Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El Secano (I)
Observatorio de La Trocha
El Secano es el nombre tradicional de las actuales avenidas de Ruiz Zorrilla, en su parte alta, y Patriarca Obispo Pérez Rodríguez, en la baja
Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: plaza de Joaquín Ibáñez (I)

Algeciras/Los anteriores espacios urbanos tratados en esta serie pertenecen a la periferia inmediata del casco histórico de Algeciras, o espacio que al menos hasta el siglo XIV, estaba encerrado por las murallas, cuyos vestigios permanecen ocultos bajo las edificaciones posteriores. En anteriores entregas hemos tratado de la Huerta del Ancla y de la plaza de Joaquín Ibañez y ahora, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, pasamos a ocuparnos de El Secano, notable elemento de la ciudad en los siglos XIX, XX y XXI, y que es el nombre tradicional de las actuales avenidas de Ruiz Zorrilla, en su parte alta, y Patriarca Obispo Pérez Rodríguez, en su parte baja.
Situación y límites
En sentido N-SE, esta importante vía parte de las inmediaciones de la actual Plaza de Andalucía, donde antes estaba la plaza de toros de la Perseverancia y desciende paralelamente a la elevación de San Isidro, hasta alcanzar la llanura aluvial en la plaza de Joaquín Ibañez. Por lo tanto su recorrido es todo en cuesta, con diversos grados de pendiente, que por otro lado es siempre moderada.
Razón de ser de las denominaciones
Secano: La denominación procede de una época en la que era efectivamente un secano, al ser una ladera de difícil riego, en contraste con los regadíos de la vega. En la nueva Algeciras del siglo XVIII las tierras de labor estaban inmediatas a la población, sin una zona de transición, y numerosos espacios intramuros, también estaban dedicados a la agricultura.
Patriarca Obispo Pérez Rodríguez: Ramón Pérez Rodríguez (1868-1937) fue una importante figura eclesiástica, que cuando fue obispo de la Diócesis de Cádiz visitó frecuentemente Algeciras. Posiblemente a causa de las destrucciones y desolación general causadas por el asalto a las iglesias en 1931, potenció en 1934 la instalación de los Padres Salesianos en Algeciras, que tanto y tan discretamente han beneficiado a la ciudad. Por ello su primer colegio, que ocupaba el solar de la actual iglesia de N. S. del Carmen y presentaba por tanto fachadas a la avenida de Agustín Bálsamo y al Secano, se denominó Colegio San Ramón en honor al ilustre prelado. La ciudad le honró dedicándole acertadamente la parte baja del Secano, donde estaba el citado colegio, en el solar hoy ocupado por la iglesia del Carmen.
Manuel Ruiz Zorrilla. Por acuerdo municipal del 19 de octubre de 1906 se bautizó al tramo norte del Secano en honor al político republicano Manuel Ruiz Zorrilla (1833-1895), que había representado los intereses de Algeciras. El historiador Antonio Torremocha ha investigado pacientemente el porqué de los nombres en todas las calles de Algeciras y para éste y otros nombres de calle recomendamos ampliar información su obra de 2012 Calles y plazas de Algeciras.
Entorno topográfico y morfología actual
Es una calle muy alargada, que, como hemos adelantado, presenta varios grados de pendiente suave según los tramos. A partir de una cota de 28 metros de altura sobre el nivel del mar, en la plataforma o meseta de la plaza de Andalucía, desciende hasta otra de 5 metros también SNM al llegar a la plaza de Joaquín Ibañez, descendiendo todavía más a otra de 3 m. en la conexión entre las plazas de Joaquín Ibañez y de Juan de Lima, curva de donde arranca la antigua carretera de Tarifa. Estas últimas alturas están situadas ya en la llanura aluvial del cubierto y desviado rio de La Miel, donde estaban las huertas de la vega y se instaló el ferrocarril a fines del siglo XIX.
El Secano y su paralela Teniente Miranda son las calles en pendiente más alargadas del casco histórico, al cual bordean por el oeste, y, aunque arrancan de una cota muy alta, no presentan pendientes tan acusadas o en la “franja de las cuestas” intramuros, de las cuales la más acusada es posiblemente la antigua calle Sacramento, hoy Rafael de Muro. La planta del Secano se adapta a la morfología de las laderas en la elevación de San Isidro, que cierra el casco histórico por el oeste y la vía en cuestión se puede dividir en tres tramos, contados desde el norte y a partir de la plataforma de la Plaza de Andalucía y concretamente de la rotonda decorada con la figura en hierro de una cigüeña. Los citados tramos o sectores son:
1er Tramo, en el sector de Ruiz Zorrilla, con 176 m. de longitud, se inicia de la citada rotonda, en dirección marcadamente norte-sur, hasta el cruce entre Ruiz Zorrilla y María Auxiliadora, justo en la esquina de correos. Es un tramo importante, en el cual ha sido posible el retranqueo de las nuevas edificaciones, facilitando el tráfico rodado y el peatonal, gracias a las amplias aceras. Presenta importantes elementos, como la rotonda de la Cigüeña, el centro de interpretación de Paco de Lucía, los desaparecidos patio de San José y Garaje Internacional, la Clínica de Andrea Regina, el monumento a María Auxiliadora, los desaparecidos Puerta de Jerez y patio del loro, o el moderno edificio de correos.
2º Tramo, ya en el sector de Patriarca obispo Pérez Rodríguez y con 267m. de longitud, está comprendido entre las esquinas de María Auxiliadora y la del inicio de Villa Palma. En fuerte contraste con el tramo anterior y el siguiente, no se han producido apenas ensanches por retranqueo y es irregular el ancho de sus aceras, que por su estrechez llegan a ser peligrosas en el “cuello de botella” peatonal que se forma entre las calles Ruiz Tagle y Montereros, verdadero punto negro para el urbanismo del Secano, que tan brillantes resultados presenta en el resto de esa vía. Este tramo, feo e infrautilizado, es un desprestigio para la ciudad, pero comprendemos que la solución para él no es sencilla. Su único punto de interés es el patio del Loro.
3er Tramo, comprendido entre la esquina de la urbanización Villa Palma, llega hasta la plaza de Joaquín Ibáñez. En él se recuperan los retranqueos ante las modernas edificaciones y tiene características semejantes al 1º.
Origen y evolución
Es un magnífico ejemplo de ronda o espacio libre al exterior de una muralla, como las de Sevilla y otras tantas poblaciones. La actual avenida fue antes carretera general y antes un camino resultante al colmatar el antiguo foso con escombros de las murallas. La citada ronda se transformó en un camino y en su borde al este o de la ciudad, se levantaron casas de campo. Podemos considerar varias fases en esta evolución histórica:
Antigüedad y Alta Edad Media: nada se sabe de esta ladera, ni se ha localizado ningún vestigio que permita suponer ningún tipo de poblamiento del mundo antiguo, por modesto que este sea. Indudablemente, ya desde el siglo VIII y por decisión de Abderramán I, se estableció una medina o centro administrativo ciudadano en la estrecha y alargada plataforma superior del actual cerro de San Isidro. Hasta ese momento, la Algeciras medieval e islámica se había reducido al puerto situado en el estuario del rio de la Miel, donde es posible suponer, antes de que toda la desembocadura fuera colmatada, una isla rodeada de verdor, que pudo ser el verdadero origen del topónimo árabe al-Yazirat al-Hadra o “Isla Verde”, del cual deriva el actual de Algeciras. La población era en realidad un barrio portuario abierto y vulnerable, mientras que para ser la capitalidad de una cora o circunscripción geográfico-administrativa, equivalente a una de nuestras actuales provincias, era necesaria una población en altura, fácilmente defendible y por ello se debe a Abderramán I la refundación de Algeciras en los altos de San Isidro, dominando y protegiendo el puerto.
No sabemos el tipo y la entidad de sus fortificaciones, que, dada la época, no debieron ser de mucha entidad, si es que existieron desde un primer momento. Sea lo que sea, la citada plataforma, estaba comprendida “grosso modo” de norte a sur entre las calles Gloria y José Román y tenía su centro neurálgico en la actual plazoleta de San Isidro. Pero de este notable sector ciudadano nos ocuparemos en otra ocasión, ahora lo que nos interesa es que desde allí se extendía una continuada ladera hasta las famosas huertas del río de la Miel, en la zona de la actual Renfe. Protegida del Levante, era una zona apta para la ganadería y el cultivo de secano, susceptible de ocupación por casas de campo e incluso pequeñas industrias.
Baja Edad Media: la fortificación. En un momento indeterminado, posiblemente en los siglos XIII y XIV, el crecimiento de la ciudad y su importancia militar, hizo necesaria la ampliación del recinto y en el interior del nuevo trazado quedarían englobados no solo las edificaciones citadas sino algún barrio extramuros. Así quedó cortada en su mitad esa ladera antes citada, sin que sepamos de un camino o ronda exterior en ese momento, pero cabe suponerlo, dada la necesidad universal de la existencia extramuros de un espacio libre de edificación, por necesidades militares.
El nuevo recinto era impresionante, con una ronda interior o franja despejada en la actual calle Teniente Miranda, donde el muro principal y más alto sirve hoy de cimentación a las casas de la acera de los pares. Desde allí, hasta la vía del Secano en sí existe una diferencia de altura entre los 4 y 5 metros, y a este último nivel se extendía el espacio abierto conocido normalmente como liza, franja de 20 metros de ancho medio ante la muralla principal, en cuyo borde se edificó la llamada barrera o muro exterior, tras cuyo parapeto se abría el foso, que según las excavaciones arqueológicas y la cartografía histórica, tenía entre 5 y 7 mts de ancho y posible perfil en V, como es visible en el tramo excavado en la avenida de Blas Infante.
Según los citados planos del siglo XVIII la muralla principal o interior estaba guarnecida, hasta la actual plaza de Joaquín Ibáñez con unas treinta torres, muy uniformes entre sí, saliendo del muro principal, edificadas sobre la liza y con una separación mínima entre ellas de unos veinte metros. Entre todas ellas destacaba una de gran tamaño, situada en el tramo superior o primero del Secano, en la esquina entre las calles Ruiz Zorrilla y Alférez García del Valle, frente al actual Correos. Por allí salía el camino (de herradura) a Jerez, llamado posteriormente de La Trocha y que por la actual calle de María Auxiliadora avanzaba hacia Jerez a través de la sierra. Por lo tanto, se podría situar en ese punto la Puerta de Jerez, una de las más importantes del recinto.
Algeciras, una llave geopolítica. La debilidad del mundo hispano-musulmán tras la derrota almohade de 1212 en las Navas de Tolosa, había permitido a Fernando III el Santo conquistar Córdoba en 1236 y Sevilla en 1248, ejemplos de lo que fue la fácil conquista del valle del Guadalquivir. A partir de entonces, se forma el reino nazarí de Granada, con carácter teórico de vasallo del Rey de Castilla, a quien pagaba una tributación.
Al transformar la amenaza islámica en una fuente de ingresos, la corona y más concretamente Alfonso X el Sabio, creyó tener las manos libres en la península y emprender la conquista del norte de África, proyecto llamado El Fecho de la mar y que fracaso debido a la invasión de una nueva y poderosa dinastía norteafricana, los meriníes, que con base el Algeciras se dedicaron a organizar expediciones de saqueo en los fértiles campos de los repobladores castellanos establecidos en el valle del Guadalquivir y su área de influencia.
Como es sabido, la Algeciras medieval era la llave de dos mares y dos continentes, siendo su posesión vital para el mundo cristiano, pero esto no se tuvo en cuenta hasta que en el siglo XIII se produjo la invasión de los meriníes africanos y sus expediciones de saqueo hacia el valle del Guadalquivir. Esto obligó al rey de Castilla Alfonso X el Sabio, a organizar el asedio y conquista de Algeciras, puerto de recepción para los imperios norteafricanos, como lo había sido para Almorávides y Almohades. La empresa fracasó totalmente y aquel completo desastre e hizo tomar conciencia de que Algeciras era prácticamente inexpugnable.
Se inició así un conjunto de campañas, desarrolladas en los siglos XIII, XIV y XV, para conseguir el dominio del Estrecho de Gibraltar, por medio de la conquista de las fuertes ciudades que lo controlaban, en espacial Algeciras y ese esfuerzo cristiano ha sido denominado por algunos historiadores de forma arbitraria, con el equívoco nombre de Batalla del Estrecho.
Las fortificaciones de Algeciras eran tan imponentes, que para la conquista de la ciudad fue necesaria la participación de varias naciones europeas, organizándose por el Papa la cruzada de Algeciras, a la cual concurrieron fuerzas de Castilla, Aragón, Navarra, Inglaterra, Francia, Génova e incluso cruzados alemanes. Se organizó así el asedio de Algeciras, famoso en toda la cristiandad y que transcurrió entre 1342 y 1344. Tras su conquista por la gran coalición liderada por Alfonso XI de Castilla, la ciudad fue cristiana durante 25 años y dado su excepcional emplazamiento, hoy sería la gran metrópoli del sur de España.
Pero la historia se torció, como veremos en la próxima entrega de este trabajo.
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