En honor a la verdad, la simple descripción del trastorno causa cierta aprensión. A poco que se piense en la situación y se alcance un mínimo de empatía existe posibilidad de comprender por lo que se pasa. Hay que imaginar un viaje en autobús urbano, por ejemplo, o la visita semanal al supermercado. De repente alguien siente taquicardia o le asalta un mareo o comienza a respirar de manera entrecortada. Y cuando es consciente de esos síntomas sufre un ataque de miedo intenso, una angustia aguda de que lo que está sucediendo acabe en una crisis de ansiedad.

Si ese sujeto del autobús o del supermercado ha acudido en busca de ayuda profesional, le habrán diagnosticado trastorno de pánico, uno de los principales desórdenes de ansiedad, tanto por su gravedad como por su prevalencia. Se calcula que el 3% de la población lo padece. Esta enfermedad tiene solución y está clínicamente consensuado que el mejor procedimiento para atajarla es la terapia de grupo, desde un enfoque que en psicología se denomina cognitivo-conductual.

Tal tratamiento se desarrolla en la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Algeciras. Es más, en el centro se ha probado un programa específico para combatir el trastorno y se han constatado sus beneficios para el paciente. La experiencia se ha plasmado en un artículo publicado en el duodécimo Congreso Virtual de Psiquiatría, Interpsiquis 2011, que organiza la revista on line www.psiquiatria.com, de referencia entre los profesionales de España.

El programa aplicado en el servicio de salud mental, que tiene su sede en el antiguo hospital de la Cruz Roja, tiene un nombre esclarecedor: Controla el pánico antes que el pánico te controle a ti. Es obra del psicólogo clínico Miguel Ángel Díaz-Sibaja. Se tomó como muestra uno de los grupos de terapia con los que se trabajó hace unos seis meses y se valoró la información y los avances observados durante las diez sesiones de las que consta el tratamiento. La conclusión avala el procedimiento. Los resultados se dieron a conocer hace escasos días en el mencionado congreso Interpsiquis, en un artículo firmado por Isabel María Cervera, Javier Melgar y el propio Díaz-Sibaja.

"Tras la implementación del programa observamos una mejoría clínica y estadísticamente significativa en las variables evaluadas. El programa de tratamiento resulta eficaz para disminuir la sintomatología asociada al trastorno de pánico", asegura el citado estudio. Esto significa que el protocolo de actuación aplicado en Algeciras se ha revelado como un manual eficaz y, por tanto, válido y que ha corroborado la evidencia científica de que es mejor tratar de resolver la enfermedad en terapia de grupo que de forma individual.

Controla el pánico antes que el pánico te controle a ti está dividido en módulos. "Lo primero que se hace es dar información a los afectados acerca de lo que es el trastorno de pánico con el objetivo de que entiendan por qué surge", explica Díaz-Sibaja. "Desde mi experiencia clínica observo que el 50% de los casos se solucionaría sólo con la información; que los pacientes se den cuenta de que es miedo al miedo", añade.

A continuación el tratamiento propone "técnicas de afrontamiento", esto es, enseñar al individuo métodos de relajación, inculcar un cambio de pensamiento para que no dramatice en las situaciones de crisis y aconsejar sobre una serie de pautas para mejorar el estilo de vida, con la alimentación y el ejercicio físico por ejemplo.

"Siempre hay un estímulo que llamamos síntoma gatillo", expone el psicólogo. "Voy andando tranquilamente por la calle y de repente me late el corazón más rápido de lo habitual. Es normal; nos pasa a todos. Pero si hemos tenido una crisis de angustia el día anterior, lo primero que me va a dar miedo es que me vuelva a ocurrir lo que me sucedió ayer. Ese síntoma genera, sin darnos cuenta, el ataque".

Durante el tratamiento, y he aquí una siguiente fase, el experto pone cara a cara al paciente con sus terrores, con esos estímulos gatillo. Son las técnicas de exposición, las más específicas de estos procedimientos. Se provoca, en consulta, de manera gradual y protocolizada, una sensación de asfixia o un mareo o esa taquicardia. "El objetivo es perder el miedo", destaca Díaz-Sibaja. La exposición también se realiza a las situaciones temidas. Es igualmente importante porque hay que tener en consideración que el sujeto del principio habrá empezado a evitar viajar en autobús urbano y ya no querrá ir al supermercado por el miedo a que las crisis acontezcan en esos espacios. El trastorno de pánico, de hecho, lleva aparejado con frecuencia la agorafobia.

Todos estos pasos se recorren en Controla el pánico antes que te controle a ti. Y es un camino en compañía de otros afectados. Los beneficios de la terapia de grupo están vinculados a que los enfermos advierten que "no están solos", "que las técnicas funcionan en otros pacientes". Díaz-Sibaja detalla que esta circunstancia "anima y también es positivo sentirse arropado". Es una travesía en conjunto. Sin miedo a que llegue el próximo autobús.