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El tiempo para el puente en el Campo de Gibraltar

Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El Secano (III)

Observatorio de La Trocha

La actual Villa Vieja fue la base física de ese centro de residencia e inversión económica creado en Algeciras por la población extranjera de la ciudad

Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: el Secano (II)

A la izquierda el “caserón” de Bartolomé Márquez y a la derecha, donde los árboles, se encuentra la ubicación de la actual sede de Correos. / E.S.
Carlos Gómez de Avellaneda Sabio y Juan Carlos Martín Matilla

Algeciras, 30 de mayo 2025 - 04:00

En nuestra anterior entrega habíamos hablado de cómo las murallas medievales que daban al oeste o la “banda de la sierra” habían sido prácticamente demolidas en el siglo XVIII, y sus escombros reutilizados como material de construcción y para rellenar los fosos. Todo ello dio lugar a una de esas típicas “rondas” extramuros, más tarde convertida en carretera de Cádiz-Málaga. Otros ejemplos de esas rondas se localizan en Málaga (calle Carretería), Jerez (calle Porvera) o Sevilla (Resolana, Muñoz León, Capuchinos, María Auxiliadora, etc.).

La ciudad llega al Secano. Dos calles forman peculiares manzanas

Pero, cuando el cerro de la Matagorda, actual San Isidro, se urbanizó, en el último tercio del siglo XVIII, las citadas murallas fueron utilizadas como cimentación para las casas situadas en la acera de los pares de la antigua calle del Matadero, hoy Teniente Miranda. Esta constituye una ronda intramuros paralela a la extramuros, que es el Secano en sí, como hemos referido en entregas anteriores.

Ambas son dos vías alargadas y muy cercanas, que forman un perfecto ejemplo de lo que, en la morfogénesis de un trazado urbano, se conoce como “manzanas elongadas” o sea, tan estrechas y alargadas que constituyen una deformación de la habitual proporción media en una manzana cuadrangular, propia de un trazado más o menos en cuadrícula. Al analizar un plano, estas manzanas delatan siempre un trazado de murallas, que aunque hayan sido totalmente destruidas, su origen está en el espacio entre una ronda exterior y otra interior. Uno de los factores que forman estas últimas se origina por la tradicional prohibición oficial de construir casas adosadas a las murallas, tanto al exterior como al interior de las mismas.

El pintoresco y desordenado aspecto del patio del Loro, en una de sus fases. / E.S.

La repoblación de este barrio fue estudiada por Angelines Melle Navalpotro y publicada en Renacer de Algeciras y génesis del barrio de Matagorda, artículo de la revista Almoraima, nº 13, 1995, mientras que la “municipalización” del Secano fue tratada por Ana María Aranda Bernal y Fernando Quiles García en su obra Historia urbana de Algeciras, de 1999. Ya hemos comentado, que en las primeras décadas de la nueva Algeciras era ignorado casi por completo, desde el punto de vista de la repoblación urbana, el espacio situado en la vertiente oeste de la Matagorda o San Isidro, pero desde principios del siglo XIX, el Ayuntamiento se ve obligado a intervenir en el sector que estamos tratando.

Una organización urbana en clave socio-económica

Al llegar la ciudad al Secano, se ha confirmado ya una curiosa división económica y social en el sector oeste de Algeciras, como ya adelantábamos en la anterior entrega:

También hemos referido como esas laderas dejaron de ser un “secano” agrícola a partir de 1784, cuando el nuevo acueducto permitió ponerlas en regadío. Todo lo expuesto motivó que la ciudad, o sea su ayuntamiento, tuviera que ocuparse del nuevo barrio y su inmediata periferia.

De ronda extramuros a carretera Cádiz -Malaga

Es importante el año 1814, pues la llamada con toda propiedad ronda de la población, o sea, el Secano, se había convertido en un basurero y el consistorio no tuvo más remedio que limpiar y adecentar ese elemento urbano, lo cual no debió ser fácil, dada su extensión. También ese año se realizan gestiones para construir un camino a Tarifa, que al partir de la actual plaza de Joaquín Ibañez, conectaba con la ronda del Secano, potenciando la futura carretera de Cádiz-Málaga.

Dos años más tarde, en 1816, se edifica una fuente en la llamada calle nueva y relativamente cerca del matadero viejo y de la meseta donde culminan la actual calle Teniente Miranda y el Secano. Este equipamiento está en relación con la traída de aguas que permitió irrigar la zona.

Ya en 1841 y 1843 se trazan los planos de una carretera general entre Cádiz y Gibraltar, lo que refuerza la vocación vial de la ronda del Secano, y será en 1873 cuando es construido el tramo de la carretera Cadiz-Málaga, que utilizó durante muchos años el Secano en su paso por la ciudad, construyéndose sobre el rio de la Miel el muy necesario puente del Matadero, así llamado por haberse trasladado a orillas del rio el viejo matadero municipal, un lugar insalubre al llegar hasta él la urbanización del barrio de San Isidro.

Cuando se quiso traer la Costa Azul a Algeciras

Un capítulo histórico muy poco conocido es cuando nuestra ciudad estuvo a punto de ser la Niza del Sur, o sea un lugar de veraneo y residencia para turistas de alto nivel. Ello se debió a la influencia de inversores extranjeros, que, descubridores de la belleza y suave clima de Algeciras, tuvieron la genial idea de convertirla en un emporio turístico, al estilo de la Costa Azul francesa.

Se preocuparon de que el ferrocarril llegara a Algeciras en 1892, de la construcción de un extraordinario hotel, el Cristina, entre 1898 y 1901 y el año 1910, de un casino palafítico, el Kursaal en la entonces prometedora playa del Chorruelo, al pie del Cristina. Ese conjunto iba a ser complementado con un monumental balneario, que no llegó a terminarse. Estos son algunos ejemplos de lo que supuso la creación en Algeciras de un verdadero barrio extranjero, con su centro en la actual Villa Vieja, poblada de palacetes e incluso dotada con una capilla evangélica.

La fachada del Patio de San José y el Garaje Internacional. / E.S.

Con todo ello, los extranjeros podían cubrir tres objetivos:

Ese sueño desapareció, al crearse el puerto de Algeciras, que anuló toda aquella “Riviera española”, a la par que la industrialización de la ciudad, principalmente en base a la elaboración del corcho y la industria pesquera, al llegar a ser rival de Vigo el puerto pesquero de Algeciras. Paralelamente, el imperio británico y su conquista económica del mundo, recibió un golpe de muerte con la primera Guerra Mundial (1914-1918), la expansión estaba frenada en el periodo de entre guerras y a partir de la segunda Guerra Mundial (1939-1945), el imperio y su primacía económica entraron en franca decadencia, y ello se tradujo en el fracaso de la pujante colonia extranjera en Algeciras, que hoy es apenas un recuerdo arquitectónico.

La colonia extranjera se extiende al Secano

Pero ¿a qué ha venido el hablar de un fenómeno que al parecer se desarrolló en otro barrio?

No, no hemos olvidado nuestro Secano, pues aunque resulte insólito, también participó en esta historia de elegantes inversiones económicas. El caso es que la actual Villa Vieja fue la base física de ese centro de residencia e inversión económica creado en Algeciras.

La bodega de Acosta, un notable ejemplo de arquitectura industrial, con reformas que recuerdan al Art Deco. / E.S.

Cuando ese lugar se saturó de jardines y suntuosas residencias, los extranjeros tuvieron que buscar un nuevo espacio para sus edificaciones, y este lo hallaron en esa ladera a la que tanto nos hemos referido, la existente entre el Secano y la vega del rio de la Miel, donde se creó la estación de ferrocarril, con todas sus instalaciones. Junto a esta, se edificaron exóticos bungalows para los ingenieros ferroviarios, pero más arriba, en la acera de los pares del Secano estos inversores rezagados edificaron también sus viviendas. Este tema de la arquitectura extranjera en Algeciras ha sido magistralmente tratado por Ana Maria Aranda Bernal en su obra La arquitectura Inglesa en el Campo de Gibraltar, que ha alcanzado dos ediciones, en 2007 y 2014.

Una fugaz frontera entre dos mundos

Por lo tanto, al estar prácticamente libre el citado borde del Secano, que ya se había convertido en la carreta Cádiz-Málaga, suponía el poder comprar solares a precio de campo, pues todavía había allí huertas y otras explotaciones agrarias como la viña de Dagnino, frente a un tramo de muralla aún visible durante mucho tiempo… y el poder disponer de riego en la zona hizo que las propiedades dispusieran de jardines con extraordinarios árboles, algunos de los cuales han llegado a nuestros días.

Monumento a María Auxiliadora. / E.S.

Pero en la acera de enfrente, al otro lado de la carretera, continuaban las edificaciones populares, que se dividían en viviendas modestísimas o en estructuras mayores, de tipo explotación agraria y alguna con vocación hostelera, por influencia de la Trocha, aquel viejísimo camino de herradura que ha sido exhaustivamente estudiado por José Juan Iborra y Jesús Mantecón Cantero en su magnífica obra de 2019, La Trocha: la Vía de la Estrella, el camino histórico que vertebró la provincia de Cádiz. Por lo tanto, en el Secano se dio una interesante situación, ya que llegó a ser frontera entre dos mundos, el del glamour en la acera de los pares y frente a este, el castizo de la acera de los impares.

Elementos singulares en el Secano

El tratamiento de este imprescindible aspecto se realizará en base a los tramos que hemos establecido ocupándonos de multitud de elementos, como la rotonda decorada con la escultura de una cigüeña; el Centro de Interpretación de Paco de Lucía; el muy singular patio de San José; el monumento a María Auxiliadora; la inconclusa Bodega de Acosta, interesante muestra de arquitectura industrial; el antiguo Garaje Internacional, (hoy sede de Correos) sobre el que corre el rumor de que fue diseñado ni más ni menos que en el estudio de Torroja; el caserón de Bartolomé Márquez, levantado sobre la medieval Puerta de Jerez; el popular patio del Loro, que tras su derribo y excavación dejó a la vista un tramo de la muralla medieval; el bar La Vinícola, o la suntuosa y desaparecida Villa Palma, sin olvidar la Huerta del Inglés, ni Villa Nelly, ni tampoco las dependencias en el Secano de la Parroquia del Carmen, los primitivos patios traseros del antiguo Hospital de la Caridad o el popularísimo Bar Manolo… entre otros edificios de interés.

Pero todo ello será tratado en nuestra próxima entrega.

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