Trabajadores municipales comienzan a perder sus casas por los impagos
Un empleado espera ya el desahucio y su padre ya ha recibido un aviso de embargo


La dramática situación que viven los trabajadores del Ayuntamiento por el retraso de sus nóminas está teniendo consecuencias muy duras para este colectivo. A los cortes de electricidad y agua, y a los avisos de bancos y financieras por los impagos han comenzado a sumarse los embargos de bienes, en concreto de viviendas.
Mauricio Rivas, trabajador municipal que se jubiló en enero, aseguró que su hijo, que trabaja también en el Ayuntamiento, ha perdido su casa: "Mi hijo ha tenido que entregar la casa al banco porque no puede pagar la hipoteca. Tras muchos meses con problemas, el banco le comunicó que si no pagaba 2.000 euros se la embargaban. Estaba desesperado y fue a pedir ese dinero al Ayuntamiento, lo que ellos llaman anticipo aunque es lo que se nos debe, pero le dijeron que no. Se enfadó, perdió los nervios y le dio un golpe y una patada a una mesa y la rompió. El Ayuntamiento le dio ese día 1.000 euros pero eso no le ha solucionado el problema. Ahora está con su mujer y sus dos dos hijos esperando que lo desahucien pero se verá en la calle porque tampoco puede pagar un alquiler. No hay derecho".
Rivas explicó que él también teme perder su casa. Según contó, su jubilación le garantiza desde enero unos ingresos mensuales aunque asegura que dados los impagos acumulados, las dos pensiones que ha cobrado "se las ha comido el banco por las deudas que tenía acumuladas. Me van a cortar la luz si no la pago y lo peor es que voy a perder mi casa porque firmé un crédito hipotecario en su momento y no puedo pagarlo. La financiera me reclama algo más de 800 euros y en el Ayuntamiento solo me dieron 500. Además, cada día que pasa aumenta la deuda por los intereses que me aplican. ¿Quién nos va a devolver los intereses que estamos pagando los trabajadores por algo de lo que no tenemos culpa?", se preguntó, al tiempo que mostró a este diario el escrito certificado en el que la financiera le advertía de que si no hace frente a ese abono le embargarán sus bienes. "Si me quitan el coche me da igual, puedo ir andando a todas partes, pero la casa es otra cosa".
Rivas señaló que su familia vive una situación dramática y no tienen otros familiares o amigos de los que tirar. Su yerno también trabaja en el Ayuntamiento y está viviendo la misma pesadilla.
"Si te digo la verdad hoy no tengo ni para comprar el pan. No sé cómo hemos podido llegar a esto. Somos trabajadores del Ayuntamiento, no delincuentes. Todos los días me llaman cuatro y cinco veces para exigirme que pague. Nunca he debido nada en mi vida y ahora me veo así. Por mucho que les explico mi situación al banco y las financieras e incluso le mando nóminas y un reconocimiento de deuda, reclaman el dinero. No es su problema".
Mauricio Rivas aseguró que cada noche le pide "a Dios que ilumine a la alcaldesa, que es la responsable de esta situación, para que salgamos de esta. Ella sabía muy bien dónde se metía y tiene que sacar esto adelante. Si no es capaz que no se hubiera embarcado. Nunca he delinquido en mi vida pero no voy a tener más remedio que buscarme la vida. No es normal que trabajadores estén acudiendo a Cáritas para poder comer. No hay derecho a lo que nos está pasando", dijo, tras lo que rompió a llorar.
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