Dulces

Dulces y polvorones de los conventos por Navidad

  • Aunque la repostería conventual se disfruta durante todo el año, es habitual acudir a comprar polvorones y dulces en estas fiestas

Dulces de convento. Dulces de convento.

Dulces de convento.

El trabajo en los conventos de nuestra tierra se intensifica en estas fechas. Aunque sus dulces son demandados todo el año, con la llegada de la Navidad incluyen en sus elaboraciones -–además de los ya tradicionales– los típicos de la época: polvorones y pestiños. Precisamente estos últimos tienen fama en el convento de la calle Barja de Jerez. La Madre superiora, María Inmaculada, que lleva más de 50 años en el convento, comenta que su vida está basada en la oración y en la repostería. Comparte casa con otras 12 hermanas, de las cuales cuatro se hacen responsables de la campaña de Navidad –en la que se multiplican las horas de trabajo– llevando la coordinación y organizando la tarea del obrador, donde todas ayudan en el cometido que tengan encomendado. En su oferta habitual se encuentran las magdalenas, los rápidos, las pastas de té, los roscos de anís o de limón, los cortadillos de cacahuete, las delicias de chocolate, los almendrados, la carne de membrillo o la masa real. En Navidad, las opciones se suman con pestiños, pastelillos de Gloria, huesos de santo, alfajores, mantecados de almendra, polvorones de viena, canela, coco, chocolate, limón, vainilla y/o surtidos, hojaldrinas o bolitas de coco. Es un trabajo diario, ya que los dulces de las monjitas no tienen conservantes y van haciendo y reponiendo según la demanda. Por tanto, con una caducidad muy corta, están elaborados con mucho mimo y amor para que estos productos salgan lo más deliciosos posible.Los polvorones, en cambio, se hacen con un poco de más de previsión y se van aglutinando en bolsitas de un cuarto, pedidos con frecuencia. La Madre superiora del convento de Franciscanas, la calle Barja, reconoce que los dulces más demandados ahora son – además de los polvorones– los pestiños, las pastas de té (que en Jerez la llaman galletas), las mallorquinas y las magdalenas de chocolate. Pese a la pandemia, esta Navidad está siendo muy buena en la venta de dulces de conventos, que sirven para la subsistencia de las propias hermanas y del mantenimiento de la casa. Incluso, la gran mayoría de los conventos de la provincia, han tenido que adelantar la campaña de Navidad a mediados del mes de octubre, dada las peticiones realizadas ya por esos meses atrás.

A domicilio

Este año como novedad y debido a la pandemia mundial que atravesamos, las agustinas del convento de Santa Rita de Jerez han recurrido a la moto, a la entrega a domicilio y a Facebook para vender sus dulces. Una iniciativa que pretende ser permanente. Trabajando con dos empresas de transporte y por solo un euro de gastos de envío, es posible solicitar los dulces del convento mediante dos números de teléfono y acordar el envío a los domicilios.

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