión al sistema de pensiones que ya empieza a tener grietas. La jubilación de los babyboomers tendrá que ser soportada por sus hijos, que son muchos menos por esa bajada de la natalidad que lleva décadas experimentándose.

En este contexto, el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero apuesta por tener en cuenta las posibilidades laborales de las personas con más de 55 años. “El 40% de esas candidaturas se descarta en los procesos de selección”, apunta el directivo de la entidad, que llama a “cambiar la mentalidad” y a mejorar las políticas activas de empleo para que este grupo de personas, golpeado por el paro de larga duración desde la pasada crisis económica, “actualice sus competencias y pueda competir en el mercado con garantías”. Esta, junto con la incorporación definitiva de la mujer al trabajo, es una de las apuestas de la Fundación Adecco para atajar el problema demográfico.

Ignorarlo provocará que, a largo plazo, España pueda perder relevancia en el tablero internacional si se atiende a un estudio del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington publicado en la revista The Lancet. El informe descarta que la población mundial vaya a alcanzar los 10.000 millones de habitantes para el año 2100. El pico, augura la investigación, llegará en el 2060 y después comenzará un descenso paulatino.

¿Cómo queda España? Con la mitad de habitantes que en la actualidad, una población de 23 millones. Aviso a navegantes. Saldrán reforzados aquellos países “con políticas de inmigración liberales y políticas sociales que apoyen más a las mujeres que trabajan y alcanzan el tamaño de familia deseado”.