Campo Chico

Querido Pablo

  • Hay dos polos en esta fascinante peripecia epistolar, aquel en el que confluyen las cartas y aquel que las escribe

Albert en el puente.

Albert en el puente.

Rafael de las Cuevas Schmitt es un malagueño de nacimiento y ascendencia alsaciana que vaya Vd. a saber si alguno de sus ancestros maternos no tuvo algo que ver con uno de los dominios vinícolas más preciados de aquellas tierras: el “Domain” Schmitt&Carrer, fruto de la asociación del gran emprendedor Roger Schmitt con su yerno, Roland Carrer.

La inserción de nuestro hombre en la sociedad algecireña se motivó en su día, como ocurre en tantos casos, en su matrimonio. María José Segovia Cuevas, de origen malagueño también, es una pionera de la institucionalización de la psicopedagogía y la psicología clínica en Algeciras, que llegó como profesora de EGB en los primeros años ochenta y echó raíces en nuestra ciudad. Consiguiendo situarse en referente profesional en el universo de la ayuda a quienes padecen importantes limitaciones para gozar de una salud mental y una vida plenas.

Rafael de las Cuevas. Rafael de las Cuevas.

Rafael de las Cuevas.

No mucho después, en 1985, Rafael optó por un puesto de trabajo ofrecido abiertamente por la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar para desempeñar la función de gerente de Unidades de Promoción de Empleo. Su formación universitaria –licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales− encajó tan bien en el perfil publicitado que no sólo obtuvo el puesto sino que desde él se convertiría, en 2001, en secretario del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) y como consecuencia de ello, en director de la revista Almoraima, la más importante y trascendente de nuestras publicaciones periódicas de todos los tiempos.

La figura de Rafael de las Cuevas es imprescindible en la historia y evolución del IECG y de Almoraima, que en su tiempo adquiere un formato más atractivo y un mayor dinamismo en su confección y en la relación con autores e investigadores. De él partió la idea de la constitución de un comité cualificado para la selección y publicación de originales, proceso necesario para preservar la calidad de los trabajos admitidos.

Poco antes de dejar su labor en la Mancomunidad, en 2015, publicó en colaboración con César Sánchez de Alcázar el libro: Gibraltar. Entre los tratados y la realidad, 1704-1897, que parecía demandar una continuidad todavía no satisfecha. Ahora, y es esa la causa principal que suscita mi atención, se trata de anunciar la publicación de un nuevo libro y de comentar la peripecia de su concepción y génesis, así como de insistir en su gran interés histórico y epistolar.

Un valor añadido al texto de Querido PabloMon cher Paul− es que se trata de una edición bilingüe español-francés, que no sólo le imprime un mayor alcance sino que también permite una mejor aproximación a la lengua en la que fueron escritas las cartas que sirven de soporte literario y argumental al libro. Sobre “la historia de unas cartas escritas hace más de cien años” han trabajado, además de Rafael, Martine G. Carlens Cardinal y Annick Duvigeant Martin. Dicen los autores que “por algún motivo desconocido, a través de ellas –de las cartas− están queriendo volver a la vida personas y hechos que parece que no quieren ser olvidados. Nos transmiten sentido común y están llenas de consejos que definen el carácter de quien las escribió. Una ventana se ha abierto y a través de ella podemos ver su mundo y estar con ellos”.

Paul A. Schmitt. Paul A. Schmitt.

Paul A. Schmitt.

Hay dos polos en esta fascinante peripecia epistolar, aquel en el que confluyen las cartas, Jean Paul Schmitt Lesourd de Suberville (Pablo, en el libro), abuelo materno de Rafael, y aquel que las escribe, Albert Duvigeant. Y una ciudad marco de referencia, Toulon (Tolón en español y sin acento en occitano, una lengua muy hablada en el sureste francés del que es una variante el aranés, idioma del Valle de Arán, oficial en Cataluña). Duvigeant, francés nacido en 1860 en San Petersburgo (Rusia), había ingresado en la marina francesa en el mes de mayo de 1881 y fue destinado el primer día de 1885, a Toulon como oficial administrativo del crucero auxiliar Chateau-Yquem, del escuadrón del extremo oriente. Fue un marino brillante con una larga carrera militar en el arma de intendencia. Residió en China en los dos primeros años del pasado siglo y cubrió destino en Saigón como director de la sede de la Intendencia Marítima del Extremo Oriente, entre 1912 y 1914.

Albert Duvigeant. Albert Duvigeant.

Albert Duvigeant.

Toulon es una ciudad importante de la Costa Azul francesa, situada en uno de los parajes más bellos del sureste marítimo de Francia, entre Marsella y Saint-Tropez, cercana a la frontera italiana, de la que dista menos de 200 kms. Con una bellísima rada que la protege del mar, es la salida natural hacia la isla de Córcega. Su geografía es parecida a la que envuelve a Cartagena y también es una base militar de marina de especial relevancia. Fue ahí, al cruzar un puente, donde una vez Albert fue abordado por un par de sujetos con intención de asaltarle. La casualidad hizo que un joven Jean Paul de apenas veinte años, estuviese cerca y acudiese en su ayuda evitándole cualquier daño y haciendo huir a los asaltantes. Resultó que, al identificarse, descubrieron que el ya maduro marino, Albert, era el padrino de Jean Paul. Eso los aproximó de modo entrañable y para siempre, e hizo crecer en Albert un sentimiento paternal hacia Jean Paul que mantuvo hasta su muerte en 1927.

Catedral de Saigón. Catedral de Saigón.

Catedral de Saigón.

El libro Querido Pablo, que será presentado en el marco de apertura de la Feria del Libro de Algeciras, el próximo viernes día 27, en el salón de actos del Centro Documental José Luis Cano, es la transcripción de un centenar de cartas escogidas entre las que escribió Albert a su ahijado Jean Paul, al que se dirige como Paul, en dos períodos, significados en realidades de distinta naturaleza. El escenario del primer período, parte de 1907, en Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh) en Cochinchina, en la Indochina colonial francesa, y se extiende a la etapa, entre 1912 y 1914, en la que Albert fue máximo responsable de la intendencia del ejército francés en aquella franja del lejano oriente, que albergaría el trágico y largo episodio de la guerra de Vietnam, entre 1955 y 1975. El segundo período se inicia en 1914, cuando Albert vuelve a Francia y estalla la gran guerra que asolaría a Europa a lo largo de más de cuatro años, cuyo trágico horizonte retrasó pero no evitó la Conferencia de Algeciras de 1906.

María Magdalena Schmitt, la hija mayor de Jean Paul, de Pablo, guardó celosamente esas cartas acompañadas de multitud de postales, detalles y documentos gráficos, que su hijo, nuestro Rafael de las Cuevas, puede ahora poner a disposición de los lectores que quieran disfrutar de esta pieza de literatura epistolar, dirigida por un veterano marino a su joven ahijado, al que quiere ayudar participándole de sus experiencias y ofreciéndole su consejo; a ese ahijado que un día tal vez le evitó un daño irreparable. Una de las coautoras, Annick, es nieta de Leonce, el hermano mayor de Albert, y la otra, Martine, ha puesto su ánimo, trabajo y entusiasmo al mejor remate de la doble y bellamente estructurada versión del texto. Pablo viviría los últimos cincuenta años de su vida en Málaga, adonde estuvo una vez, en 1894, fondeado el acorazado Neptune de la marina francesa, cuando Albert era oficial administrador de la nave.

La carta número 12, fechada “en el mar, 2 de junio de 1912” empieza como todas por “Mon cher Paul” (Querido Pablo) y termina del siguiente modo: “Ya no tengo más que decirte, mi querido Pablo ¿qué quieres que te cuente un buen hombre que vive entre cielo y agua, sin otro horizonte que el infinito? sólo evoca en mí el sentimiento de lo poco que somos; pero venga, no vayamos a descender en esta pendiente y tengamos la satisfacción de vivir sin reflexión y sin observación como le conviene a los militares”.

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