Algeciras

La polilla de una oruga devoradora de árboles reaparece en Algeciras

  • La plaga de Getares procede de la zona de Pelayo, donde los expertos han detectado una explosión demográfica que se produce cada seis o siete años y que destruye zonas boscosas

La polilla, en la pared de una casa en Getares.

La polilla, en la pared de una casa en Getares. / Erasmo Fenoy

Los expertos han detectado en la zona de Pelayo la presencia masiva de las polillas que invadieron en la noche del martes la playa de Getares, donde sorprendieron a los vecinos y los que se encontraban en el paseo disfrutando de los bares y restaurantes de la zona. 

Se trata de la mariposa de la lagarta peluda (Lymantria dispar), que según se refleja en el Plan de Lucha Integrada de la Junta de Andalucía, en España está considerado (en su forma de oruga) como el segundo defoliador más importante en masas forestales, causando un considerable daño en bosques de alcornoques, encinas, quejigos y rebollos, aunque su carácter polífago hace que en caso de plaga y falta de comida defolie el matorral que acompaña a esas masas.

Según explica el biólogo linense Rafael Cerpa, uno de los pioneros en la investigación de las mariposas nocturnas, la lagarta peluda vive grandes explosiones demográficas por periodos que se repiten cada seis o siete años y ataca zonas boscosas que deja completamente devastadas, como sucedió el año pasado en la zona cercana al Mesón de Sancho, un bosque que está empezando a recuperarse de su voracidad.

Cerpa entiende que la aparición masiva de esta polilla marrón en una zona urbana obedece a varias circunstancias. En julio es cuando este lepidóptero se aparea. Los machos son los únicos que vuelan y es muy probable que se vieran arrastrados por el viento de poniente hacia una zona en la que la iluminación y las paredes blancas les atrayeron.

En su estado de mariposa, la lagarta peluda es inofensiva, pero como oruga sí puede producir urticaria, con un aspecto similar a la temida procesionaria del pino.

Según explica Cerpa, aunque el problema está bajo investigación, hasta el momento no se ha encontrado una solución para controlar este tipo de explosiones. En los Estados Unidos, donde fue introducida por el entomólogo aficionado francés Étienne Léopold Trouvelot, se ha tratado de combatir a esta especie con controles biológicos: al menos dos especies de avispas y moscas que parasitan de los huevos y escarajos carnívoros. Se podrían controlar con productos químicos, pero el daño que se haría al entorno natural supondría un peaje impagable. "Es un problema complejo", continúa Cerpa, que de momento no afecta al completo al parque natural "pero sí que hace daño en puntos concretos".

En Andalucía ya causó grandes daños en el Parque Natural de los Alcornocales durante los años 1993, 1994 y 1995. Como consecuencia de esto se estableció el Plan de Lucha Integrada contra la lagarta peluda. Más tarde, y debido a las necesidades, en el año 2003 se amplió  la superficie incluyéndose también el Parque Natural de Grazalema y el Parque Natural del Estrecho. Durante los años 2005 y 2006 se anexionaron el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada y la Sierra de Gádor.

Es de esperar que, con el paso de los días, el propio ecosistema se autoregulará, ya que, a la vez que aumenta la población de estos insectos, lo hace la población de sus depredadores naturales (murciélagos, pájaros insectívoros, escarabajos y salamanquesas) que ayudarán a detener la plaga. Se trata por tanto de “un fenómeno natural” que produce un número de insectos mayor cada cierto tiempo y que en este caso se se ha adelantado en algunas zonas. La explicación, según algunos expertos, hay que buscarla en el cambio clmático. El aumento de la temperatura y la sequedad son “condiciones que han propiciado” la rápida reproducción de estos insectos.

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